| |
MAYO 2006
EL PODER DE LA PALABRA
"E n el principio fue el Verbo...". Así comenzó la
creación y así surgió la vida donde antes sólo había un aparente vacío.
Pero al decir "Verbo" podemos decir "Palabra", o podemos decir "Sonido",
porque en realidad el Uno, el Creador, emite un "Sonido" que es
Vibración, que es la consecuencia de la expresión de Su Idea creadora,
de Su Pensamiento, de Su Sueño.
Así, el "Sonido" original, que es el Verbo, es también la primera
manifestación del Creador, y es por tanto su Hijo-Hija.
Dicho "Sonido", que es Vibración, compenetra el Espacio y a medida que
avanza va creando diferentes niveles o planos dimensionales, de dentro
hacia afuera, hasta llegar al más extremo o alejado del punto centro u
origen del Sonido, que es la Mente del Uno.
En este último plano o nivel, el conocido como plano físico, es donde
surge la Vida tal y como la conocemos ahora, tal y como nuestros
sentidos la perciben, pero ésa es sólo una mínima expresión de la
verdadera Vida, una expresión adaptada a unas circunstancias externas y
extremas.
Pero incluso en este alejado nivel físico, el Sonido original permanece
dentro de la materia, constituyendo la vibración que hace posible el
mantenimiento de la vida.
El hombre, como criatura especial de la Creación, contiene en sí mismo
la capacidad de conquistar y utilizar el máximo poder de la creación,
que es el Sonido original. Este reside en lo más profundo de su mente,
en un lugar sólo accesible para aquellos que se hayan hecho merecedores
de ser reconocidos como una expresión del Verbo, o sea, para aquellos
que se hayan convertido en Hijos del Uno, en auténticos Hijos, tal y
como mostró y demostró Jesús el Cristo.
El usó en repetidas ocasiones el poder del Sonido en sus conocidos
"milagros", que no fueron otra cosa que la respuesta de la sustancia o
materia al poder que la creó.
Jesús, como Hijo, tuvo conocimiento del poder de la Palabra como
vehículo del Sonido original, de la Voz del Padre. Y la usó para dar
testimonio del Padre y de Su Poder.
El hombre posee esa misma capacidad, pero precisamente por el poder que
encierra la palabra, de momento es utilizada como fuente de problemas,
de conflictos, de enfrentamientos.
Cuando el hombre alcance el nivel evolutivo que le capacite para usar
correctamente la palabra, entonces ésta se convertirá en un vehículo de
unión, de curación, de elevación espiritual, de Poder.
El camino también lo dejó marcado el Hijo, el Cristo, y es a través del
Amor, que es el reconocimiento de la unidad e igualdad de todos los
seres humanos, pero no un reconocimiento teórico, muchas veces utilizado
con intenciones interesadas, sino un reconocimiento práctico, real, vivo
en hechos y manifestaciones auténticas.
Hoy en día la estudiada manipulación de la palabra conlleva la
separación de la humanidad en grupos que viven enfrentados, cuando en el
fondo todos partieron del mismo Origen y todos son Hijos del mismo
Padre.
Sólo a través del reconocimiento de la humanidad como una única
fraternidad se pueden activar los centros dormidos que despertarán el
Poder de la Palabra, el uso del Verbo, la activación del Sonido.
Pero la mente actual tampoco puede asumir y soportar la Vibración que
dicho Poder transmitiría. Para ello es necesario una evolución mental,
un "girar" la mente hacia dentro, buscando en la profundidad el alimento
necesario para su transformación, restándole intensidad a la exigencia
del exterior, a la esclavitud de la materia.
Si el Uno, el Creador, emitió el Sonido original desde su Mente, y éste
es el vínculo de unión con El, todos los seres humanos tendrán que
convertirse en Hijos conscientes, en instrumentos conscientes del Poder
del Padre.
Todo es Sonido, todo es Verbo, todo es Hijo-Hija.
Si el Sonido se retirara, la creación entera se desintegraría como una
pompa de jabón. Y la Vida retornaría a su fuente de Origen y se
convertiría en Sonido, en Vibración, porque ahora es Movimiento, el
Movimiento que nace de la Vibración. ∆ |
| |
|