Foto: Nan
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ABRIL 2006
¿Qué le pasa a la
derecha española?
El 14 de marzo de 2004 el pueblo español hizo sonar su voz en
las urnas y José Luís Rodríguez Zapatero ganó las elecciones por una
amplia mayoría. Su llegada al Gobierno devolvió la esperanza a millones
de ciudadanos que gritaron aquello de ¡no nos falles, ZP! Desde entonces
el Partido Popular no ha sabido aceptar su derrota ni su papel como
primer partido de la oposición. ¿Qué está pasando en las filas del PP?
¿Qué estrategias e ideología defienden? ¿Quién forma parte hoy de la
Derecha española? /
Texto: Mariló Hidalgo
H an pasado ya dos
años desde que el Partido Socialista Obrero Español ganó las elecciones
aquel 14 de marzo gracias a los votos del 42,64% de ciudadanos.
Acudieron a las urnas casi tres millones más de votantes que en el año
2000, lo que explicó el alto índice de participación ciudadana (77,21%)
y el posterior giro político(*).
Esta victoria pilló por sorpresa a un Partido Popular que creía
asegurado su triunfo y mantenía vivas las esperanzas de continuar
gobernando cuatro años más. Un PP que consiguió un 37,64% de votos,
691.000 menos que en los comicios de 2000 y que desde el primer momento
tuvo claro que aquello había sido consecuencia de una manipulación de la
ciudadanía -apoyada por algunos medios de comunicación y por supuesto
por el PSOE- después de los atentados del 11-M, "violando a sabiendas la
ley electoral".
Pero los datos hablaban de otra realidad. Unos meses después, el CIS
hacía públicos los siguientes resultados: Los atentados influyeron en el
voto de un 28,5% de ciudadanos (mucho al 10,1%, bastante al 11,4%, poco
al 7%) y nada a un 71,3% De ese 28,5% a los que sí influyó a la hora de
votar, al 21,9% les animó a votar, ya que no pensaban hacerlo, el 13,5%
cambió su voto y el 53,8% reafirmó su voto. Para José Manuel Roca,
profesor de Sociología en la UCM y uno de los autores del libro "La
Derecha furiosa"(*) "la clave de la victoria del PSOE estuvo en
conservar a sus votantes habituales, haber incorporado primeros votantes
y de otras formaciones de izquierda -en particular de IU-, en recuperar
votantes antiguos que se habían abstenido y en recibir el voto centrista
descontento con la deriva derechista del PP. Y frente a la experiencia
de ocho años de gobierno popular y sobre todo, de los dichos y hechos de
la última legislatura -que mostraron toda la carga de autoritarismo y
clericalismo que había dentro del PP-, de nada sirvió el intento de
hacer una campaña neutra basada en los resultados como buenos gestores
económicos pues para la gente de izquierda, la alarma sonaba desde hacía
tiempo".
La
convención del PP celebrada hace poco, estuvo mayormente
centrada en explicar lo mal que lo hace Zapatero y la crisis
tan grande en la que estamos inmersos. En resumen: ausencia
de proyectos y muestras de una clara división dentro del
partido. |
Después de dos años el
Partido Popular ha ejercido una oposición basada en el descrédito hacia
la figura de Rodríguez Zapatero -tanto dentro como fuera de nuestras
fronteras-, la crispación, el insulto, los gestos airados, las actitudes
chulescas, etc. Este tipo de gestos que se han trasladado también al
ámbito parlamentario, empiezan a preocupar al conjunto de la ciudadanía
que observa con perplejidad cómo la convivencia democrática se deteriora
por momentos. La pregunta está ahí, ¿qué le pasa a la derecha española?
Enrique del Olmo, sociólogo y también coautor de "La Derecha furiosa"
argumenta dos razones. "La sustancial es porque perdió el poder de una
forma que no esperaba, con el rechazo masivo y significativo de la
población. En segundo lugar, creo que está tan furiosa porque pensaban
que España era su cortijo y que iban a seguir mandando como lo había
hecho históricamente la derecha española. Si nos fijamos, todos sus tics
son identificables con la derecha tradicional y sus valores culturales.
El que de pronto se encuentren en medio de un proceso de reforma social,
con nuevas ideas, con un gobierno que intenta avanzar hacia otro modelo
de sociedad... es lo que no pueden soportar". José Manuel Roca añade
otro argumento, "la furia es un estado natural de la derecha en este
país. Es una derecha muy autoritaria, reaccionaria. Cualquier tipo de
reforma le parece mal porque se aparta de ese ideal de país unido,
católico y regido por un gobierno despótico. Detrás de esto hay una
concepción muy patrimonial de lo que es el país y el Estado. El
comportamiento de la derecha es el comportamiento del amo que gobierna
su finca y hace lo que quiere".
Hace apenas un mes, los populares celebraban en Madrid al más puro
estilo hollywoodiense una convención anunciada hace meses por Rajoy. El
objetivo de la misma -en pleno ecuador de la legislatura-, era cerrar
esta primera etapa de su andadura como oposición y prepararse con tiempo
para las próximas elecciones. Nuevos colores: naranja y azul
mediterráneo. Nuevo lema: "Hay futuro". Y dos ideas para transmitir: Que
el PP puede ganar las próximas elecciones y su líder indiscutible es
Mariano Rajoy. Y la segunda, afianzar la imagen de un partido de centro.
En cuanto al discurso, pudimos comprobar todos que fue un poco más de lo
mismo. Muy centrado en explicar lo mal que lo hace Zapatero y la crisis
tan grande en la que estamos inmersos. En resumen: ausencia de proyectos
y muestras de una clara división dentro del partido entre la línea dura
que sigue marcando Aznar cada vez que abre la boca y un Rajoy
-personalmente más partidario de la ironía- e incómodo con esta política
de tono bronco que le viene impuesta. Pero también incómodo por la falta
de autonomía para poder elaborar su propio proyecto y por ese papel de
líder de oposición que hace tiempo que quiere abandonar. Por eso Rajoy
no convenció en su discurso y recibió críticas de su propio equipo y
silencios elocuentes de algunos de sus compañeros -Zaplana, entre
ellos-. A pesar de ese "Hay futuro" que prometían los populares, al
final resultó ser un espacio sin sorpresas, un discurso donde
continuamente se defendieron cosas del pasado que convirtieron en línea
política para los próximos años. El propio Gabriel Elorriaga, Secretario
de Comunicación del PP lo comentaba al final del evento (www.periodistadigital.com
), "estamos orgullosos del pasado y así lo exhibimos. Planteamos nuestro
proyecto de futuro con una absoluta asunción de toda nuestra historia.
Lo que no haremos, y no lo haremos en ningún momento, es construir una
alternativa olvidando lo que somos y lo que hemos sido".
Foto: Fusión |
Objetivos
y estrategias de la oposición
Lo volvió a repetir una vez más el número dos del Partido Popular en la
citada Convención. España tiene todo un futuro por delante pero esto
sólo será posible si José Luís Rodríguez Zapatero se convierte en un
breve paréntesis. Cuanto más tiempo esté en el poder, mayor será el
desperfecto causado, comentó Acebes en su discurso.
"El objetivo del PP es provocar elecciones
anticipadas y descabalgar a Zapatero del gobierno, explica Enrique del
Olmo. Ese es el único objetivo, el resto son factores añadidos,
argumentos que cambian todos los días y que van encaminados a reventar
el sistema democrático de la forma que sea. Les sirve todo. Es
vergonzoso por ejemplo, su posición ante las declaraciones del General
Mena o del Capitán de la Legión. Que un partido democrático no salga
directamente a confrontar ese tipo de manifestaciones, ajenas a la
misión constitucional que tiene el Ejército, demuestra que lo que les
gustaría es que hubiese más ruido de sables en cuartos de bandera. La
estrategia que viene desarrollando el Partido Popular es generar una
situación insostenible que provoque la caída del Gobierno. Que haya una
confrontación civil muy potente que provoque esto. A cambio, no defiende
ningún valor. Basa el 90% de su acción en la mentira y eso es algo
demostrable paso a paso. No hay ningún hecho de la realidad sobre el que
no mienta. Sobre cosas del pasado como el 11-M, el Yak-42 o el Prestige.
Sobre temas como el Estatuto donde hablan de la ruptura de España, la
LOE... Su estrategia consiste en marcar imágenes simples, ideas
sencillas que conecten con lo más atrasado de la sociedad española. Y
como no cuentan con aliados políticos en el Parlamento han trasladado la
polémica y la crispación a asociaciones civiles y religiosas,
Conferencia Episcopal, una parte de la judicatura conservadora, y una
red de medios de comunicación que divulgan, amplifican y recrean el
mensaje del Partido Popular".
Todo gobierno cuenta con esos famosos cien días de gracia hasta recibir
las primeras críticas a su gestión. Ese no fue el caso del presidente
Zapatero: "En siete días no se puede hacer peor", le decía Ángel Acebes
el 26 de abril de 2004(*). En menos de una semana el Gobierno y su
presidente "han demostrado su arrogancia y prepotencia, su división
interna y que incumplen las promesas y compromisos adquiridos con sus
electores", concluía el número dos del Partido Popular. Después de que
se anunció la retirada de nuestras tropas de Irak en cumplimiento de una
promesa electoral de Zapatero que fue expuesta en el Congreso, se supo
que Aznar llamó a Bush para manifestarle su descontento con esta medida
y acto seguido publicó una carta en el The Wall Street Journal
-reproducida en ABC- donde criticó públicamente la decisión de Zapatero
porque según él satisfacía "los deseos de los terroristas". Pero esto no
fue más que el principio ya que cada salida pública del ya ex presidente
Aznar iba acompañada del descrédito y la deslealtad a la gestión de
Zapatero.
"La
estrategia que viene desarrollando el Partido Popular es crear una
confrontación civil muy potente que provoque la caída del Gobierno. A
cambio, no defiende ningún valor. Basa el 90% de su acción en la mentira
y eso es algo demostrable paso a paso. No hay ningún hecho de la
realidad sobre el que no mienta. En el pasado con el 11-M, el Yak-42, el
Prestige. Ahora, sobre temas como el Estatuto donde hablan de la ruptura
de España, la LOE, etc."
Enrique del Olmo
Las estrategias empleadas a la vista de todos. "Parten de una
experiencia -apunta Manuel Roca- y es la oposición que ejercieron en su
día con Felipe González y que les funcionó -aquel famoso ¡váyase señor
González!-. Pero este gobierno no es aquel. No está agonizando sino que
está empezando. Está muy fresco todo lo que ocurrió con el gobierno
Aznar, un gobierno que al final de su legislatura sólo se sintió
responsable de los aciertos, los errores siempre fueron de otros, un
gobierno que mintió e ignoró a millones de españoles. Es difícil olvidar
todo esto aunque lo pretendan una y otra vez. Este gobierno está
emprendiendo reformas: negociación del Estatuto, Ley de Educación,
aumentar determinados derechos civiles a una parte de ciudadanos antes
ignorados, etc. Todas estas cosas son derechos que lesionan los
intereses y la ideología de la derecha por eso abren con cada uno de
estos temas frentes de desgaste y confrontación. Tienen prisa por tirar
todo abajo. No hay que olvidar que desde 2003 no han hecho otra cosa que
perder elecciones: perdieron las catalanas, las gallegas, las vascas,
las generales y ganaron Madrid pero con un proceso enormemente
sospechoso. Rajoy ve que está quemando sus últimos cartuchos y tiene
especial interés en apretar el acelerador".
Quién
forma parte de este grupo de oposición
El 2005 pasará a la historia como el año en que la derecha salió a la
calle. Sin duda estamos asistiendo a un espectáculo poco común. En la
Europa del pleno siglo XXI sólo existe un país, España que se gaste más
de tres mil millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado
en mantener a la Iglesia Católica. Todo ello tiene lugar en el marco de
una Constitución que establece en su artículo 16.3 el carácter
aconfesional, es decir, laico del Estado Español. Si éste es un derecho
ciudadano, ¿por qué ha que ser considerado por la Iglesia como un ataque
hasta el punto de organizar y dirigir manifestaciones multitudinarias
callejeras de la mano del partido que está en la oposición? No hubo una,
sino tres manifestaciones organizadas por la Iglesia católica en la
calle, abriendo así distintos frentes de confrontación con el Gobierno.
La primera ante un hipotético intento de legalizar la eutanasia, a raíz
de la película Mar Adentro. La segunda iba dirigida al reconocimiento
legal de las uniones homosexuales. Y la tercera se refirió a la
fecundación asistida e investigación con células obtenidas de
preembriones sobrantes.
El periodista Juan José Millás haciendo gala de su ironía daba la
bienvenida a esta derecha que decidió salir a la calle (El País,
13-6-05): "Bienvenidos a la puta calle, a la pancarta, a la rima poética
ingeniosa ("Donde está/no se ve/al cabrón de Zetapé"). Dios quiera que
le hayas cogido el gusto y vuelvas pronto porque la calle es de todos.
Bienvenidos a la subversión, queridísimos obispos. Qué alegría este
reconocimiento tardío de la calle, este milagro. Ya veréis cómo se os
quita la pirosis, el ardor, la úlcera de duodeno. Lo mejor para la
digestión es andar y todavía tenéis en el estómago, como una piedra, el
14-M".
Foto. Fer
"El gobierno de
Aznar al final de su legislatura sólo se sintió responsable
de los aciertos. Los errores siempre fueron de otros. Un
Gobierno que mintió e ignoró a millones de españoles... Es
difícil olvidar todo esto aunque lo pretendan una y otra
vez"
J.M. Roca |
"La calle es un territorio de la derecha y de la izquierda-apunta José
Manuel Roca-. Muchos de los que ahora se manifiestan son hijos y nietos
del franquismo, educados en las movilizaciones que tenían lugar en la
Plaza de Oriente -la izquierda en aquellos momentos no se podía
manifestar-. Tienen experiencia y además han visto cómo la izquierda en
su momento utilizó la calle en su anterior etapa para exigir derechos:
huelga general, el Prestige, contra la guerra de Irak... todo esto les
deterioró. Entonces ahora emplean el mismo mecanismo para erosionar a
instituciones como el Parlamento, la Constitución, etc. Incluso ven con
simpatía el efecto de sus discursos en los cuarteles: generales y
oficiales diciendo que hay que intervenir contra el Estatuto de
Cataluña".
¿Quiénes forman parte de esta oposición? Pues un nuevo grupo
modernizado, activo, organizado a través de la red que aglutinaría a
diferentes movimientos sociales y que se pondría al servicio de lo que
se denomina como proyecto de la "derecha extrema". Una derecha que
conquista posiciones dentro de partidos políticos, medios de
comunicación, centros educativos, asociativos, activismo en Internet,
fundaciones, ONG, etc.
¿En qué se diferencia la extrema derecha tradicional
de la derecha extrema de la que ahora se habla? "La extrema derecha
tradicional que se reivindica con el franquismo, falangismo, fascismo...
es una derecha más marginal, apunta Enrique del Olmo. Esta nueva derecha
extrema se vincula mucho más con la ideología neoconservadora americana,
basada en una falta de respeto absoluto a las normas democráticas". José
Manuel Roca hace un resumen de todo ello: "Existe toda una restauración
del pensamiento autoritario y del franquismo, una puesta en vigor que en
cierta forma había quedado desvanecida después de la Transición. Todo
ello ha sido recuperado por ideólogos que están revisando la historia de
España, los mitos de la guerra civil y de la república. Personajes como
Pío Moa o César Vidal han cogido viejos argumentos y les han dado otra
interpretación. Esto ha fortalecido las posiciones más extremas del PP.
Si realmente este partido quiere hacer un giro hacia el centro tiene que
revisar muchas cosas porque la realidad es que están ejerciendo el papel
de una derecha extrema". De estos colectivos se habla mucho en todos los
medios de comunicación: Legionarios de Cristo, Universidad Francisco de
Vitoria, Fundación IUVE -"Kilo solidario"-, Mano Amiga,
eurocristians.org, e-cristians.net; hazteoir.org; una de las Web más
visitadas en nuestro país; hayalternativas.org, semanario Alba,
vinculado al grupo Intereconomía; revista ARBIL, según asegura Luís
María Sáenz en "La Derecha furiosa", puente de "esta derecha extrema y
la extrema explícitamente fascista". Habría por tanto dos grupos, uno
que actuaría en el marco del Partido Popular y otro que lo haría fuera
pero comulgando con sus ideas. Incluso hay quien asegura que se están
preparando dos posibles futuros dentro de la oposición: por un lado la
posibilidad de consolidación del PP como partido de derecha extrema y
por otro el nacimiento de un partido derechista con un rumbo moderado,
por ejemplo en la línea de Gallardón.
FAES y
Aznar
No es una ONG ni entre sus objetivos está el de "cooperación al
desarrollo" y en cambio la FAES recibe fondos públicos a través de la
Agencia Española de Cooperación Internacional. La Fundación para el
Análisis y los Estudios Sociales, (FAES) tiene entre sus objetivos el
"pensar España y el mundo desde el centro político" y es, según el
periodista Juan Varela "la gran fundación que Aznar creó agrupando otras
tres fundaciones del Partido Popular, con la idea de mantener el
liderazgo ideológico y estratégico de la centroderecha española tras su
decisión de no volver a presentarse a la presidencia del gobierno. A
diferencia de otras fundaciones, sustentadas mayoritariamente por las
aportaciones y donaciones de empresas y personas, la FAES cubre el 70%
de sus seis millones de euros de presupuesto anual con aportaciones
públicas a través de los ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores,
fundamentalmente. La FAES estaba concebida, como casi todas las últimas
decisiones del PP en el poder, bajo la convicción de que ellos se
mantendrían en el gobierno y, por tanto, no tendrían grandes problemas
de financiación. La fundación del PP mantenía magníficos contactos con
las grandes empresas españolas y con algunas extranjeras".
Para Enrique del Olmo, "la labor fundamental de la FAES es la de
radicalización del discurso del PP. A través de ella se intenta
garantizar la ortodoxia del discurso antidemocrático que implantaron
Aznar y Bush desde el punto de vista de los 'neocon'. El papel de FAES
es por tanto, un elemento articulador importante porque es quien segrega
los elementos más reaccionarios de protesta del PP". José Manuel Roca lo
denomina think-tank (expresión americana que quiere decir tanque de
pensamiento), "un lugar donde la derecha elabora pensamientos e ideas
políticas. Al principio lo presentaron como una solución que avalaba el
viaje de la derecha hacia el centro pero luego se vio que ese viaje iba
a ser muy cortito". La fundación ha anunciado entre sus objetivos para
el 2006 el reforzamiento de su presencia en América Latina, "región
atenazada por la explosiva combinación de populismo e indigenismo bajo
la sombra de la alianza entre Fidel Castro y Hugo Chávez, tándem al que
se ha unido el nuevo presidente boliviano Evo Morales". José María Aznar
mediante la FAES ha anunciado -explica el periodista Pascual Serrano,
director de Rebelion.org- "la creación del llamado Índice de Libertad
Económica, con el cual se adscribirá la potestad de asignar a cada
gobierno hispanoamericano la calificación que estime oportuna". Serrano
recuerda que "entre los recursos económicos que maneja esta fundación se
encuentran millonarias subvenciones públicas procedentes de
administraciones regionales gobernadas por el PP, empresas e
instituciones públicas españolas y fondos estatales concedidos bajo el
paraguas de ayudas para la cooperación". Su objetivo es en definitiva
combatir a Chávez, Castro y Evo, "el nuevo populismo, movimientos que
reniegan de la democracia y que tienen un claro tinte antiliberal".
Foto: Miguel Muñiz |
Además esta fundación acaba de presentar una especie
de fotografía de España en acción, un estudio que lleva por título "Los
indicadores del cambio. España 1996-2004". Particular radiografía de los
cambios de la sociedad española durante los dos mandatos consecutivos
del PP. En la presentación de este documento, Rajoy aseguró sentirse
orgulloso porque el milagro español podía medirse aunque ello no era
motivo para dormirse en los laureles". Estos indicadores del cambio para
el líder del PP son útiles también para calibrar el retroceso que el
país ha experimentado a raíz del triunfo electoral del PSOE. "España ya
es diferente dos años después -asegura Rajoy-. Este país debería haber
seguido trabajando en la línea de la modernización experimentada entre
1996/2004, pero hoy vemos que los principios inspiradores del Gobierno
de España son otros: crear problemas donde no los había, revisar el
pasado, enfrentar a la gente y debilitar al Estado".
El miedo
como arma
"El miedo como instrumento de la política no es cosa nueva, pero el
alcance omnipresente de los medios de comunicación y el creciente poder
destructivo de las armas hace que las poblaciones sientan la amenaza
como un factor constante de la vida cotidiana, hasta convertir el miedo
en el eje de la actividad política nacional e internacional", explica
José Manuel Lechado en "La globalización del miedo" (Espejo de Tinta).
Nos encontramos en un momento de profundo cambio social que afecta a
casi la totalidad de la población. Unos cambios que son atrevidos,
novedosos, propios de una ciudadanía que camina sin complejos en la
senda del siglo XXI, tiene otras necesidades y las reclama. Como todo
proceso de cambio, es lento, exige mucho diálogo y está abierto al
debate. "Estamos en uno de los momentos más críticos de nuestra historia
en muchas décadas y probablemente abocados a una grave crisis nacional,
advertía José María Aznar en octubre de 2005. En poco más de un año el
actual Gobierno y su Presidente han llevado a España al borde del
abismo. El país corre riesgos serios de desintegración y de
balcanización. Corre el riesgo también de volver históricamente a las
andadas. El desafío al Estado es total". El tema de la unidad de España
es lo que más preocupa al Partido Popular desde hace tiempo.
"El miedo como instrumento de la política no es cosa
nueva, pero el alcance omnipresente de los medios de
comunicación y el creciente poder destructivo de las armas
hace que las poblaciones sientan la amenaza como un factor
constante de la vida cotidiana".
J. Manuel Lechado |
El debate político iniciado por Zapatero ha provocado
en las filas populares inquietud, perplejidad y han empezado a surgir
voces que advierten que la unidad de España está en peligro, que
perdemos poco a poco nuestra identidad como pueblo, que se están creando
dos Españas: una con ciudadanos de primera y otra con ciudadanos de
segunda. "Zapatero ha sembrado de incertidumbre e inestabilidad muchos
ámbitos de la política española, generando conflictos institucionales.
No está abordando en estos momentos ninguno de los temas fundamentales
que preocupan a los españoles", recordaba recientemente Ángel Acebes
indicando que había que hacer algo. Por eso, el PP en estos momentos
está desarrollando una fuerte campaña a lo largo y ancho de la geografía
española, para recordar a los ciudadanos "esos temas que realmente le
preocupan": unidad de España, Estatuto, etc. Lo curioso es que nada de
todo esto aparece reflejado en las encuestas del CIS. El principal
problema para los españoles (un 49%) sigue siendo el paro según indicó
el último barómetro del CIS. Las cifras mantienen la misma línea que el
pasado año donde la inmigración apareció como la segunda preocupación
(29%), seguida del terrorismo (27,9%) y la inseguridad ciudadana
(22,6%). Sólo un 2,4% de los encuestados mostró inquietud por los
estatutos.¿De dónde se obtiene entonces la información que permite
generar este estado de alarma permanente? ¿Por qué el PP se atreve a
hablar en nombre de todos los españoles?
Papel de
la derecha como oposición
El papel de la oposición en una sociedad democrática es el de controlar
al gobierno, no descalificarlo o intentar destruirlo. Los ciudadanos por
su parte esperan una oposición que denuncie los errores, las carencias
que a su criterio el Gobierno tenga. Es a la oposición a quien también
le corresponde aportar alternativas, soluciones a aquellas cuestiones
que critica. "La labor de una oposición democrática es fiscalizar al
gobierno e intentar convencer a la ciudadanía de que sus posiciones son
más positivas para el país y recabar apoyos electorales hasta lograr por
vías electorales, el llegar al gobierno, explica Enrique del Olmo. Pero
desgraciadamente ésta no es la práctica de la derecha española".
Muchos ciudadanos esperaban de verdad un cambio en el Partido Popular
que quedase patente en esa Convención de marzo. Se esperaba un cambio
hacia alternativas más sensatas, creíbles, liberales, que huyeran
definitivamente de la crispación y del radicalismo extremo del que hacen
gala los populares. Incluso sectores dentro del propio partido defienden
hasta en público esa necesidad de cambio, aunque luego "paguen" por
ello.
No se puede caminar hacia el futuro si no se sacan conclusiones de lo
que no se hizo bien en el pasado. "Nadie se ha atrevido a mirar de
frente a la etapa Aznar y hacer una crítica de ello -recuerda José
Manuel Roca-. En algún momento hizo algún apunte Gallardón y le cerraron
la boca de mala manera. El partido sigue influido por Aznar desde FAES y
por todos los que gobernaron con él. Hacer una crítica a Aznar
implicaría una autocrítica a ellos mismos y no están por la labor".
Estando así las cosas, muchos pensamos si sería necesaria una nueva
derrota electoral del Partido Popular para que se enfrente
definitivamente y sin echar mano de "conspiraciones", a sus errores y se
plantee de una vez por todas esa renovación. El tiempo lo dirá. ∆
(*) "La Derecha
furiosa" de José Manuel Roca,
Luis M. Sáenz, Juan Manuel Vera y Enrique del Olmo. Editorial Sepha.
Más información:
"Los nuevos jinetes del Apocalipsis" de Lola Canales , "La
cultura del mal" de Moncho Tamames, "La globalización del
miedo" de José Manuel Lechado, todos ellos editados por
Espejo de Tinta. "El miedo es el mensaje" de Enrique Gil
Calvo, editorial Alianza Ensayo. |
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