El silencio es un mal compañero de viaje, sobre todo cuando convierte en
tabú estadios naturales de la vida como la vejez y la muerte. En su
nuevo libro, ‘El bello oficio de hacerse viejo’, Elena Pita descubre la
aventura que supone asumir que te haces mayor y aconseja mirar a los
ojos a la inevitable muerte.
"Envejecemos como vivimos. En la vejez llevas tus aprendizajes y tus
sentimientos a las últimas consecuencias"
"Quien sufre la muerte de uno son los que le rodean. Así que la única
forma de ser generosa con los demás es afrontarla sin miedo"
"Cuanto más materialistas y consumistas somos, menos afrontamos la
muerte. Y viceversa"
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Texto: Marta Iglesias / Foto: José
C. Pérez
P ita
escribe con mano maestra, conduciéndonos hábilmente por este camino hacia la
vejez plagado de tópicos y falsas imágenes. En el recorrido se pone en contacto
y charla con siete personajes públicos en un momento vital de su existencia:
Iñaki Gabilondo, Lluís Llach, Juan Diego, Boadella, Bono, Ullate y Adolfo
Domínguez. Como resultado de esas conversaciones, Elena Pita nos regala un
ensayo lleno de reflexiones certeras salpicadas de ironía, humor, sabiduría y
mucha ilusión. Hoy la periodista contesta a nuestras preguntas, haciendo caer
múltiples tabúes.
-¿Por qué se
interesa Elena Pita por la vejez? ¿Y por qué analizarla a través de los hombres,
sin la mirada de la mujer?
-Realmente la razón es un poco facilona y es que a las mujeres nos cuesta
menos que a los hombres desnudarnos ante los demás. Así que era una especie de
"más difícil todavía" entrevistar sólo hombres para este libro. En la edad me
fijé al final, cuando ya tenía los personajes contratados y me metí en sus
biográficos para documentarme. En realidad buscaba un momento vital de las
personas: que estuvieran arrastradas por el remolino del éxito y dijeran ‘¡Hasta
aquí! Ahora voy a buscar mi tiempo, me voy a buscar a mí mismo, lo voy a hacer
bien conmigo mismo’.
-¿Cuántos mitos se
te cayeron sobre la vejez preparando el libro?
-Sobre todo se me abrieron muchas luces. Estamos acostumbrados, debido a la
publicidad y las noticias que nos llegan, a que la juventud es un valor
inconmensurable y per se que nos hace gastar muchísimo dinero en parecer y
sentirnos jóvenes. A su vez la realidad nos ofrece un panorama de la vejez
bastante crudo, que son todas estas personas desamparadas que viven solas. Nos
da mucho miedo la realidad y el futuro que nos presentan, en el que dentro de
unos años no vamos a tener ni pensión. Así que esperaba encontrar un panorama
bastante sombrío y fue maravilloso encontrar a una gente que contempla este
cambio vital con gran serenidad y alegría. Eso fue lo único que se me cayó: la
idea preconcebida.
-¿Envejecemos como
vivimos o es un momento de cambio de rumbo?
-Creo que envejecemos como vivimos. En la vejez llevas tus aprendizajes y
tus sentimientos a las últimas consecuencias.
-¿A qué tememos
cuando envejecemos?
-Sobre todo al dolor y la enfermedad, y en algunos casos a la soledad y la
falta de afecto. Lo que me gusta de lo que me han regalado estas siete personas
es que si alguna vez han tenido miedo a lo desconocido, que es la muerte, lo han
vencido a base de reflexión, sabiduría y serenidad. Y no es falso, es real. A mí
me lo han hecho sentir.
-La vejez nos
acerca a la muerte. ¿Por qué es importante que cada uno se pregunte qué siente
frente a su propia muerte, que se pregunte cómo se lleva con ella?
-Porque es la única verdad inexorable que conocemos de nuestro destino, de
modo que es bastante inteligente tratar de quitarle peso, de quitarle tragedia.
Yo acabo de ver morir muy lentamente a una persona muy querida mía y nunca le
estaré lo suficientemente agradecida por ver la ilusión con la que afrontó sus
últimos días. Es que realmente quien sufre la muerte de uno son los que se
quedan, así que la única forma de ser generosa con los demás es afrontarla sin
miedo.
-Afirma Boadella en
tu libro que "Un artista que no tiene más que contar, nada que decir a los
demás, muere, cerrado sobre sí mismo y sobre el vértigo de que sólo queda el
pasado, la repetición del pasado una y otra vez". ¿Es posible que muchos hayan
llegado a la muerte en vida, a la vejez intelectual, porque no se esfuerzan en
proyectar algo de sí mismos?
-Yo sí he conocido a personas así. Además hace poco se murió una señora
mayor que trabajaba conmigo, y lo hizo porque quiso, porque realmente quería
morirse. A veces decimos que alguien murió de viejo y lo cierto es que murió
porque quería hacerlo, y la cabeza manda mucho en nuestro cuerpo, muchísimo.
Nuestro físico está a la orden de nuestra psique. Hay que investigar más, pero
tú misma lo puedes experimentar: te deprimes, te empiezan a salir enfermedades
físicas por todas partes, y quedas hecha una mierda.
-¿Preocupa asumir
la muerte con dignidad, el cómo vamos a enfrentarnos a ese último momento?
-Efectivamente ésa es la gran preocupación. Antes me has preguntado por los
miedos y yo creo que lo que subyace es el miedo al dolor, porque a menudo el
dolor te hace perder la dignidad. Y subyace el miedo a la soledad que también te
puede hacer perder la dignidad porque a muchas personas les cuesta pedir ayuda.
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Siete seductores con la vida a cuestas reflexionan sobre vejez y
muerte, lo cual sugiere nuevas preguntas que Elena Pita contesta,
dando lugar a nuevas cuestiones en un tiovivo de incertidumbres.
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Gabilondo:
la entereza
"No entiendo esta especie de pacto universal de silencio
en torno a lo único evidente, porque yo no creo que ayude"
-Sobre la vejez
y la muerte, ¿mejor hablar que guardar silencio?
-Creo que hacer tabúes de las cosas sólo conduce a miedos irracionales. Es así
de sencillo: si tú haces de un valor fundamental un tabú, siempre le tendrás
miedo porque los tabúes infunden miedo.
Lluis Llach:
la contemplación
"Quiero mirar de frente a la muerte, verla venir"
-¿Por qué
interesa en esta sociedad que temamos a la muerte? ¿Qué descubre quien mira a
los ojos de la muerte?
-Te aferras menos a lo material. Vivimos en una sociedad consumista en la que
echas el cálculo y estás hipotecado hasta los 150 años, pero lo haces porque
parece que somos todos inmortales. Cuanto más materialistas y consumistas somos,
menos afrontamos la muerte. Y viceversa. Creo que a la fuerza y por lógica al
enfrentarte a la muerte te haces menos materialista.
Juan
Diego:
la memoria
"Sólo me interesa mirar al pasado para aprender de mis
errores. Mis memorias sólo servirían para justificar lo mal que lo he hecho"
-Es muy común en
la vejez el recuerdo de tiempos pasados, ¿es un repaso a nuestra vida, un ajuste
de cuentas o un balance personal?
-Creo que es un repaso personal que se hace uno al llegar a una edad porque te
lo debes. Aunque en el caso de Juan Diego él no admite que sea ni vaya a ser
viejo, se ve como el joven eterno inmaduro.
José Bono:
la ilusión
"Se dice que uno es anciano cuando vive más de la
añoranza y del pasado que de los proyectos y del futuro. Y yo, bueno, no sé si
moriré del sarampión, pero todos los días me levanto con ilusiones renovadas"
-Para muchos son
incompatibles vejez e ilusión...
-Quizás sea porque Bono es otro que tampoco se cree viejo, se siente muy joven,
tiene una hija de seis años y está empezando a vivir una nueva vida, según sus
palabras.
Víctor
Ullate:
la serenidad
"Para mí la madurez, la sabiduría, es lograr estar bien
conmigo mismo. La edad y el paso del tiempo, también la enfermedad, la filosofía
budista y la proximidad de la muerte, me han conferido un nuevo orden de
valores: lo que me interesa ya no es lo mismo"
-Frente a las
prisas con las que vivimos, la vejez aporta serenidad. Curioso cierre ante el
inminente final...
-Considero que en ello hay varias cosas: no tienes juventud que perder, colocas
las cosas en su sitio, sintetizas, el tiempo tiene una cadencia distinta... Todo
eso lo sumas y te da una serenidad que no tienes cuando eres joven.
Adolfo Domínguez:
racionalismo
"A los humanos nos cuesta aceptar el dolor y la muerte,
pero es que forman parte del orden, como el desorden, y sin dolor y muerte no
habría nada. Para nacer hay que morir; para que nazca una flor en primavera
tiene que haber muerto otra el verano anterior, y esto lo tengo tan asimilado
que mi muerte personal intelectualmente no me preocupa nada"
-¿La visión que
nuestra sociedad tiene de la vejez y la muerte tiene que ver con la desconexión
de la naturaleza?
-Evidentemente. Esa desconexión de la naturaleza tiene mucho que ver con el
materialismo, con el consumismo, con vivir en una cápsula, con que te lleven a
morir a un tanatorio donde nadie te puede ver, con que te incineren.... Con
todas esas cosas que antes no eran así. Si nosotros disfrazamos la muerte y la
ocultamos, llega un momento en el que no conoces el valor de la muerte, vives
olvidándola. Y opino que es una forma errónea de vivir porque produce ansiedad,
disparates, materialismo, aferrarse a las cosas e hipotecar hasta a tus hijos. |