El
aparatito incluye otras novedades imprescindibles para la supervivencia
femenina, como un calendario que sirve para conocer los ciclos de ovulación,
menstruación y cuándo es más probable quedarse embarazada. No me dirán que
no es una maravilla, lo que no me explico es cómo hemos sobrevivido las
mujeres, hasta ahora, sin semejante artilugio. |
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AGOSTO 2007
La tecnología se vuelve
sensible a lo femenino
POR ISABEL MENENDEZ
Un
reportaje sobre nuevos productos relacionados con la tecnología me
acerca el último grito en telefonía móvil. Se trata de un teléfono
pensado especialmente para las mujeres.
Lo he leído con pasión y me he enterado que, entre otras maravillas,
incluye la posibilidad de activar la función podómetro, que como ya se
imaginan, informa de los pasos que se han dado y, a partir del consumo
energético, informa de cuántas calorías se han “quemado”. Me ha parecido
muy útil desde luego, porque todas las mujeres están a dieta y necesitan
conocer (en tiempo real, por supuesto) cuántas calorías queman cada vez
que recorren el camino entre casa y empleo, entre empleo y supermercado,
entre supermercado y escuela infantil, etc. Otra de las funciones
incorporadas, en relación directa con la anterior, es una aplicación que
calcula si una está por encima o por debajo de su “peso ideal”, que no
sabemos cómo se calcula pero que es, seguro que ya saben, requisito
imprescindible para vivir. Sigo preguntándome por qué esta función tan
ventajosa está pensada para las mujeres nada más y empiezo a irritarme.
Me esperan más sorpresas: al teclear la fecha de nacimiento, el
artefacto “revela el biorritmo y su influencia en la vida” de la
propietaria. No me lo puedo creer. La tecnología, es decir, la
vanguardia en ciencia, investigación y desarrollo, no tiene
inconveniente en mantener mitos sobre lo femenino, lo divino y lo
humano, fomentando la superchería y los estereotipos sobre determinadas
costumbres de las mujeres: ¿influencia en la vida de las mujeres según
la fecha de nacimiento? ¿Y esta aplicación está pensada para ellas nada
más?, ¿eso de los biorritmos no existe para los varones?
Estupefacta, sigo leyendo ya absolutamente mosqueada. El aparatito
incluye otras novedades imprescindibles para la supervivencia femenina,
como un calendario que sirve para conocer los ciclos de ovulación,
menstruación y cuándo es más probable quedarse embarazada. No me dirán
que no es una maravilla, lo que no me explico es cómo hemos sobrevivido
las mujeres, hasta ahora, sin semejante artilugio, sobre todo por lo de
quedarse embarazada, que entiendo muy útil para aquellas que compaginan
el uso de telefonía móvil con el de anticonceptivos… y no digamos
calcular cuándo va a llegar la regla, que no sé cómo nos hemos podido
apañar hasta ahora.
El fantástico invento va dotado de todo lo necesario para el ocio y lo
más definitivo e importante y radical y novedoso y absolutamente
rompedor es que se comercializa en rosa. ¡Dónde va a parar!, sólo con
ese color podemos identificarnos las mujeres y, de paso, la empresa
evita que ningún caballero se equivoque y vaya a casa con una compra
subversiva: ciclos de ovulación, contador de calorías, días fértiles,
biorritmos… todo muy femenino y transgresor como ya se habrán imaginado.
Todavía enfadada con el hecho de que la tecnología sirva para consolidar
la tiranía estética y los estereotipos de género, me surge la sospecha
de que alguien no comparta mi rechazo hacia este tipo de cosas. Así que
les propongo un ejercicio para detectar si es o no sexista este
producto. Se trata de una práctica sencilla y conocida: la regla de la
inversión. Vamos a pensar en un móvil que calcule la masa corporal de
los señores y que nos diga si responden o no al principio de “machoman”,
si no llega al nivel, que le prescriba la tabla de ejercicios para
ejercitar músculos. También será necesario que el móvil informe de cómo
están de activos los espermatozoides del susodicho, incluyendo recuento,
vitalidad, etc., así como un avisador electrónico de los momentos de
máxima actividad o del “peligro de pérdida de atributos”… ¿es necesario
seguir?, ¿se sienten los señores tratados como objetos o incluso como
fauna? Pues hágaselo mirar.
Prefiero no decirles la empresa artífice de esta idea brillante, para no
hacerles publicidad. Aunque no estaría de más que algunas de las
eventuales destinatarias de este novedoso producto decidieran hacer un
boicot a las empresas que se permiten tratar de forma tan sexista a las
mujeres. ¿Porqué no incluir, por ejemplo, un sudoku, tan de moda?, ¿es
que piensan que no podremos resolverlo? § |