MAYO 2006

SI BERLUSCONI FUERA PAPA

¿Se lo imaginan? ¿Se imaginan a Berlusconi saliendo al balcón, recién proclamado Papa, lanzando su bendición a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro? ¿Se imaginan el desarrollo del Concilio en el cual el Berlusconi aspirante al trono de San Pedro hubiera chantajeado, amenazado e insultado a todos aquellos cardenales que no tuvieran intención de votarle?
Desde luego sería digno de una película, y no de ciencia ficción precisamente.
Pero lo que sería digno de otra película, eso sí, más dramática, sería su labor pastoral al frente de la Iglesia. Las santas cruzadas renacerían de sus cenizas, sólo que ahora no sólo afectarían a los infieles musulmanes, sino que se extendería a los comunistas, a los medios de comunicación que no le besaran su sello de oro y diamantes y se bajasen los pantalones ante sus chanchullos y desprecios.
Con Berlusconi la Iglesia recuperaría el dominio de la Roma poderosa y dominadora. Su poderoso ejército sería la envidia de los mismísimos marines y el terror de todos aquellos que no doblegaran su rodilla ante él y su "dios", un "dios" con peluquín y gancho popular, pero sanguinario con los que no comulgasen con sus ideas. Bueno, algo así como lo que ya sucedió varias veces en la historia de la Iglesia y sus Papas.
El Papa Berlusconi acapararía los telediarios y los programas diseñados expresamente para resaltar su ego, eso sí, lo haría en nombre de "Dios" y de proteger la fe y la moralidad de los fieles, algo que corre grave peligro en una sociedad deshumanizada como la que nos rodea.
¡Qué bien le sentaría el blanco puro de sus propios ropajes y el báculo de pastor de almas!
Porque en realidad ésa es su vocación más profunda. Todo lo que hizo y hace es pensando en las pobres almas descarriadas que necesitan alguien que las guíe y oriente ante los peligros y amenazas del comunismo, el libertinaje y el mismísimo Satanás, que ahora acaba de reencarnarse en Prodi y los suyos, y en todos aquellos, para él "gilipollas", que no son capaces de ver su labor mesiánica y piensan que es un caco, mafioso y aprovechado que sólo piensa en el poder y en ganar dinero como sea. ¡Qué injusticia!
De todas formas ésa también es una característica peculiar de casi todos los Papas, o sea, que no representa ningún impedimento para que aspire a tan excelso cargo una vez se canse de ser oposición y pasar a un segundo plano en la élite nacional e internacional. Seguro, además, que no le faltarán apoyos entre los fieles e incluso dentro de la misma Iglesia, porque el Benedicto este, el XVI, no cae simpático a todos, a pesar de lo que digan, y entre los cardenales son conocidos sus chanchullos en el Concilio que le coronó.
Yo creo que existen muchos paralelismos entre Berlusconi y los Papas. Es más, no sería de extrañar que fuera la reencarnación de alguno de aquellos que tanto hizo por el patrimonio de la Iglesia a costa de mandar a muchos al infierno sin pasar por el purgatorio ni detenerse a tomar aire en el limbo.
Eso sí, el Berlusconi Papa terminaría definitivamente con la obsesiva persecución que la Iglesia hace del sexo.
Los guardias suizos serían testigos permanentes del trasiego de féminas exquisitas que harían que la sonrisa de Berlusconi no se borrara de su cara ni en los entierros de los cardenales.
Y eso sería una cosa a su favor, sí señor, no como la cara de amargado que tiene ahora el Benedicto.
En fin, tan sólo es una suposición, una especulación fruto de mi imaginación y de mi preocupación por el futuro de tan insigne caballero, señor del fraude, de la mentira, de la manipulación y del desprecio a todo lo que no sea él y sus ideas.
Cualidades, repito, que le postulan para presentarse al trono de San Pedro.
Eso sí, no es culpa de Pedro lo que se montó en su nombre./ MC