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OCTUBRE 2006
Ya no es una utopía. Internet ha hecho posible el
sueño. Un espacio libre de fronteras, igualitario, donde el concepto
tiempo es relativo y las distancias no existen. Un espacio donde con
sólo apretar una tecla, cualquier persona puede enviar y recibir
información, puede comunicarse con cualquier parte del mundo, sin
someterse al control de ningún poder y de forma casi gratuita.
Texto: Mariló Hidalgo. Fotos: Fusión
Esta especie de Aldea Global está repleta de
calles, diseñadas para permitir la comunicación entre sus habitantes.
Con el tiempo unas calles se unen a otras, se suman ordenadores y la Red
va haciéndose cada vez más poderosa. No hay sedes, nadie es dueño de
este entramado. Todo está basado en la colaboración y su funcionamiento
se apoya en una inteligente estructura de red que se va haciendo más
poderosa en la medida en que se van sumando más y más pequeñas redes.
El origen de la Red se remonta a 1969 cuando el Departamento de Defensa
de EEUU a través de su Agencia de Proyectos para la Investigación
Avanzada (ARPA), conectó cuatro sistemas de distintas instituciones
militares con el fin de que las comunicaciones no se interrumpiesen en
caso de ataque a alguno de ellos. Esta red se conoció como ARPAnet.
Pronto las universidades se percataron de las enormes posibilidades que
este sistema ofrecía, así que en 1972 y siguiendo este esquema ya
estaban conectadas más de cincuenta universidades y centros de
investigación de EEUU. En los ochenta se produjo una especie de caos
ante el aumento del número de ordenadores conectados y de pequeñas redes
que poseían distintos formatos. La comunicación se convirtió en una
especie de Torre de Babel. Había que unificar el lenguaje. Así nacen los
denominados protocolos de comunicación cuya labor consiste en dividir la
información en bloques (como un libro se divide en capítulos) para que
viajen de forma independiente por la red y luego sean ensamblados
siguiendo el esquema original.
Esto permitió nuevos avances. En 1989 dos investigadores del Centro
Europeo de Investigación Nuclear (CERN), Tim Berners-Lee y Robert
Cailliau, inventaron un sistema de intercambio de información basado en
el hipertexto (posibilidad de consultar un texto y sin salir de él,
poder saltar a otros textos relacionados a través de enlaces o palabras
clave). Así nace la World Wide Web (WWW), el elemento que ha contribuido
a popularizar Internet. Se había creado el primer servidor web, la
tecnología necesaria y se había definido el protocolo que hoy
utilizamos, http, y el lenguaje html, base sobre la que se apoya
cualquier página web. Entre 1988 y 1998 el número de ordenadores
conectados a la red aumentó de cien mil a treinta y seis millones.
Pronto seremos mil millones los conectados de manera estable a la Red.
CLAVES
DE UNA GRAN REVOLUCION
Después de todo lo expuesto no es exagerado decir
que nos encontramos ante el inicio de una gran revolución que no ha
hecho más que empezar y que no tendría nada que envidiar -por el impacto
que está teniendo en el terreno social y económico- a la que en su día
protagonizaron la imprenta o el teléfono. Una revolución que introduce
elementos que afectan directamente a las personas y a la forma de
entender la sociedad. Hemos seleccionado algunas palabras que en sí
sugieren nuevos valores que podrían explicar las bases de esta gran
revolución.
RED:
La red rompe definitivamente con la estructura
jerárquica que siempre ha dominado en nuestra sociedad. Aquí las
fronteras no existen. En la Red la información circula libremente y
llega a todos los rincones. Todos los individuos pueden ser emisores y
receptores. La jerarquía es sustituida por una especie de conciencia
colectiva común entre individuos distantes que ni se conocen, pero que
gracias a la Red pueden coincidir en un punto de este ciberespacio y
relacionarse.
LIBERTAD
para acceder a la información y libertad de
expresión. Ante la ingente cantidad de información que circula por la
Red, el usuario hoy puede elegir entre un montón de alternativas con
sólo apretar una tecla. Pero además, lo que se abre ante él no es una
fórmula, no es un camino sino muchos. Surgen mil opciones a valorar en
un universo libre, plural y complejo donde uno debe saber lo que quiere
y lo que busca; de lo contrario puede acabar en un mundo de confusión o
incertidumbre. Pero sobre todo Internet ha hecho posible que la libertad
de expresión sea una realidad.
DIALOGO:
En medio de un mundo marcado por la confrontación
y la guerra, la Red habla de diálogo, de palabra, de comunicación y de
personas. Nos aporta la imagen de individuos relacionándose desde
distintas partes del planeta sin más límite que el que ellos deciden
ponerse. Aunque la Red es utilizada por gobiernos y empresas, es sobre
todo una red de personas, de asociaciones, de ideas, de grupos de
debate, de iniciativas, de centros de información... El hombre no está
solo, forma parte de un grupo.
DEMOCRACIA: Hay muchos que temen lo que la red está
generando. Es algo que crece sin su control y sin sus límites. Es el
primer medio de comunicación de muchos para muchos y esto es algo muy
goloso. Pero la Red no llega a todos. Existe una gran brecha tecnológica
que divide al mundo entre conectados y no conectados. Cuatro mil
millones de personas no tienen acceso a la Red y del universo de
"privilegiados" más del 40% se concentra en EEUU y Canadá.
VELOCIDAD:
El mundo en nuestras manos a golpe de "clik".
Velocidad para transmitir y recibir. Velocidad en la transformación de
un sistema que está en continua evolución. Velocidad en el crecimiento
de ordenadores conectados y redes. Es como si el tiempo hubiese
desaparecido de nuestras vidas, cosa que también podríamos decir del
espacio, que ha pasado a ser un ciberespacio con posibilidades de
crecimiento infinitas.
CAOS
sería la palabra que mejor definiría a la Red.
Caos entendido como ruptura de un orden creado, de un sistema de
valores. Esta conocida teoría matemática aplicada a la Red explicaría
cómo al introducir dentro del sistema elementos nuevos o variaciones
minúsculas, el resultado es diferente e imprevisible y puede traer
aparejados cambios de dimensiones gigantescas. Caos hace desaparecer las
jerarquías, rompe fronteras y permite expansión sin límites. Sin duda
pone en marcha un nuevo modelo de sociedad.
"Mente no es
sinónimo de cerebro, ni permanece encerrada dentro de él. Se
extiende al mundo que nos rodea, conectándonos con todo lo
que vemos "
Rupert Sheldrake,
filósofo y bioquímico. |
ARRIBA,
ABAJO: TODO EN RED
Si bien Internet ha sido la gran revolución, el sistema que reproduce no
es nuevo. Si elevamos nuestra vista al cielo en una noche despejada
podemos ver multitud de estrellas y de planetas. Nada de lo que
alcanzamos a ver funciona de manera independiente. Según van
descubriendo los científicos, el Cosmos es un enorme mecanismo de
fuerzas donde los cuerpos se influyen recíprocamente, se relacionan
según leyes que funcionan con una perfección absoluta, como una inmensa
red.
Nuestro cuerpo reproduciría ese mismo esquema. Cada órgano tiene una
labor y también está relacionado con los demás órganos. Nuestro
metabolismo funciona de acuerdo a unas leyes y cuando surge alguna
alteración, sobreviene la enfermedad. Hoy en día ningún médico que
quiera curar una determinada dolencia, investiga en una sola dirección
sino que tiene que estudiar toda la compleja naturaleza del ser humano
perfectamente interconectada. Es decir, tiene que mirar el todo no una
parte.
Pero quizá el ejemplo más perfecto sea nuestro cerebro. El científico
argentino Dante Chialvo, del Departamento de Fisiología de la
Northwestern University de Chicago se propuso analizar e interpretar las
imágenes que se obtienen del cerebro humano usando la resonancia
magnética. Bajo este enfoque comprobó que las distintas regiones del
cerebro eran una especie de "nudos" o nodos de una "red" que los
interconectaba. En su informe señala que esas redes tenían semejanza con
otras que conocemos como Internet, las redes sociales o el
funcionamiento de nuestro propio metabolismo. "El cerebro -explica- es
intrínsecamente un sistema dinámico, en el cual el tráfico entre
regiones crea y forma redes funcionales continuamente complejas de
dinámicas correlacionadas". Cada uno de estos "nudos" tiene, según el
estudio, acceso a toda la red y puede transmitir información a gran
velocidad. ¿No nos recuerda a algo?
Miremos hacia
donde miremos, todo lo que nos rodea es una red que forma parte a su vez
de una red mayor. Cada partícula de vida está conectada a las demás por
hilos invisibles a través de los cuales circula energía eléctrica,
exactamente igual que ocurre en Internet, energía que mantiene todo
vivo. Dentro de esta inmensa red, el ser humano es una parte especial
porque posee inteligencia, tiene mente, lo que le permite poder acceder
a la conciencia, al conocimiento de esa red, cosa impensable para el
resto de criaturas. Gracias a la mente, el hombre podría comprender,
razonar, asimilar e incluso llegar a visualizar y conectar con lo que
está por encima de él, ya que dentro de la red la información circula
sin fronteras, sin límites. Podría llegar a comprender las leyes de la
red y sus efectos.
A medida
que avanzan las investigaciones en todos los campos queda demostrado que
el ser humano está unido -lo quiera o no, sea consciente o no- a todos
los seres vivos con quienes se supone debería de relacionarse
correctamente. No es el centro del universo; es más, su propia evolución
está unida a la de todos los seres vivos que le acompañan.
En los últimos tiempos este concepto ha derivado en una serie de teorías
que han supuesto una auténtica revolución científica. Nos referimos por
ejemplo a la "ciencia de redes". El científico Albert-László Barabási
que ha escrito un libro hablando ampliamente de ello ("Linked"), dice
que si queremos comprender la vida, avanzar en las investigaciones,
debemos pensar en redes, no en acciones aisladas. "Las redes están
presentes en todas las partes, todo lo que necesitamos son ojos
apropiados para poder verlas".
Caos sería la palabra que mejor definiría a la
Red. Caos entendido como ruptura de un orden establecido, de un sistema
de valores.
Si todo parte
del mismo lugar, tiene el mismo origen, ¿habría una teoría científica
que ofreciese una única respuesta a todos los misterios de las distintas
disciplinas de la ciencia? El científico y filósofo, nominado en varias
ocasiones para Nobel de la Paz, Ervin Laszlo, explica de forma muy
sencilla y demuestra a través de complicadas ecuaciones matemáticas,
cómo todo el Universo está unido, interconectado y además transmite de
forma permanente información a todos los lugares. Esta idea tan sencilla
es la base sobre la que se levanta una nueva forma de entender la
ciencia y unifica todas sus disciplinas. Hablamos de la "Teoría del
Todo", la gran piedra filosofal.
Pero vamos a dar un paso más de la mano del filósofo y bioquímico,
Rupert Sheldrake. Según este británico, la mente no sería sinónimo de
cerebro, ni permanecería encerrada dentro de él sino que "se extiende al
mundo que nos rodea, conectándonos con todo lo que vemos". Dicho de otra
forma, nuestra mente no sólo estaría sometida a la influencia de un
universo circundante, sino que también dejaría su huella e información
en todo lo que le rodea. En esto consiste su teoría de la "mente
extendida". El Universo estaría lleno de campos mentales por los que
continuamente circulan ideas, información, etc. Si el hombre aprendiera
a desarrollar y emplear su mente, podría traspasar las barreras del
espacio, comunicarse con sus semejantes a distancia y lo que es más
importante, podría según Sheldrake, participar conscientemente en la
materialización del futuro. Esto que a primera vista parece de ciencia
ficción, empieza a ser apoyado por especialistas de física cuántica que
creen que esta teoría de los campos mentales que se interrelacionan, es
posible científicamente. ¿Cuántos misterios más esconde la red esperando
a ser descubiertos?
¿RED O
TELA DE ARAÑA?
Aunque ambas palabras (red y telaraña) se utilizan para referirse a
Internet, nos tomamos la licencia de enfrentarlas para hablar de las dos
líneas o fuerzas que conviven en esta ciberia global.
Así que de la idea de Internet como proyección de una utopía soñada,
vamos a pasar a hablar de Internet-telaraña, la que persigue el poder a
costa de lo que sea, la que atrapa, la que genera servidumbres. Hablemos
de la cara oculta.
Comenta el periodista Joaquín Estefanía en su libro "La mano invisible.
El gobierno del mundo", que nos hallamos en un momento donde el
Estado-nación se ha sustituido por un Estado-red en el que los
ciudadanos han creado sus propias redes de poder, su propia soberanía.
Según su teoría eso ha provocado que el poder político se difumine y se
vea obligado a compartir espacios que antes eran suyos. El periodista
Francisco Rubiales, autor de "Democracia secuestrada" añade una
reflexión al respecto: "Sorprendentemente, los partidos políticos, a
pesar de ser implacables máquinas gestoras de poder, están demostrando
poca capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías. Padecen una
carencia grave en la manera en que interactúan con su público y con sus
propios miembros, sin saber evolucionar desde los anticuados mítines de
masas a los nuevos foros de Chat, evidenciando así que, para sobrevivir
en la era de la información, deberían desarrollar con premura nuevos
modos de relacionarse con miembros y electores.
Por el
contrario, los que sí están utilizando la Red con eficiencia son algunas
asociaciones ciudadanas reivindicativas, movimientos internacionales de
protesta, grupos políticos de oposición y grupos marginales". Esto ha
hecho que Internet se haya convertido en "ese oscuro objeto de deseo"
para los gobiernos, y no tanto por el interés de hacerse con el control
técnico sino para lograr el dominio sobre accesos y contenidos para de
ese modo tener capacidad de influencia. Tras los atentados del 11-S este
control se ha intensificado amparándose en el marco de la lucha
antiterrorista, resquicio perfecto para llevar a cabo lo que en otro
momento resultaba impensable. Comenzó con la batalla en el Congreso
estadounidense de EEUU, que hizo adoptar la famosa "Patriot Act" del 26
de octubre de 2001 en virtud de la cual se permite a las autoridades
arrestar a sospechosos indefinidamente, deportarlos, encerrarlos en
celdas de aislamiento, además de vigilar su correspondencia,
conversaciones telefónicas o vía Internet, y registrar sus domicilios
sin autorización judicial. Se cerraron algunas páginas web musulmanas
por considerar que hacían apología del terrorismo. A continuación se
creó también la Ley Patriótica II, durante la primera mitad de 2002, que
amplió los poderes de las fuerzas policiales. Esta nueva norma obliga a
proveedores de servicios de Internet a entregar información sobre sus
clientes a cualquier entidad gubernamental federal, estatal o local si
cree "de buena fe" que se trata de una emergencia. Pero EEUU no está
solo, su ejemplo fue seguido por un gran número de países. Según la ONG
Reporteros Sin Fronteras, en Corea del Norte "Internet es simplemente
inexistente y las pocas páginas contra el régimen se encuentran
albergadas en Japón". En Arabia Saudí se usa el sistema Djeddah para
filtrar la información de opositores. China, con 20 millones de
internautas, ha creado una brigada policial para combatir los artículos
que se publican en Internet contra el gobierno. En Túnez está bloqueada
la página web de Amnistía Internacional, y en Cuba el tráfico de
Internet está centralizado en un solo servidor a través del cual se
vigila a los disidentes".
Los intentos de controlar Internet,
con la excusa de amparar y proteger principios democráticos,
derechos de los niños o de los consumidores, es algo
denunciado hasta la saciedad por organizaciones de defensa
de derechos humanos. Hoy la Red no es un lugar seguro. |
Otro apartado
donde de verdad se ha notado esa lucha por el poder ha sido en el
terreno de la economía. Estefanía señala que antes la referencia era
Wall Street -en concreto el índice Dow Jones-, ahora todas las miradas
se dirigen hacia el índice Nasdaq, que representa el mercado de empresas
del sector tecnológico y en especial de las vinculadas a Internet. La
denominada "Nueva Economía" se desarrolla en la Red y es la que
realmente "mueve" el mundo hasta el punto de llegar a oscurecer al poder
político. En esta economía globalizada dominan un reducido número de
empresas transnacionales de dimensiones gigantescas -mayores que
Estados- que se dedican a la producción, el comercio y las finanzas
mundiales. Para hacerse una idea de estas empresas hay que tener en
cuenta que los doscientos mayores grupos transnacionales mueven la
cuarta parte de la producción mundial, y sus beneficios crecen a un
ritmo doble de lo que lo hace el Producto Interior Bruto de los
veintinueve países industrializados que integran la OCDE, y supera ya a
la producción total sumada de los otros 182 países que no forman parte
de la OCDE, pero donde vive la mayoría de la humanidad. La famosa mano
invisible, en su búsqueda por el poder, ha construido una arquitectura
totalmente opuesta a lo que era el ciberespacio en sus orígenes.
Apoyándose en la economía y utilizando el poder de los gobiernos, ha
perfeccionado mecanismos de control para poder regular y dirigir los
flujos de información. ¿Cómo? Utilizando múltiples estrategias. Vetando
contenidos; dificultando el acceso a Internet, haciendo que en muchos
países el acceso a la Red sea un auténtico lujo; censurando y castigando
opiniones contrarias a lo políticamente correcto. Esther Navío,
periodista del Centro de Colaboraciones Solidarias explica que "los
mecanismos de control son muy variados. El escaso desarrollo o mal
estado de las infraestructuras de la comunicación (con el consecuente
encarecimiento de estos servicios) es la forma más contundente de
excluir al 97% de la población mundial de Internet.
Entre 1988 y
1998 el número de ordenadores conectados a la red aumentó de
cien mil a treinta y seis millones. Pronto seremos mil
millones. |
El control de
los servidores, mediante monopolio estatal o a través del manejo de los
privados por parte de instancias próximas a las élites gobernantes
(parientes, miembros del partido único...) es una práctica habitual en
45 países, que permiten a sus élites bloquear páginas "indeseables",
filtrar determinadas informaciones de la Red e interceptar mensajes
privados de correo electrónico. Algunas de las páginas más bloqueadas
son aquellas de contenidos políticos contrarios a los gubernamentales,
denuncia de violaciones de los Derechos Humanos o de corrupciones
políticas, noticias procedentes del extranjero o enlaces a estas páginas
perseguidas... con la excusa de que amenazan los valores esenciales del
país. La aprobación de leyes sobre Internet es otra forma de intentar
controlar sus contenidos. En la actualidad más de trece países poseen
una ley de cibercrimen, y hay otros muchos que estudian aprobarla". Los
intentos de regulación, legislación e instauración de mecanismos de
control, con la excusa de amparar y proteger principios democráticos,
derechos de los niños o de los consumidores, es algo denunciado hasta la
saciedad por organizaciones de defensa de derechos humanos. Hoy la Red
no es un lugar seguro.
A ello contribuyen también multitud de piratas informáticos o hackers,
los timos informáticos o la pornografía infantil, que está siendo
perseguida por todos los gobiernos del mundo, desde Europa a Sudamérica,
donde Brasil tiene las leyes más adelantadas.
Como hemos visto, conviven en el mismo espacio dos realidades muy
distintas: la red diseñada para el beneficio y crecimiento de todos, y
la telaraña pensada para atrapar al "navegante" y controlarle en
diversos aspectos.
Al final la decisión está en manos del usuario que es quien decide y
también quien establece las bases de lo que será Internet en el futuro.
∆
Para más
información: "La mano invisible" (Ed. Aguilar) de Joaquín Estefanía.
"Democracia Secuestrada" (Ed. Almuzara) de Francisco Rubiales. "Linked"
de Albert-László Barabasi |
El "PUNTO DIOS" en el cerebro
Por Leonardo Boff, catedrático de ética y teólogo
de la Liberación.(*)
"U n
frente avanzado de las ciencias hoy está constituido por el estudio del
cerebro y de sus múltiples inteligencias. Se han conseguido resultados
significativos, también para la religión y la espiritualidad. Se
distinguen tres tipos de inteligencia. La primera es la inteligencia
intelectual, el famoso CI (Cociente de Inteligencia), al que se le dio
tanta importancia en todo el siglo XX. Es la inteligencia analítica por
medio de la cual elaboramos conceptos y hacemos ciencia. Con ella
organizamos el mundo y solucionamos problemas objetivos.
La segunda es la inteligencia emocional, popularizada especialmente por
el psicólogo y neurocientífico de Harvard, David Goleman, con su
conocido libro, Inteligencia emocional (CE = Cociente Emocional). Él
demostró empíricamente lo que era convicción de toda una tradición de
pensadores, desde Platón, pasando por San Agustín y culminando con Freud:
la estructura de base del ser humano no es razón (logos) sino emoción (pathos).
Somos, en primer lugar, seres de pasión, empatía y compasión, y sólo
después de razón. Cuando combinamos CI con CE nos movilizamos, a
nosotros mismos y a otros.
La tercera es la inteligencia espiritual. La prueba empírica de su
existencia deriva de investigaciones muy recientes, de los últimos diez
años, hechas por neurólogos, neuropsicólogos, neurolingüistas y técnicos
en magnetoencefalografía (que estudian los campos magnéticos y
eléctricos del cerebro). Según estos científicos, existe en nosotros, y
es científicamente verificable, otro tipo de inteligencia, mediante la
cual no sólo captamos hechos, ideas y emociones, percibimos también los
contextos mayores de nuestra vida, totalidades significativas, y hace
que nos sintamos insertados en el Todo. Nos hace sensibles a valores, a
cuestiones ligadas a Dios y a la trascendencia. Se la llama inteligencia
espiritual (CEs = Cociente Espiritual), porque es propio de la
espiritualidad captar totalidades y orientarse por visiones
transcendentales.
Su base empírica reside en la biología de las neuronas. Se ha verificado
científicamente que la experiencia unificadora se origina de
oscilaciones neurales a 40 hercios, localizada especialmente en los
lóbulos temporales. Se desencadena, entonces, una experiencia de
exaltación y de intensa alegría como si estuviésemos delante de una
Presencia viva.
O inversamente, siempre que se abordan temas religiosos, Dios o valores
que conciernen al sentido profundo de las cosas, no superficialmente,
sino con una participación sincera, se produce esa misma excitación de
40 hercios.
Por esta razón, neurobiólogos como Persinger, Ramachandran y la física
cuántica Danah Zohar bautizaron esa región de los lóbulos temporales
como "el punto Dios".
Si es así, en términos del proceso evolutivo podemos decir: el universo
evolucionó durante miles de millones de años hasta producir en el
cerebro el instrumento que capacita al ser humano para percibir la
Presencia de Dios, que siempre estaba allí aunque no percibido
conscientemente. La existencia de ese "punto Dios" es una ventaja
evolutiva de nuestra especie homo. Da una referencia de sentido a
nuestra vida. La espiritualidad siempre ha pertenecido a lo humano y no
es monopolio de las religiones".
(*)
www.leonardoboff.com
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Pensar en Red
"Pensar en red es una idea que invade cada vez más
todas las ciencias y prácticas sociales. Los nuevos descubrimientos que
están revolucionando la biología y la medicina plantean que si queremos
comprender la vida y curar enfermedades, debemos pensar en las redes del
organismo, no en acciones aisladas de las células". Con esta reflexión
el psicólogo y Miembro de la Sociedad Científica GIBBA, Carlos Neri(*)
nos introduce en el apasionante mundo de la Red.
-A Internet se la denomina la Red y también la telaraña... ¿Hablamos de lo
mismo? ¿Puede ser ambas cosas?
-Son metáforas y por épocas se
usan indistintamente unas u otras. El desarrollo de Internet desde su
tiempo militar, pasando por su etapa académica hasta la etapa mercantil
de hoy, ha ido tomando distintos nombres y distintas metáforas. Es a
partir del advenimiento de la Web, con los desarrollos de Tim Berners-Lee,
cuando la idea de telaraña tiende a cubrir todos los desarrollos. Sin
embargo las metáforas abundan y todas tienen algo de real;
supercarretera (autopista), virtualidad, ciberespacio. Se hace necesario
cubrir los flujos de datos que viajan en forma de electricidad con
metáforas mas humanas, más cercanas a la comprensión del hombre.
Un estudio reciente habla de mil millones de documentos visibles en la
Red, frente a quinientos cincuenta mil millones de documentos invisibles
o no recuperables por los buscadores. Aquí una vez mas los algoritmos de
búsqueda tienden a encontrar mediante sus robots sólo las rutas más
transitadas. Los sitios populares forman, como señala Babarasi,
concentradores (hubs) muy potentes que atraen al público y a otros
sitios que se enlazan. Por más que uno crea que al escribir está en las
mismas condiciones dentro de la Red, nuestra ubicación en relación a
esos grandes concentradores nos vuelve casi invisibles. Sin embargo, los
enlaces del pequeño mundo me relacionan con otros pequeños mundos.
-"Si
queremos comprender la vida que nos rodea debemos pensar en red". ¿Qué
puertas abriría esta teoría cada vez más extendida?
-La primera cuestión que da cuenta esta teoría, no es algo nuevo,
sino un viejo problema que arrastramos de un estadio de la ciencia donde
se parcializaba el objeto de estudio y una disciplina se dedicaba a un
tema y marcaba sus fronteras y su mirada. El pensar en red, es pensar en
la complejidad, en sistemas abiertos y complejos que se interrelacionan.
Los estudios del genoma humano han abierto la puerta a la comprensión y
revisión de muchos problemas, pero hoy a nadie se le ocurriría entender
al ser humano sólo en su faz molecular.
Es el pensamiento en red el que abre las puertas a la conexión entre las
redes del organismo humano y las redes sociales. Como señala Joel de
Rosnay, en el futuro del camino de las interrelaciones está el hombre
simbiótico o la conexión de redes tecnológicas y red neuronal, tema bien
transitado por la ciencia ficción. Así surgen nuevas preguntas
epistemológicas donde el objeto forma parte del sujeto y el sujeto del
objeto, en una nueva complejidad. Una frase de Barabasi nos puede guiar:
"el desorden no existe en sí mismo, lo que existe es la falta de
conocimientos".
"Es el pensamiento en red el que abre las puertas
a la conexión entre las redes del organismo humano y las redes sociales"
-La
sociedad actual ensalza al individuo-objeto, independiente y aislado.
¿Cómo despertar a esa visión de redes?
-Si bien en apariencia estamos aislados, en realidad estamos
conectados por redes de redes de personas. La mayoría de las redes
sociales que existen hoy en día basan su funcionamiento e inspiración en
la teoría de los seis grados de separación formulada en 1967 por el
psicólogo Stanley Milgram de la Universidad de Harvard. Esto sin dejar
de lado, como señala Castells, la tensión existente entre el yo y la
red. Si bien se trata de las dinámicas entre pequeños grupos y el todo,
hay que entender que lo local también puede incidir en lo global,
dependiendo del tipo de redes.
La idea de lo que la gente llama intuitivamente globalización muestra
individualismos pero percibiéndose como parte de un todo. La
construcción de una visión de redes es un proceso largo y no
necesariamente lineal, que como toda construcción va del yo al nosotros.
Para ello se hacen necesarios gestores del cambio, no necesariamente
entendidos éstos como gobierno, sino como formas de organizaciones
horizontales. En este aspecto está en juego la redefinición del concepto
de minorías y mayorías y el de participación. Lo difícil de definir en
esta cuestión es que nosotros mismos estamos inmersos en el proceso de
cambio y percibimos más lo homogéneo que lo diverso.
-Siguiendo
la ciencia de redes creo que usted estudió en profundidad las redes
neuronales. ¿Me podría compartir algún descubrimiento -relacionado con
esto- que le sorprendiera especialmente?
-Se trata de una historia muy rica, pero muchas veces invisible al
gran publico. Como todo lo que proviene del campo de lo formal, sólo
accedemos indirectamente, pero los avances que a mi entender más van a
impactar son aquellos que se aplican al desarrollo de interfaces
(conexiones) hombre-máquina; en el caso por ejemplo de parálisis
totales, se trataría de recrear las conexiones perdidas. Redes
neuronales artificiales para sustituir funciones de redes neuronales.
Comúnmente se lo denomina "manejar objetos con el pensamiento". ∆
(*) Carlos
Neri, psicólogo; Profesor e Investigador de la Universidad de Buenos
Aires; Miembro de la Sociedad Científica GIBBA y del Grupo de
Iniciativas para la accesibilidad de las páginas Web (SIDAR) de España.
Editor de la bitácora Moebius ( www.moebius.lodigital.com.ar
) |
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