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ABRIL 2006

El soñador Polar

RAMON LARRAMENDI
-Aventurero-

Ramón Larramendi

Sueños blancos y fríos. Sueños llenos de copos de nieve, vientos gélidos, extensiones infinitas y altas montañas. Sueños tan inciertos como las tierras inexploradas en los que se materializan. Con este material intangible construye sus proyectos Ramón Larramendi, para demostrarse que lo que imagina puede hacerse realidad. El último reto era realizar la Gran Travesía Transantártica Española utilizando un nuevo medio de transporte de su invención: el catamarán polar. Ya está de vuelta, tras 63 días de expedición en los que su equipo ha recorrido 4.500 kilómetros.

 

 

 

 

 

 

 

 

"Quedan muchos sitios por explorar, lugares de los que no hay información. Pero eso es lo que implica el espíritu de exploración: adentrarse donde es difícil y hay pocas posibilidades de éxito"

 

 

 

 

 

 

"En la vida cotidiana no tienes tiempo para pensar. En cambio allí tienes todo el tiempo del mundo para reflexionar; luego ya es personal en qué dedicarlo"

Texto: J.M.López
Fotos: Tierras Polares 

Larramendi no es un loco en busca de adrenalina, sino una persona con los pies en el suelo que no se conforma con los límites existentes. Cuando en octubre de 1999 el director de Al filo de lo Imposible, Sebastián Álvaro, le preguntó si tenía un proyecto de envergadura para la Antártida, Larramendi dio una respuesta afirmativa. Creía posible recorrer la parte oriental del continente helado gracias a un nuevo medio de transporte ideado por él durante las monótonas caminatas de la Expedición al Polo Norte Geográfico. El invento era un catamarán polar, que se impulsaría movido por los vientos antárticos. Era un sueño, pero Al filo confió en él.

-Los seis años previos de preparación de la aventura fueron de mucha dificultad...
-Exigieron un esfuerzo de investigación y un esfuerzo económico importante, ya que tuvimos que hacer cuatro expediciones de prueba en Groenlandia y construir hasta siete prototipos de trineo. Fue mucha dedicación, mucho esfuerzo y mucho dinero, porque aunque muchas inversiones parten de Al Filo de lo Imposible, el resto exigió un sacrificio personal grande. Y luego también tenía dificultad el organizar el viaje a la Antártida, porque es una zona a la que no se va nunca y tiene una logística y unas normativas internacionales que son de una complicación increíble. Ha sido una auténtica epopeya el ir resolviendo todos los obstáculos que ha habido, hasta llegar al primer día de expedición.

-Vuestra travesía recuerda al espíritu aventurero que movió a exploradores de la Antártida como Amundsen, Scott o Shackelton. ¿Qué puntos en común consideras que tuvisteis con aquellos exploradores de principios de siglo?
-Pues creo que la pasión por forzar un poco los límites de lo conocido, por adentrarse en lugares nuevos y en la determinación, aunque es imposible compararse hoy con las expediciones que se hacían antes. En aquellos momentos todo era a vida o muerte, tú fallabas y te morías directamente, fuera lo terrible que fuera, como le pasó a Scott. En cambio ahora estás relativamente cubierto, aunque no totalmente.

-Mientras vosotros organizasteis esta singular aventura, muchos se quejan de que ya no quedan lugares que explorar. ¿Cuáles son las aventuras pendientes del ser humano, en las que se pongan a prueba sus capacidades?
-Quedan muchísimos sitios por explorar. En los últimos cincuenta años se han explorado los lugares más simbólicos de cada zona. Por ejemplo del Himalaya se han subido los catorce ochomiles, que ya desde el punto de vista exploratorio han perdido todo interés, pero alrededor de ellas hay miles de montañas de siete mil metros y valles a los cuales no ha ido absolutamente nadie. Igual sucede en la Antártida, donde hay macizos montañosos enteros que nunca han sido explorados, o en Groenlandia donde hay miles de montañas vírgenes. De estos lugares no hay información, pero eso es precisamente lo que implica el espíritu de exploración: adentrarse donde es difícil y donde las posibilidades de éxito son mucho menores. Meterte donde es fácil está bien, pero es otra cosa diferente.

-Has comentado que "Conseguir realizar la travesía polar más rápida hasta la fecha, ha sido sobre todo la realización de un sueño". ¿Qué os ha exigido y qué os ha dado a cambio?
-Efectivamente ha sido la realización de un sueño que he creído que podía funcionar, aún cuando no era tan claro que eso fuera así. Así que ver cómo se materializa algo por lo que has apostado, aunque hubiera quien pensara que no era una buena idea, pues evidentemente da una gran satisfacción y una mayor confianza en uno mismo.

-Los que viajan a los polos afirman que lo que peor llevan es el silencio y la soledad a las que tienen que enfrentarse a diario. ¿Qué pensamientos acuden a la mente ante el desierto blanco que se extiende ante tus ojos? ¿Con qué llenas esos momentos de soledad mental?
-En esta expedición hemos estado tan ocupados debido a las tareas inmediatas que había que hacer, que no pensamos demasiado en otras cosas. En cambio, en las expediciones al Polo Norte geográfico hay mucha más rutina, más monotonía. No tienes ningún estímulo externo y de alguna manera tienes que generarte estímulos internos, mantenerte un poco alerta, mantenerte de alguna manera despierto. Entonces vienen todo tipo de recuerdos y piensas sobre todas las cosas en las que aquí no tienes tiempo. Porque en la vida cotidiana normalmente no se tiene tiempo para pensar, estás siempre haciendo cosas pero no tienes muy claro para qué las haces. En cambio allí tienes todo el tiempo del mundo para reflexionar; luego ya es una cosa personal en qué dedicarlo. El catamarán polar surgió en una expedición en la que estaba buscando temas en los que pensar porque todo lo que era fácil ya lo había pensado.

-Sesenta y tres días de durísima travesía en uno de los lugares más inhóspitos del planeta os tuvieron que poner a prueba constantemente como equipo...
-Éramos un equipo muy bueno. Los inconvenientes se exteriorizaron de un modo muy positivo y muy de equipo, por lo que no hubo ninguna fricción ni problema de convivencia. Ello se debió a un esfuerzo individual de cada uno de los miembros de la expedición y fue fundamental e importante para el éxito de la misma.

-¿Qué te ha reportado más satisfacción: el batir un récord mundial, haber llegado primeros a un lugar nunca pisado por el hombre o demostrarte que se podía cumplir el reto que perseguías?
-Pues eso último claramente. El haber apostado por algo que visualizaba, y luego convertirlo en una realidad total. Los récord los puedes batir, pero a los dos días alguien los ha superado, con lo cual eso no tiene demasiado valor. Está bien, tiene un poco de gancho, pero no es lo relevante.

-¿Qué encuentra Larramendi en los climas fríos, sus gentes y modos de vida?
-A mí me gustan también los climas cálidos, que quede claro. Pero sucede que los climas fríos guardan la última zona virgen del planeta, precisamente por la hostilidad atmosférica. En las zonas polares queda la última frontera, lo que está un poco más allá del mundo organizado. Me atrae el terreno salvaje, inexplorado, más que el frío en sí mismo.

-¿El catamarán polar que has inventado podría convertirse en el medio de transporte habitual para los habitantes de los climas fríos?
-Tiene limitaciones, con lo cual no puede ser un medio habitual de transporte para climas fríos. Se recomienda para grandes extensiones de zonas de mar helado, y sobre todo tiene mucho futuro en los casquetes polares porque es la manera más sencilla, ecológica y económica de moverse. En la Antártida sería imposible viajar de otro modo, ya que es de una complejidad total. Así que el catamarán polar es muy útil para organizar en esa zona expediciones científicas, para el transporte de mercancías y para expediciones de aventura y exploración.

-Desde que te conocemos siempre tienes un sueño, un reto al que caminar. ¿Qué son los sueños para ti, qué combustible aportan a tu vida?
-Es una buena pregunta. Yo creo que es importante estar siempre mirando hacia algo, tener algo que te entusiasme, que te apasione y que te saque de la monotonía; algo por encima de las cosas concretas y prácticas que tienes que hacer. Los sueños suponen algo poco tangible hacia lo que esforzarte, cosas que te entusiasman de alguna manera y que al final te dan vida. ∆

 Expedición Transantártica
 Española 2005-2006

-El último reto geográfico del planeta-

Expedición Transantártica Española 2005-2006

En noviembre de 2005 Ramón Larramendi, Juan Manuel Viu e Ignacio Oficialdegui comenzaban la aventura. Sus objetivos eran realizar la primera travesía de la Antártida Oriental sin utilizar avituallamientos aéreos ni apoyos mecánicos, a través de la llamada "Zona de Inaccesibilidad" del continente, y alcanzar el Polo Sur de Inaccesibilidad y el Polo del Frío. Pero paralelamente pretendían demostrar la viabilidad del catamarán polar como nuevo sistema de transporte movido por el viento, y también tomar muestras de hielo para un estudio del Programa Nacional de Biodiversidad, Ciencias de la Tierra y Cambio Global. En 63 días recorrieron 4.500 Km, realizando la travesía polar más rápida de la historia, batiendo además el récord de distancia antártica recorrida en un solo día con 311 kilómetros y convirtiéndose en las primeras personas en alcanzar el Polo Sur de la Inaccesibilidad sin medios mecánicos. Todo lo programado se ha cumplido con éxito, pero lo más importante es que se ha materializado un sueño que abre nuevas posibilidades para científicos y aventureros. ∆

 Más información en tierraspolares.es

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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