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MAYO 2007
La Fuga de las
Batas Blancas
Personal sanitario español que se va a trabajar a
Inglaterra o Portugal. Médicos polacos y sudamericanos que
vienen a ejercer a nuestro país. Profesionales de la
medicina africanos que se van del Tercer Mundo en busca de
mejores oportunidades. Desde hace años se ha puesto en
marcha un círculo vicioso en la medicina que tiene un claro
perdedor: los países más pobres, que no pueden retener a los
doctores que forman y dependen sanitariamente de los más
ricos.
Texto: Marta
Iglesias
Fotos:
Médicos del Mundo |
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Cada
vez necesitamos más trabajadores de la salud en los denominados países
ricos. Los que tenemos no llegan para atender a nuestros enfermos, pero
contamos con algo a nuestro favor: somos muy atractivos para que
profesionales de los países en desarrollo vengan aquí a trabajar.
Podemos ofrecerles dinero -mucho dinero, en comparación con sus países
de origen-, calidad de vida, prestigio social, educación para sus
hijos... Ese motivo es el que ha generado desde hace años que miles de
médicos abandonen el continente africano para ejercer en Estados Unidos,
Francia, Inglaterra o Australia; que miles de sudamericanos ejerzan en
nuestro país o que personal sanitario del Este trabaje en Europa. Todos
estos profesionales están mandando a su país miles de euros en remesas,
pero el sistema hace que el Tercer Mundo se quede sin médicos a un ritmo
imposible de suplir. Para completar el círculo que hemos generado, los
países ricos mandan a los países en desarrollo todos los médicos
voluntarios que pueden a través de ONG.
“Las causas
de la emigración sanitaria en nuestro país son el salario,
la falta de perspectiva profesional o la posibilidad de
mejorar la formación”
Estados
Unidos tiene la mitad de los enfermeros del mundo y
necesitará 800.000 más para 2012. Sólo puede conseguirlos
contratándolos del exterior
Los países
del Sur no pueden formar y pagar a todo el personal médico
que necesitan, y los del Norte no nos hemos dado cuenta de
que tenemos parte de culpa en ello”
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Las necesidades crecientes del primer mundo
Un
artículo publicado en el periódico “The Independent” señalaba que
Estados Unidos tiene más de la mitad de los enfermeros del mundo y que
necesitará 800.000 más para 2012. La única manera de conseguir esa cifra
de personal para esa fecha es contratándolos del exterior. Para este
país no es un sistema nuevo, sino algo que lleva haciendo desde hace
años, ya que las cifras indican que casi 209.000 de sus médicos han
nacido en el extranjero. Hay más galenos etíopes en Chicago que en toda
Etiopía. Este no es el único país que ha tenido que recurrir al exterior
para contratar personal sanitario. Una investigación realizada en 2005
por la revista científica “The New England Journal of Medicine” estimaba
que la cuarta parte de los doctores de Australia, Canadá, Reino Unido y
EEUU son inmigrantes. Y entre el 40 y el 75% de ellos proceden de países
pobres.
Ante
estos números inmensos, que reflejan los profesionales que no puede
generar el propio país, sorprende que cuanta más salud tenemos más
necesaria es la medicina. A ello nos responde Jesús Yáñez, responsable
de la Unidad de Estudios y Gestión del Conocimiento de Médicos del
Mundo: “Las necesidades de atención son básicamente las mismas en todas
partes. Sin embargo, la salud y la atención sanitaria se han
medicalizado en exceso. Muchas de las enfermedades actuales podrían
evitarse mejorando las condiciones de vida de las poblaciones más pobres
y cambiando los hábitos de las más ricas. Hemos aprendido que no es
necesario reducir el consumo de grasas porque si aumenta mi colesterol
puedo tomar pastillas que reducirán su nivel. Además, podríamos
mencionar también que la medicalización es más rentable políticamente,
da más votos construir hospitales y centros de salud que invertir en
prevención. Por otro lado, las demandas de salud o de atención sanitaria
no dejan de aumentar en una población a medida que su nivel de salud
mejora: hay estudios que demuestran que la utilización de servicios de
salud es mayor entre la población con ingresos medios o altos. Por otro
lado, si nuestros niños murieran por deshidratación debida por ejemplo a
diarreas infecciosas pocas personas se plantearían una cirugía estética.
Otro elemento a tener en cuenta es el crecimiento de la población y su
envejecimiento”. Puesto que el futuro pasa por la necesidad de más
médicos, muchas voces defienden que la mejor solución sería que cada
país se ocupase de formar a su propio personal. Y para dar un paso en
esa dirección es fundamental saber por qué hoy la juventud de los países
desarrollados no se interesa por la Medicina y demás carreras del
sector. Desde Médicos del Mundo indican que en España los motivos pueden
ser que es difícil entrar en las facultades por la nota que se pide,
porque es una carrera larga que no asegura un puesto de trabajo al
terminar, y por los salarios bajos, entre otras razones.
La inmigración profesional
Lo
que aquí suponen desencantos para el personal médico, se convierten en
atractivos para los profesionales de países más pobres. No sólo los
salarios son grandes para ellos, sino que los horarios amplios no les
suponen ningún problema, y ganan en todo ello prestigio, posibilidad de
formación y más calidad de vida que en sus lugares de origen. Otras de
las razones que suelen señalarse para que el personal sanitario abandone
su país son la sobrecarga de trabajo que genera el SIDA, la falta de
promoción y especialización y la falta de recursos en los hospitales,
que suele generar situaciones difíciles. Pongamos un ejemplo: si se
muere un paciente porque no se dispone de material para realizarle una
determinada operación, al sanitario le resultará difícil volver a
enfrentarse a la misma situación. Por todas estas razones y algunas
razones más, la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas
(CEA) indica que entre 1960 y 1989, se fueron del continente 127.000
especialistas altamente cualificados. Y los datos pueden completarse con
los de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que
afirma que desde 1990 se van 20.000 profesionales africanos al año de
sus países. Todo ello está dejando a África sin bastante de su personal
médico, por lo que tiene que recurrir a especialistas extranjeros. Los
cálculos indican que estos contratos generan al continente un gasto
anual de cuatro mil millones de dólares. Y los doctores siguen sin ser
suficientes. De los cuarenta y siete países africanos, treinta y ocho no
cumplen las recomendaciones de la OMS de veinte médicos por cada cien
mil habitantes, y este mismo organismo asegura que faltan un millón de
médicos en un continente que se desangra por la pandemia de SIDA. A todo
ello debemos añadir que cuesta mucho esfuerzo y dinero formar a un
especialista de la salud en África, y gran parte de lo que invierte no
revierte en el propio país, ya que muchos médicos se van.
España, en el punto medio
Hemos
visto países a los que emigran los médicos y países de los que se van.
Extrañamente, en España se dan ambas situaciones. Por un lado, nuestro
personal sanitario es muy valorado en Inglaterra, Portugal. Alemania y
Francia y 1.200 médicos españoles se van cada año con contratos
suculentos. Las comunidades autónomas más afectadas por la marcha de
médicos son las dos Castillas, Canarias, Galicia, Extremadura, Ceuta,
Melilla y Andalucía. De hecho el Consejo Andaluz de Médicos declaraba
recientemente su preocupación por la ‘fuga’ de dos mil médicos españoles
a Portugal. Paralelamente, nuestro sistema de salud comienza a necesitar
más personal que ya está llegando de Sudamérica y Polonia,
principalmente. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Para Jesús Yáñez,
“las causas de la emigración de profesionales sanitarios son similares
en todo el mundo y no difieren de las otras profesiones. En nuestro país
se podría señalar la cuestión salarial, la falta de perspectiva
profesional o la posibilidad de mejorar la formación. Además, la
cantidad de médicos en paro en España no es tan alta como hace veinte
años. Por otro lado, hay condiciones que no son atractivas para los
médicos españoles como las largas jornadas de guardia sin descanso, el
contrato precario, o la falta de oportunidades de formación, por
ejemplo. De manera general los especialistas extranjeros tienen las
mismas condiciones que los españoles, pero hay situaciones que estos
últimos no aceptan”. Muchos comienzan a preguntarse sobre el estado de
nuestra Sanidad, que no es capaz de retener a nuestros propios doctores.
Mientras nosotros estamos cubiertos, sistemas de salud como el polaco se
están deteriorando debido al abandono masivo de sus profesionales.
Soluciones sin final
Para
Jesús Yáñez, la situación se reduce a que “los países del Sur no pueden
formar y pagar a todo el personal médico que necesitan, ni en los países
del Norte nos hemos dado cuenta de que también tenemos parte de culpa en
que eso sea así”. Bajo esta base, se han puesto en marcha varias
soluciones. La OMS anunciaba a principios de año que pondrá en marcha la
campaña ‘Trata, Educa, Retiene’. Sudáfrica ha diseñado un plan para
frenar el éxodo que lleva a casi la mitad de sus médicos a emigrar a
países industrializados. Otra de las soluciones propuestas pasa porque
el país receptor pague al de origen lo que le ha costado formar a ese
doctor, ya que por ejemplo Gran Bretaña se ha ahorrado 65 millones de
libras en formación de médicos y 38 millones en formación de enfermeros
sólo por los que ha recibido de Ghana desde 1999, según un informe de
2005 de Save the Children y Medact. Y ya funcionan en algunos países
industrializados códigos de conducta para evitar contratar personal en
los países con más escasez de médicos, aunque se ha denunciado que hay
agencias de contratación y hospitales privados que no los siguen. Desde
la Nueva Asociación para el Desarrollo en África, se indica que los
países desarrollados tendríamos que generar nuestros propios
profesionales y además contribuir a educar más profesionales en África.
Muchas y variadas soluciones para un problema complejo. “En cualquier
caso, mientras las diferencias entre países sean tan grandes los
movimientos de personas, no sólo de profesionales, continuará”,
puntualiza Yáñez. Estamos ante el resultado del mundo injusto que hemos
generado.
Cifras de infarto
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Según datos de la OMS, el 23 por ciento de los médicos
formados en África subsahariana trabaja en países ricos,
y hasta el 37 por ciento de los médicos sudafricanos
ejerce en esos países.
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En
2005 Kenia perdió 2.998 enfermeros graduados, que
emigraron principalmente a Estados Unidos y Gran
Bretaña.
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Estados Unidos tiene casi 209.000 médicos practicantes
nacidos en el extranjero.
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The
Associated Press informa que en Estados Unidos la
mayoría de los médicos extranjeros provienen de la India
(60.000), Filipinas (18.000) y Pakistán (13.000).
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Un
estudio de la Universidad George Washington ha
constatado que EE.UU. tiene el 5% de la población
mundial, pero dispone del 11% de los doctores; Ghana no
pasa de nueve facultativos por 100.000 habitantes, pero
“envía” algunos al Reino Unido, que tiene 231 para
atender a los mismos ciudadanos.
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Según las cifras que maneja la Confederación Española de
Sindicatos Médicos (CESM), más de 1.800 médicos
españoles ejercen en Portugal; 1.047 en Reino Unido; 320
en Alemania, y más de 400 se han instalado en zonas del
norte y rurales de Suecia.
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Sólo
en 2005, el Ministerio de Educación español concedió
2.223 convalidaciones de títulos de Medicina o de
Medicina y Cirugía a extranjeros. De nuestras facultades
de Medicina salen unos 4.300 licenciados, mientras que
la oferta es de 5.800.
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