ENERO 2006
Paraísos
Fiscales
El cáncer del sistema
Según datos de Naciones Unidas, hay setenta y cuatro paraísos
fiscales en los que está depositada la cuarta parte del PIB mundial.
Sólo con el 1% de ese dinero se podrían satisfacer las necesidades
sanitarias y alimentarias esenciales de todo el planeta. Pero este
sistema que es el paradigma del neoliberalismo, también está arruinando
a los estados y erosionando las democracias.
Texto: Marta
Iglesias
Los
estudiosos del tema se quejan del desconocimiento existente en el gran
público sobre los paraísos fiscales. De hecho, cuando hablas con alguien
su primer pensamiento es que si tuviese dinero lo llevaría a las Islas
Caimán, Jersey, las Islas Vírgenes, Gibraltar, Andorra o Suiza. Pero la
dimensión que tienen estos centros financieros es tal que se ha colado
hasta en los sistemas políticos de los países democráticos e impiden el
crecimiento de los países del sur.
Hasta los años 80 estos lugares funcionaban como una caja B donde la
gente acaudalada depositaba dinero, pero tras la globalización
financiera que permitió la libertad de movimientos de capital de un país
a otro, se convirtieron en centros legales. En ese momento se eliminaron
los controles de regulación bancaria que existían en todos los países y
quedó plena libertad para mover el dinero. "En la actualidad los
paraísos fiscales son aquellos enclaves geográficos que se han
convertido en centros financieros para no residentes. Se conocen también
como offshore y ofrecen ventajas como la exención de impuestos,
opacidad, secretismo y mucha libertad de acción para hacer operaciones
que en países normales no se podrían hacer", según las declaraciones de
Juan Vigueras, doctor en Derecho, coordinador de la Comisión de Paraísos
Fiscales de ATTAC España y miembro del comité directivo de Justicia
Fiscal Tax Justice Network.
Dinero en el paraíso
En lugares como las Bermudas, Luxemburgo o Liechtenstein depositan
dinero fundamentalmente las grandes corporaciones internacionales y los
grandes bancos. Estos son los principales clientes de los paraísos
fiscales. Los beneficios que obtienen con ello son por un lado un ahorro
fiscal al no pagar impuestos, y por otro la posibilidad de realizar
operaciones opacas de las cuales se desconoce quién ha sido realmente el
titular. "Lo más simple es hacer depósitos, pero normalmente se crea un
fondo de inversiones o una sociedad offshore con una regulación
específica -explica Juan Vigueras-. En la propia memoria de Telefónica
se recogen siete sociedades holdings (sociedades de cartera) registradas
en las Islas Vírgenes Británicas con el mismo domicilio, que es un buzón
de correos: PAL GROVE HOUSE. P.O. BOX 438 Tórtola. British Virgins
Islands.
"Son
los mercados financieros los que están juzgando la política
de los gobiernos en vez de los ciudadanos" |
En el juicio reciente del BBV no se ha vuelto a
explicar que las cuentas secretas estaban en Jersey, una isla en el
canal de la Mancha". Esta manera opaca de mover el capital permite el
blanqueo del dinero del crimen organizado, y es una vía segura para la
financiación de grupos terroristas, ya que estos centros no dan
información ni siquiera a los tribunales. Pero las consecuencias de la
existencia de estos paraísos financieros van mucho más allá. Por un lado
fomentan y estimulan la especulación financiera, creando inestabilidad
en los mercados. Ello es posible porque a través de estas sociedades
fantasma se pueden comprar acciones en bolsa, que se venderán cuando
suban de valor. Es lo que sucede actualmente en nuestro país: la bolsa
está creciendo porque se están comprando muchas acciones de empresas
españolas. En realidad las compras se hacen desde fondos de inversión
registrados en Jersey o las Caimán, y se venderán cuando suban las
acciones. El crecimiento es ficticio porque no se están creando empresas
físicas que reporten trabajo y riqueza. Es pura y dura especulación
financiera.
La repercusión se ve en casos como Enron (EEUU), BBVA (España) o
Parmalat (Italia), estafas que han arruinado a millones de pequeños y
medianos accionistas, pensionistas y empleados.
Paraísos que arruinan el mundo
Pero estos lugares paradisíacos están hundiendo las economías del
planeta. Veamos para demostrarlo dos casos: el tercer mundo y los países
industrializados. Juan Vigueras nos habla del empobrecimiento de los
países del sur: "Desde ATTAC calculamos que al año se pierden por
evasión fiscal 255.000 millones en estos países. El empobrecimiento se
debe a la evasión fiscal de las clases dirigentes de allí. Pero además
este sistema contribuye a la corrupción de estos mandatarios. Pensemos
en Angola, un país rico en petróleo que en realidad explotan compañías
norteamericanas. Éstas se han negado repetidamente a dar datos públicos
de cuánto le pagan al Estado angoleño, que tiene cuentas en Jersey. Y
las sublevaciones militares que se dan en países del sur se financian
con dinero procedente de estos sitios, porque es la manera de que no se
sepa de dónde ha venido". Paradójicamente, mientras se da o presta
dinero a estos países para que puedan crecer, los dirigentes se lo
llevan a paraísos fiscales, hasta el punto de que con ese capital se
podrían conseguir gran parte de los Objetivos del Milenio, que no se
cumplen por falta de presupuesto.
Pasemos ahora a los países industrializados. El periodista Xavier Caño
afirma que "se calcula que la evasión de impuestos a gran escala en
países desarrollados reduce hasta un 15% los ingresos de los Estados y,
en consecuencia, la inversión en educación, sanidad y seguridad. Además,
la corrupción tiene en los paraísos fiscales los cómplices
imprescindibles donde guardar y camuflar el fruto de sus rapiñas: esa
corrupción retrasa el desarrollo social, como reconoce el propio FMI, o
precipita directamente a la ruina. El caso de Argentina es
significativo: el dinero evadido o robado a lo público fue a paraísos
fiscales y casi equivalía al monto de la deuda externa que ahoga al
país". En Europa ya puede verse cómo influyen los impuestos que no pagan
estas grandes empresas con sede en los paraísos fiscales. Están
arruinando economías como la de Alemania. Para solucionarlo, este país
ha subido el IVA del 16 al 19%, mientras ha bajado la tributación de los
beneficios del capital para animar a las empresas a que se queden.
Pero su influencia no es sólo económica. Juan Vigueras acaba de publicar
con Akal el libro Los paraísos fiscales. Cómo los centros offshore
socavan las democracias. ¿Cómo influyen hasta ese punto? "Porque al
final los gobiernos no tienen libertad para ejecutar el programa que se
han comprometido. Fíjate que cuando hay un acontecimiento político
enseguida se habla de cómo van a subir los mercados y la bolsa. Es
decir, son los mercados financieros los que están juzgando la política
de los gobiernos en vez de los ciudadanos. Eso sucede así y lo aceptamos
como normal. Pues no lo es, y hay que meterlo en la cabeza de la gente".
Ciudadanos, los grandes perjudicados
Si los paraísos fiscales no benefician más que a los grandes bancos y
corporaciones, así como a los intermediarios, la pregunta más obvia es
qué se está haciendo para regular el sistema desde los gobiernos y
organismos internacionales. El único proyecto serio lo realizó la OCDE
(Organización de Cooperación y Desarrollo) entre 1998 y el año 2000, que
definió técnicamente qué era un paraíso fiscal, hizo una relación de los
mismos e inició un proyecto para acabar con ello porque iba en perjuicio
de los demás países. "Pero por razones políticas -informa Vigueras-ese
proyecto que debía terminar en 2005 se ha olvidado. La OCDE cambió la
política como consecuencia del cambio en EEUU de Clinton por Bush, para
que se entienda claramente". El Parlamento francés creó una delegación
que investigó el tema y anunció cambios. En nuestro país, en 2003 la
Asociación Española de Inspectores de Hacienda redactó un informe que
afirmaba que los paraísos fiscales eran uno de los catorce coladeros que
existen en el sistema fiscal español.
Si
los ciudadanos tomasen conciencia de que no se persigue con
el mismo ahínco la economía sumergida de una pequeña familia
que los paraísos fiscales, quizá cambiase algo. |
La organización ATTAC remitió el
15 de abril de 2005 un escrito al Ministerio de Economía pidiéndole que
en España no se reconozcan las sociedades que hay registradas en estos
enclaves, lo cual implica que no puedan operar aquí. De momento,
silencio total. La solución última de ATTAC pasa por que exista una
regulación internacional para el movimiento de capitales, cosa que no
existe. Hoy el movimiento es libre y sigue las reglas del mejor postor.Mientras, ésta y otras organizaciones pretenden llevar el tema al debate
público y su manera de hacerlo es informar, como asegura Vigueras: "El
tema de los paraísos fiscales no es tan complicado, nos han convencido
de lo contrario empezando por la terminología que se usa en el mundo
financiero y que pretende que la gente no se entere. Es el sistema que
se emplea con todo". Y es que si gracias a la información, los
ciudadanos tomasen conciencia de que no se persigue con el mismo ahínco
la economía sumergida de una pequeña familia que los paraísos fiscales,
quizá cambiase algo. Si los ciudadanos supieran que el gobierno les
reclama los impuestos sin excusa, mientras que no controla las evasiones
fiscales de los bancos y grandes compañías, quizá se negasen a pagar. Si
los ciudadanos llegan a conocer que las nóminas y el consumo cada vez
pagan más, mientras la tributación de los beneficios del capital baja,
la rebelión sería inminente. Al final, el sistema pretende sostenerse
con los que menos tienen. ∆ |