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SEPTIEMBRE 2006
ETA: Dura negociación
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Habrá que preguntarse hasta qué punto los problemas que están
surgiendo en el camino son consecuencia de la desunión de los
partidos. |
Q ue ETA no está
poniendo las cosas fáciles, no tiene que sorprender a nadie. ETA es un
grupo terrorista. Si el gobierno estuviese negociando con las Hijas de
la Caridad, estaríamos hablando en otros términos, con otras condiciones
y utilizando otro tono. Pero ETA estaba poniendo bombas y lanzando gente
por los aires hasta anteayer, con lo cual está fuera de lugar llevarse
las manos a la cabeza cuando, en pleno proceso y hablando ya de los
primeros contactos oficiales con el Gobierno, enseña los dientes e
intenta marcar al contrario. Es lo lógico, lo esperable, lo normal.
De hecho, en cuanto salió a la luz el comunicado oficial de la banda
anunciando el alto el fuego, fue lo primerito que advirtió Zapatero:
"Será un camino largo y difícil que tendremos que recorrer todos los
partidos juntos". Así pues, que nadie espere que al primer toque la
banda vaya a bajar la cabeza y acudir con el rabo entre las piernas al
redil, ni que Batasuna entre a la primera y con una sonrisa de oreja a
oreja por la Ley de Partidos. La primera parte de la afirmación de
Zapatero se está cumpliendo a rajatabla. Son muchos cabos que atar, y
además, sin hacer concesiones políticas. Ahí es nada. Un trabajo de
orfebrería. Es la segunda parte de la frase la que no se está
cumpliendo. Desde que arrancó el proceso estamos asistiendo a un
constante desmarque por parte del PP. Sea lo que sea, mantienen su
estrategia del "no". Eso, en la cotidianidad política es un coñazo entre
otras muchas cosas. Pero en el caso que nos ocupa es una
irresponsabilidad histórica que puede hacernos pagar a todos un precio
muy alto. El PP se ha cegado con su política de vencedores y vencidos, y
por lo que se ve no piensa moverse ni un ápice de su postura si no hay
una derrota explícita, una rodilla en tierra, un mea culpa, y un cuadro
al óleo de la bota del estado de derecho en el cuello de ETA para colgar
en el Museo del Prado, junto a las grandes gestas bélicas de la
historia. Lo que habrá que preguntarse es en qué medida esa postura
absurda del Partido Popular está suponiendo un freno, cuánto más rápido
avanzaría el proceso con todas las velas a favor, apoyando, uniendo
fuerzas, tirando en la misma dirección, o hasta qué punto los problemas
que están surgiendo en el camino son consecuencia de la desunión de los
partidos.
El PP tendría que darse por enterado de que los tiempos han cambiado,
por mucho que añoren el pasado. Nada es sólo blanco o negro. Teniendo en
cuenta que hay acuerdo a la hora de rehusar pagar un precio político,
habrá que buscar fórmulas para conseguir un acuerdo en las mejores
condiciones posibles, sin ceder en lo fundamental y buscando el
acercamiento de posturas en el resto. Y luego, una vez encendida la pipa
de la paz -que no dudamos que se logrará- comenzará el verdadero proceso
de reconciliación entre unos y otros, en la calle, entre la gente, algo
que no se conseguirá en dos días, ni firmando papeles, y mucho menos con
moscardones generando más odio y más tensión. Habrá que aprender a
convivir de nuevo.
Señores, la gente, lo que quiere es vivir en paz y no levantarse cada
mañana teniendo que contar muertos. A ETA le interesa, como a todos,
poner fin a todo esto porque el pueblo español ya no va a admitir más
muertes. El método para conseguir sus objetivos ya no es eficaz. Con
ello contamos, y en ello confiamos.
El resto es arrimar el hombro, y si no se tiene nada que aportar,
estarse callado. Al menos es más digno que decir gilipolleces./
C.F. |
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