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ENERO 2007

Violencia Escolar
Foto: Nan

Violencia Escolar
 ¿Cómo educamos a nuestros jóvenes?

La violencia escolar se ha convertido en un fenómeno mediático que ha generado una importante alarma social. ¿Qué realidad se esconde detrás de los titulares? ¿Cuál es el origen de esta situación? Los expertos señalan una palabra clave: la educación. Ante ello no vale echarse las manos a la cabeza. Hay que buscar soluciones.

Texto: Mariló Hidalgo

Titulares

En Ponferrada (León) una joven de trece años es agredida a la salida de clase por sus compañeras de instituto. Posteriormente tuvo que ser atendida en el hospital por una rotura de pierna y diversas lesiones.


Dictan en menos de veinticuatro horas dos órdenes de alejamiento por violencia escolar en el Juzgado de Menores de Alicante.


Unos ochocientos profesores se manifiestan en Barcelona contra la violencia escolar.


Tres niños de Elche agreden a dos profesoras delante de los estudiantes.


Un ex alumno de Secundaria pega a un maestro mientras una compañera graba en su móvil las imágenes que luego ofrecen a los medios de comunicación


En septiembre de 2006 se presenta ante los medios de comunicación un estudio titulado "Violencia y Acoso Escolar en España", basado en una encuesta a 25.000 escolares. El estudio revela que uno de cada cuatro alumnos sufre acoso y violencia por parte de sus compañeros y que un 60% de los acosadores podrían cometer un delito antes de los 24 años.


La ministra de Educación, Mercedes Cabrera, se sorprende ante los resultados de esta encuesta que espera esté sostenida sobre bases contrastadas y serias, ya que se trata de un problema que "preocupa extraordinariamente a las familias". Asegura que las personas que están en contacto directo y cotidiano con el problema por supuesto que manifiestan preocupación, "pero no en la magnitud que se desprende de dicho informe". De todas las maneras, el Gobierno ya ha situado este problema como prioridad en su agenda política.


Durante el pasado año el tema de la violencia en las escuelas fue protagonista indiscutible del apartado de sucesos en todos los medios de comunicación. Se convirtió en "carne de noticia". Se transmitieron acontecimientos con gran capacidad de atracción y escándalo entre la opinión pública, lo que a la larga provocó una gran alarma social. Para abordar este tema, más allá de lo que aparece en los titulares, hemos contado con la colaboración de expertos que nos ayudarán a hacer una lectura más profunda de cuanto está ocurriendo.

¿Hay más violencia escolar que antes?

El catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, no está seguro de que eso sea así. "La verdad es que se trata de una percepción, ya que no existen estadísticas. La catedrática Cristina Rechea hizo una investigación en el año 95 sobre este fenómeno, desde entonces no se ha hecho ningún estudio serio y riguroso. Y eso lo digo alto y claro para ver si alguien me demuestra lo contrario. Hay estudios sobre jóvenes en los que he participado donde se incluye alguna pregunta sobre el tema. Pero no existe nada que aborde la cuestión en profundidad. Las únicas cifras de las que disponemos son del ámbito judicial y policial y eso no nos sirve como dato estadístico porque están en función de lo que disponga en ese momento la Ley del Menor. Si lo que antes era una falta se convierte en delito pues seguro que aumentarán las cifras de delincuencia juvenil. Pero aún así, esos datos que he analizado varias veces e incluso he presentado en congresos organizados por la propia Policía Nacional, no demuestran en ningún momento que haya un aumento de violencia juvenil en los últimos diez años". Entonces, ¿de dónde salen las cifras que se publican? Los profesionales consultados critican la ligereza con la que proliferan este tipo de informes que, por el hecho de trabajar con cifras y porcentajes, pretenden dar un cierto aire de objetividad y rigor que a menudo se desvanece cuando se profundiza un poco en el método empleado. Por otro lado, se están haciendo sondeos parciales e intencionados que luego se presentan como cuestiones generales que afectan a todo el territorio español. Por último, nos advierten que cuando se realizan esas encuestas, se valora de la misma manera un insulto, una agresión o un acoso como si todo tuviera la misma gravedad e influencia. Así las cosas, el resultado proporciona muchas veces unos datos alarmantes que no se corresponden con la realidad. "Evidentemente, cuando todo se mete en el mismo saco -y alguna encuesta que prefiero no citar lo ha hecho-, se obtienen cifras totalmente impensables. Decir por ejemplo que el 25% ó 30% de escolares son agredidos, es una exageración. Un estudio riguroso empieza por precisar muy claramente qué es cada cosa", señala Elzo.

"No se ha hecho un estudio serio y riguroso sobre la violencia escolar. Las únicas cifras que tenemos son del ámbito judicial y policial. He analizado esos datos y no demuestran en ningún momento un aumento de violencia juvenil en los últimos diez años"

JAVIER ELZO, sociólogo

Las peleas en los recreos, las burlas, los cachetes que propinaban los profesores forman parte de la cultura popular. Ha sido una especie de rito iniciático que al que más o al que menos le ha acompañado en algún momento de su infancia y ha tenido que superar. El psicólogo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Javier Urra, primer Defensor del Menor en España nos recuerda que "eso de que un chaval agrediera a otro porque había mirado a su novia o porque era del pueblo de al lado, ha existido siempre y es importante que no se olviden esas cosas. A veces lo arreglaban a pedradas y asunto resuelto. Cuando los padres y abuelos se echan las manos a la cabeza habría que preguntarles qué hacían ellos cuando eran pequeños. Los chicos violentos de hoy son una minoría, no me cansaré de repetirlo".
Si los datos no demuestran este aumento de violencia, ¿por qué persiste esa sensación en la opinión pública? Juan Manuel Moreno, Especialista Principal de Educación del Banco Mundial, señala el papel realizado por los medios de comunicación. "Vosotros os preocupáis mucho más por el tema y lo habéis hecho más visible socialmente. Ha pasado de las últimas páginas a las primeras de los periódicos. Eso ha hecho que todos seamos más conscientes de las consecuencias que tiene para el bienestar de nuestros hijos, para la calidad de la enseñanza que se imparte en nuestros centros, etc. El estar más sensibilizado con estas cuestiones es obviamente un indicador de madurez y de desarrollo de nuestra sociedad y de nuestro sistema educativo. Creo que se trata de una buena noticia porque da la vuelta a ese alarmismo generado y permite analizar las cosas desde otra perspectiva". A este mayor conocimiento del tema y más presencia en los medios de comunicación, Javier Elzo quiere añadir un elemento más y es el miedo. La sensación de miedo generada a partir de casos como el del joven de 14 años que se suicidó en Hondarribia porque no pudo soportar la presión y marginación de la que estaba siendo objeto por parte de sus compañeros de clase. "Yo lo llamo el efecto 'Jokin', apunta Elzo. Creo que si él no se hubiese suicidado es muy posible que no hablásemos tanto sobre esto. Este caso ha generado un temor a que eso vuelva a suceder, lo cual no deja de ser otra forma de violencia".
Roto el primer tópico de las cifras, adentrémonos en el porqué. Los violentos son una minoría, pero ¿de dónde han salido? ¿En qué ámbitos se manifiestan? La familia y la escuela tienen las respuestas.

Las familias de varios hermanos han cambiado por la de hijos únicos, así pues tenemos ante nosotros a una generación de niños bastante consentidos, consumistas y cómodos.Jóvenes que  crecen solos

Un niño violento no nace así, siempre es víctima. Víctima de la violencia de los adultos, de la que percibe en su entorno, y de la educación errónea y llena de carencias que ha recibido. La violencia se aprende de la misma manera que también se aprenden cosas muy positivas para el desarrollo de la vida, aseguran los expertos.
no podemos seguir echándonos las manos a la cabeza ante la violencia escolar cada vez que leemos una noticia para luego mirar hacia otro lado. Nos señalan que son casos aislados, insisten en que no es el pan de cada día, pero sí tienen un hilo conductor que vamos a intentar seguir. Hay deficiencias en la educación -según los analistas- y es ahí donde hay que lanzar la primera mirada.

Nuestros jóvenes están creciendo en soledad. "Ninguna generación española creció tan sola como la actual -analiza Elzo-. Nunca hasta ahora habíamos encontrado a jóvenes que de manera autónoma creasen sus propias normas. Unos adolescentes que sólo se tienen a ellos mismos como referente". La familia ha sufrido una transformación en los últimos tiempos. No hablamos ya de los diferentes modelos de convivencia sino lo que ha supuesto el hecho de que la mujer haya salido del hogar. "En la familia española, recuerda Elzo, hemos pasado de una familia extensa donde podías encontrar a los padres, abuelos, algún tío... a una familia nuclear. En la mayoría de casos trabajan los dos, así que cuando llega el chaval a las cinco de la tarde no hay nadie. Y no sólo eso, sino que cuando llegan sus padres, lo hacen cansados del trabajo, porque son humanos y no robots, y necesitan descansar. Las guarderías no suplantan al padre y la madre. Con esto no quiero decir que cualquier tiempo pasado fue mejor, sino que nos encontramos ante un cambio. Esta misma situación ya se ha vivido en otros países, lo que ocurre es que aquí no contamos con el apoyo que las administraciones brindan, por ejemplo, a las familias nórdicas. No se trata sólo de conciliar la vida laboral con la vida familiar, sino de apoyar con los Presupuestos Generales del Estado, de la Comunidad Autónoma o de quien sea, a estos niños. Ellos son la base fundamental de la sociedad que se convertirán en adultos autónomos y responsables. Por tanto éste es un bien de primerísimo orden y eso hay que pagarlo. El modelo familiar está cambiando y exige otras atenciones y prioridades".

Existe una situación de miedo generada a partir de casos como el de Jokin. "Este suicidio ha generado un temor a que esto vuelva a suceder, lo cual no deja de ser otra forma de violencia"

JAVIER ELZO, sociólogo

Vayamos al tema de la educación. ¿Cómo estamos educando a estos niños? "Los primeros siete años de vida de un niño son fundamentales -advierte el psicólogo Javier Urra-. Entre otras cosas porque los lóbulos frontales que es donde está la emocionalidad, se desarrollan en los tres primeros años de vida. Ahí habría que volcar toda la energía y a eso normalmente no se le da importancia. Unos porque no tienen tiempo, otros no tienen conciencia, no están capacitados o han perdido el sentido común. Otros padres porque escucharon a psicólogos o pedagogos -que se equivocaron cuando les aconsejaron- que a un niño no se le puede decir que 'no' porque se le traumatiza. ¡Qué cosa más tonta!"
Somos animales sociales y necesitamos el contacto. Necesitamos sentir la piel para saber que estamos vivos. Necesitamos relacionarnos con los demás, las caricias, los susurros, los afectos. Así despertamos a la vida y vamos dando nuestros primeros pasos. "Los padres deben dedicar un tiempo diario y de calidad a sus hijos -continúa Urra-. Se puede conocer a los hijos, caminar, disfrutar juntos sin confundir ser amigos con ser 'colegas', pues los padres son los que han de marcar los límites que los niños precisan. Hay que ponerles normas, retos, sensibilizarles, hacer que su pensamiento sea abstracto, que se manejen en los conflictos, sepan lo que es el perdón y la compasión. Hay que enseñarles a asumir responsabilidades, a debatir, a esforzarse por lo que uno quiere, a sacrificarse, a que toda acción tiene una consecuencia. Hay un porcentaje mínimo de padres que no ejercen como tales, que no son adultos, no reflexionan, no dedican tiempo a sus hijos, no son coherentes, no sancionan o lo hacen de forma incorrecta y dejan que su hijo acabe siendo un tirano. Estos padres generan a otro tipo de chavales: los que no admiten las normas. Esta minoría es la que luego se vuelve contra los propios padres y genera importantes problemas en la escuela".

"Hay gente que está haciendo uso político de la violencia escolar para intentar minar a la escuela pública"

JUAN MANUEL MORENO, especialista de Educación del Banco Mundial

El modelo de familia mayoritario tiende a huir de la confrontación intergeneracional. A la mayoría de padres le preocupa más llevarse bien con los hijos que educarles. De ahí surgen muchas carencias. "Los jóvenes de hoy están menos habituados al esfuerzo, lo que provoca una intolerancia a la frustración muy grave. Por otro lado hay una incitación al consumo que hace que el adolescente esté en conflicto constante entre lo que desea, lo que le ofrecen y lo que puede conseguir. Somos un país de nuevos ricos donde todo parece conseguirse fácilmente. Se olvida que el esfuerzo es fundamental y eso genera muchas veces violencia", recuerda Urra. Si a ello le añadimos que las familias de varios hermanos han cambiado por la de hijos únicos, tendremos ante nosotros a una generación de niños bastante consentidos, consumistas y cómodos.
A partir de aquí aparece lo que Juan Manuel Moreno denomina "Blame Games" o el juego de asignar la culpa. Padres que pasan la responsabilidad a los profesores. Profesores que se quejan de esta dejación. ¿Quién asume la autoridad? "Creo que hay que plantearse las cosas de otra forma porque ha cambiado el escenario, comenta Moreno. Antes la autoridad la tenían los padres y profesores por el mero hecho de serlo, y creo que ahora hay que ganársela. Y para ello hay que ir con los tiempos, con las necesidades que se van planteando. Los niveles educativos de las familias van aumentando, mientras que el nivel educativo del profesorado aún debe de dar un salto. Tiene que asumir nuevos retos".

Educación en los centros

La educación obligatoria en nuestro país hasta los dieciséis años y el bachiller hasta los dieciocho, ha generado la mayor concentración de estudiantes en centros escolares de todos los tiempos. Es decir, hoy tenemos mucha más gente en la escuela de la que había hace un par de años. Y no todos están ahí por su propia voluntad. "En algunos sitios hay chavales que no están motivados, que quieren buscar un puesto de trabajo, ganarse un dinero y llevarse a la chica más guapa. Como por otro lado sus padres les obligan a seguir en el centro, ven que la única forma de dejar la escuela es que les echen", señala Elzo. Es aquí, en la escuela, donde se afrontan los principales problemas de convivencia, indisciplina, comportamientos antisociales e incluso violencia entre jóvenes. Son pocos los casos graves y tenemos conocimiento de ellos a través de los medios de comunicación. La mayoría son considerados de 'baja intensidad' y están relacionados en cierta forma con nuestro actual sistema escolar y un elemento que apuntan muchos analistas: la pérdida de autoridad por parte de padres y profesores.

"Los jóvenes de hoy están menos habituados al esfuerzo, lo que provoca una intolerancia a la frustración muy grave. La incitación al consumo, a lo fácil y esa falta de esfuerzo, generan muchas veces violencia"

JAVIER URRA, psicólogo

"Personalmente, explica Moreno, soy partidario de analizar el problema de la violencia escolar desde un enfoque constructivo. La transición de la escuela primaria a secundaria se produce en un momento difícil para los adolescentes. Justo cuando se agudizan los cambios físicos, emocionales y sociales de la primera adolescencia se encuentran de frente con el ambiente menos estructurado de las escuelas secundarias. Eso que para algunos puede ser algo pasajero a otros puede conducirles al fracaso escolar, abandono u otros problemas. Acusan cambios por ejemplo en las relaciones entre profesores y alumnos porque son menos personales; en que existe menos atención individual; en que hay más presión evaluadora. Los alumnos se sienten presionados para rendir, por acumular credenciales. Sólo hay que mirar lo que son los exámenes de acceso a la universidad, las clases particulares, las actividades extraescolares, todo lo que hoy tienen que hacer por ganarse un sitio en el mercado. Todo ello aumenta el estrés de los estudiantes -y de sus familias- y tiene un impacto importante en su concepto de autoestima, motivación y relación con la institución familiar. Al final muchos no aguantan tanta presión y no se ven ganadores en esta especie de locura en la que estamos inmersos". ∆

-"Receta" de la vacuna antiviolencia-

Por Javier Urra (*)

-Se presta atención al niño desde antes de que nazca (es el "producto", de su calidad va a depender el resultado).
-Se le quiere (se le besa con-tacto, se le escucha, se le hace partícipe).
-Igual que se vigila una cazuelita y se mueve, se le va dando autonomía y libertad (desde la tutela).
-Se adereza con unas gotitas de buen humor, capacidad autocrítica y autocontrol.
-Se va ligando la "salsa" de la socialización del conocimiento al "otro", del respeto a toda persona, animal, planta, objeto, de la aceptación de lo distinto. Se erradica el riesgo de la anestesia ante el dolor ajeno.
-Se añade capacidad para aceptar frustraciones, para aplazar gratificaciones.
-Se retira "del fuego" para que se oxigene con buenos libros, pintura, teatro, para que admire y disfrute de la naturaleza, los animales, para que desde pequeño haga deporte y se apunte a grupos (campamentos, etcétera) que despierten la solidaridad.
-Se prueba y sazona (decir en algún momento no).
-Se adorna con posibilidades para que sea solidario (apuntarse a ONG), para que reflexione cuál es la razón de la vida.
-Se presenta en sociedad valorando su autoestima, recalcando que es y se siente útil.
-Se sirve en una fuente social donde prevalezca la higiene mental colectiva. Con unas pinzas de prevención o, lo que es igual, de educación. Educación que es de calado lento, de generación en generación. ∆

(*)Psicólogo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Primer Defensor del Menor en España

-Causas de la violencia-

El catedrático de Sociología Javier Elzo señala dos ámbitos para explicar este fenómeno: uno desde un aspecto más global y otro, más próximo. En cada uno de ellos distingue además tres factores que considera que pueden dar explicación a más del 90% de los casos de violencia.

Factores globales

-Las diferencias entre los distintos países y dentro de cada país, las diferencias entre lo que se expone como deseable y exigible para triunfar en la vida y las posibilidades de conseguirlo por la vía normal, genera una situación de clara marginación social.
-Dentro de este mundo plural que todos defendemos se esconde por un lado una tendencia fundamentalista de cada uno a defender su verdad y por otro lado se detecta también una especie de relativismo de "todo vale". Entre ambos no queda espacio para la reflexión, el discernimiento o la resolución de conflictos mediante reglas democráticas. Pero sí la violencia como medio para defender la 'única verdad' o la deriva al 'todo vale'.
-Se ha hecho hincapié en los valores relativos a los derechos de la persona, pero se ha olvidado que esos valores no son traducibles si no llevan aparejados deberes. Como consecuencia hay cierta incapacidad para asumir cualquier límite.

Factores próximos

-Psicólogos y psiquiatras insisten en la importancia de la educación en los primeros años de vida. Por tanto una familia destrozada o que no asuma su función educadora genera grandes carencias que posteriormente pueden derivar en violencia.
-Consumo abusivo de drogas y en especial de alcohol. El consumo desenfrenado durante los fines de semana y fiestas en general, es una causa de primer orden en no pocas manifestaciones de violencia en nuestra sociedad.
-Por último un punto que genera mucha discusión y es la trivialización de la violencia, en los medios de comunicación social, especialmente en la televisión. Esto puede ser un factor que, en determinados jóvenes, puede ser inductor de imitación. ∆

 

 Tres apuntes...

Javier Urra
 

Javier Urra
Mirando en positivo

Lo que aparece en los medios de comunicación siempre se refiere a lo negativo. No recibo entrevistas donde me digan: Hábleme de cosas positivas de los jóvenes. Y créeme que te podría estar hablando toda la tarde.
Creo que hay padres que hemos educado y educan correctamente a sus hijos. Creo que ésta es una mayoría.
El modelo educativo de escuela requiere una modificación continua porque la sociedad es muy variable y no nos podemos quedar con lo que teníamos hace tiempo. Me parece preocupante esa "moda" de que llega un ministro y cambia el sistema educativo porque quiere pasar a la historia con un nuevo proyecto. Hay que tener un poco de criterio y evitar esos bamboleos que hemos dado en la sociedad española. Hemos pasado de tener miedo al padre o al profesor, a temer al niño. Hay que volver a equilibrar las cosas, volver a decir que los niños son importantes, pero no más que los demás. Hay que señalar lo que falla y educar". ∆

Juan Manuel Moreno
 

Juan Manuel Moreno
Buena educación

Posiblemente las escuelas sean las instituciones menos violentas de todas con las que nuestros hijos tienen contacto si lo comparamos por ejemplo con los medios de comunicación, videojuegos, la propia familia, el entorno del barrio.
Creo también que la mayor parte del profesorado de nuestro país es de gran calidad y hace bien su trabajo. Una de las cosas que más me preocupa de todo este alarmismo de la violencia en las escuelas es que se utilice -y de hecho se utiliza- como palanca para poner en duda y deslegitimar a la escuela pública y al profesorado. Hay gente que está haciendo uso político de todas estas historias de violencia escolar para intentar minar la escuela pública". ∆

Javier Elzo

Javier Elzo
Nuestros adolescentes

A mí los que me preocupan son nuestros adolescentes, por lo menos una parte de ellos. Los que están creciendo solos y sin el suficiente cariño, no porque no les quieran sino porque los que básicamente se lo pueden dar -que son los padres- están agobiados. Ese es el mayor problema que tenemos en este momento en los campos en los que me muevo. Muchos echan la culpa al sistema educativo, que de acuerdo que tiene que cambiar, pero a medida que avanzo en edad y hago más estudios, estoy más convencido de que las cosas se juegan en los diez primeros años de vida de un chaval". ∆

Libros recomendados: "Los jóvenes y la felicidad" de Javier Elzo (PPC Editorial)
(*)El arte de educar" de Javier Urra (La Esfera de los Libros).

 

 ... y una reflexión

José Carlos García Fajardo

José Carlos García Fajardo
Profesor de Pensamiento Político y Social (UCM).
Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS).

Seres de encuentro

Después de treinta años de enseñanza en la universidad, cada vez me impresiona más la sensación de orfandad, de desamparo y de fragilidad que muestran los jóvenes universitarios, tan provocadores y descarados por fuera, pero en realidad tan necesitados de ser escuchados. Hemos convertido la universidad en una guardería de adultos para atiborrarlos de conocimientos en una demencial tarea impropia de su ser auténtico, de ese compartir los saberes, como la definiera el rey Sabio, hace casi mil años.
Desde siempre, recibo a cada alumno en mi despacho para conocerlos y escucharlos, y tratar de comprender su situación personal. No pocas veces me he sorprendido al escucharles, entre tímidos y ruborizados, que era la primera vez que alguien les preguntaba lo que pensaban, lo que sentían, lo que anhelaban.
No se lamentan ni se quejan, han aprendido a hacer lo que quieren porque quieren lo que hacen. Saberse queridos y necesitados en una relación de inter-independencia, conforma la plenitud de una existencia. Porque los animales existen, pero las personas existen para. Somos seres de encuentro, nudo de relaciones, redes de solidaridad que se comunican por la palabra.
Desde que eran niños los hemos tratado como almacén de seguridades, como corredores para conseguir un título, para tener cultura, virtudes, poder; pues para eso les hemos dado a entender que servían los conocimientos. "No seas vago, haz algo útil, no pierdas el tiempo, tienes que prepararte para ocupar un puesto en la vida, para trabajar". Como si viviéramos para trabajar, en lugar de trabajar para vivir. Como si el trabajo fuera un castigo, en lugar de un quehacer que tiene que ver con la creación, con la techné que libera en vez de la imposición que esclaviza.
Y todo arranca de una soledad impuesta por una sociedad de consumo, de prisas y de competitividad regida por la funesta máxima de "cuanto más, mejor", en vez de "cuanto mejor, más". Es la nueva moral que proclama que no tener es pecado. Es la enajenación por las cosas que nos encadenan y poseen, en vez de liberarnos.
Mi experiencia personal, la más dura de mi extensa vida de docente es percibir la creciente soledad de los jóvenes, la ausencia de los abuelos, de esas personas que hacían la familia más rica que el mero matrimonio y el cada vez menor número de hijos.

"La educación es el arte de saber adaptarse a las circunstancias. Educar proviene de ‘educere’, no conducir sino sacar lo mejor de cada uno para que pueda ser él mismo"

La casa cada vez es menos un hogar, espacio de encuentro y de relaciones, de solidaridad y de afectos, que un aparcamiento o una posada en un incierto camino. Se multiplican los electrodomésticos y se incrementa la soledad en un ruido que cada cual lleva a su celda. Por supuesto, con los cascos de sus mp3 conectados a sus orejas.
Tengo para mí que se ha perdido la palabra, el acoger y saberse parte de una tradición en marcha. Ya no hay lugar para los abuelos, para aquella tía que se quedó soltera o para esas personas de las familias que nos visitan, nos atienden y nos cuentan.
El grado de civilización de una sociedad se percibe por el modo de tratar a los niños, a las mujeres y a las personas mayores. El creciente desarraigo, perder las raíces y con ellas las señas de identidad, arranca de haber olvidado que la educación es el arte de saber adaptarse a las circunstancias. Que educar, proviene de educere, no conducir sino sacar lo mejor de cada uno para que pueda ser él mismo, para que sea capaz de alcanzar su plenitud y de quererse en una relación de afecto y de creatividad.
La alarmante soledad de las muchedumbres solitarias conduce a la violencia, a la angustia y a la evasión por medio de otras drogas que las de diseño: las adicciones a sucedáneos de una vida humana en la que necesitamos sabernos queridos y compartir nuestra búsqueda. Quizá, como intuyó Albert Camus, todo consista en cambiar solitario por solidario. No es más que una letra, pero a algunos parece que les cuesta. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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