Las obras de Belli suelen estar
protagonizadas por mujeres fuertes e independientes, electoras de proyectos
de vida transgresores. Sus heroínas además rompen con los estereotipos de
género. |
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OCTUBRE 2006
El camino de la utopIa
POR ISABEL MENENDEZ
Waslala
es el nombre de la ciudad imaginada por la escritora nicaragüense
Gioconda Belli en su última novela, para cuyo título ha elegido el mismo
bello y sugerente término que ha creado como topónimo. Gioconda Belli es
autora de una delicada y rica poesía pero también ha escrito varias
novelas, entre las que destaca la excelente "La mujer habitada",
ambientada en la revolución sandinista y protagonizada por dos figuras
femeninas, una actual, encarnada por una arquitecta joven y preocupada
por la política, y otra ancestral y simbólica, viva en la novela a
través de un frondoso árbol en el que habita. Las obras de Belli suelen
estar protagonizadas por mujeres fuertes e independientes, electoras de
proyectos de vida transgresores. Sus heroínas además rompen con los
estereotipos de género, asumiendo roles y actitudes que,
convencionalmente, han estado reservados a los varones, ofreciendo así
una feminidad que, sin perder cualidades que las mujeres han cultivado
en su socialización, incorporan otros rasgos menos frecuentes en la
literatura.
En Waslala, la autora nicaragüense ha recreado su particular reescritura
de uno de los mitos más universales: la búsqueda de la utopía, a través
de su prosa mágica y envolvente, sensual casi siempre, sin perder de
vista sus objetivos políticos e ideológicos. Así, la búsqueda de Waslala
es la necesidad de reencontrar una sociedad perfecta, creada por
intelectuales y poetas, donde no existirían las servidumbres y vilezas
que caracterizan la organización humana. Se trata, probablemente, de una
metáfora del proyecto sandinista que Belli ha recreado en su Waslala. El
trayecto hacia la ciudad perdida es también el camino de la aventura y
de la búsqueda de uno/a mismo/a; una reflexión que la escritora cede a
Melisandra, una mujer fuerte y decidida, capaz tanto de arreglar un
tejado como de emprender el camino legendario que sólo unos pocos han
conocido y del que nadie parece poder regresar. Una fortaleza también
visible en el resto de mujeres del libro, entre quienes destaca la noble
y emprendedora Engracia, de trágico destino en las páginas de Belli.
Las obras de esta autora, además de proponer una reflexión sobre la
política y el estado, están dotadas de un evidente compromiso ecológico
(quizá otra utopía) muy relacionado con su pertenencia a un país en el
que la defensa del medio ambiente es una necesidad paralela a la de
otros estados de su ámbito geográfico, como Brasil o Colombia;
enfrentados entre la apertura a un mercado únicamente interesado por las
riquezas naturales (que expoliará por tanto sus recursos) y la evidencia
de una sociedad necesitada de desarrollo e integrada por algunos de los
grupos de población más pobres del mundo. Estos elementos son rescatados
a lo largo de la obra, poniendo ante la mirada lectora una serie de
dilemas éticos que no pueden dejar indiferente: el dibujo de una
sociedad pobre, que malvive de los desperdicios que el primer mundo les
hace llegar y que, a cambio, va perdiendo sus riquezas naturales en
nombre del liberalismo económico; o la existencia del narcotráfico, que
alimenta las economías locales y enriquece a los intermediarios,
haciendo muy difícil la eliminación de cultivos que, al menos a corto
plazo, permiten acceder a intercambios monetarios. Gioconda Belli elige
un episodio real para dibujar el drama de algunos de los pueblos que
malviven de este modo. En 1987, en la ciudad brasileña de Goiania,
recolectores de basura encontraron un tubo relleno de un polvo que, al
frotarlo sobre la piel, producía luz. Belli, que cita a Eduardo Galeano,
destaca como los seres más pobres del planeta se sintieron felices por
un instante, viendo aquella riqueza de luz. El polvo brillante era
material radioactivo (cesio 137) y provocó la muerte de varias personas
y la enfermedad de otras muchas. Nunca hubo un accidente nuclear como
ése en América, sucedido poco después de Chernobyl, aunque casi nadie
conozca o recuerde este accidente. Por desgracia, y usando las palabras
de Galeano, "América Latina es noticia condenada al olvido". |