La violencia sexual no se limita a
la violación sino que también incluye otras prácticas como la mutilación
genital, el castigo ejemplar, el control de la vida sexual, la imposición de
normas de conducta, la esclavitud sexual, la anticoncepción o el aborto
forzados. |
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ABRIL 2006
LA EXPLOTACION
TIENE NOMBRE DE MUJER
POR ISABEL MENENDEZ
Durante
el mes de marzo, y con ocasión del Día Internacional de las Mujeres,
llega a mi correo electrónico un inusual flujo de convocatorias, actos y
propuestas. Aunque se producen durante todo el año, es en esta época
cuando se vuelven más numerosas y, lamentablemente, al ser tantas, me
hacen imposible participar en todas. Entre las que han llegado este año,
he recibido dos campañas que denuncian la impunidad con que, en
demasiadas ocasiones, son pisoteados los derechos humanos de las mujeres
y que me han interesado especialmente por lo que las comparto aquí con
quienes me leen.
Una de esas campañas afecta sobre todo a las mujeres de América Latina y
denuncia la violencia sexual que sufren en zonas de conflicto armado, ya
sea abierto o dentro de su propia comunidad, tal y como sucede en
Guatemala, Perú o Colombia. Hace tiempo que las investigadoras advierten
que en estos casos, las mujeres son doblemente perjudicadas por
múltiples razones, entre ellas la explotación laboral por parte de los
ocupantes, la reducción de la movilidad o la intimidación y el acoso en
el espacio público. A todo ello hay que añadir la violencia sexual, un
crimen cometido casi exclusivamente contra las mujeres, tal y como
advierten desde solidaridad.org, y en el que participan tanto los
ejércitos como las guerrillas. La violencia sexual en esos contextos,
hay que recordarlo, no se limita a la violación sino que también incluye
otras prácticas como la mutilación genital, el castigo ejemplar, el
control de la vida sexual, la imposición de normas de conducta, la
esclavitud sexual, la anticoncepción o el aborto forzados. Se trata de
una realidad que ni siquiera es censurada, mucho menos castigada, por
algunos estados y sobre la que la comunidad internacional no parece
tener interés. Otras olvidadas, que sufrieron vejaciones similares,
fueron las mujeres que padecieron la guerra de los Balcanes,
circunstancias apenas conocidas por la opinión pública y únicamente
denunciadas desde algunos movimientos de mujeres o discursos
alternativos.
La segunda de las campañas que hoy recojo aquí pretende sensibilizar a
la ciudadanía europea sobre la explotación sexual que sufrirán miles de
mujeres y muchachas durante la celebración del Mundial de Fútbol en
Alemania, los próximos meses de junio y julio. La eurodiputada Elena
Valenciano, en un reciente artículo de opinión, denunciaba que está
previsto que, con ocasión de dicho evento, entren en el país unas 40.000
mujeres procedentes de Europa central y del Este, así como del norte de
África. Así las cosas, varias organizaciones especializadas en el
tráfico de seres humanos ya han advertido que, junto a los estadios de
fútbol de Berlín, se están construyendo gigantescas instalaciones, de
unos 3.000 metros cuadrados, que podrán acoger a 650 clientes por turno.
Los empresarios que impulsan estos prostíbulos no tienen reparo en decir
que "sexo y fútbol van a la par", hasta el punto de que en algunas
ciudades está previsto que estos burdeles dispongan incluso de servicios
de interpretación para las prostitutas extranjeras, es decir, la
mayoría. A pesar de que el propio Parlamento Europeo ha aprobado un
informe en el que pide a Alemania que "tome las medidas oportunas para
evitar la trata de mujeres y la prostitución forzada" y de que la
mayoría de organizaciones pro derechos humanos han protestado por la
situación, la realidad es que se trata de un hecho que parece tolerado y
que tampoco ha interesado a la prensa. Sería deseable que todos esos
programas líderes de audiencia que ocupan buena parte de la programación
radiofónica y televisiva hablando de fútbol, dedicara alguno de sus
preciados y exclusivos minutos a denunciar esta situación. No obstante,
si alguien desea participar en la recogida de firmas contra la
explotación sexual, puede hacerlo en la web:
http://www.pes.org/content/view/346/169/lang,es/ |