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SEPTIEMBRE 2005

Ventana Nacional
INCREIBLE PERO CIERTO

La fundación de Aznar recibirá 2,12 millones de subvención

Yo no quiero que mis impuestos se usen para subvencionar a la FAES. Lo considero un ultraje a mis derechos como ciudadano, como español, como contribuyente y como persona humana.


Supongo que es algo conocido por todos. Supongo que debo ser el único que no sabía que el Estado español subvencionaba a las fundaciones de los partidos políticos. Supongo también que para la mayoría debe de ser algo normal que así ocurra, pero a mí la noticia se me atragantó, y supongo, por último, que ello se debe al hecho de haber asistido últimamente al movimiento de la FAES, a sus actos, cursos, conferencias y demás lindezas, que chocan frontalmente con el respeto a los valores democráticos, a las reglas del juego y a lo que debería ser la actitud de un ex presidente, Aznar, que a lomos de su fundación, aspira a ser el Quijote del siglo XXI.
Pero, independientemente de actitudes, criterios y posturas personales, lo que me ofende es que el Estado español, o sea, los españoles en general, o sea, yo mismo en particular, estemos financiando con nuestros impuestos las actividades de un grupo de fascistas que tienen como objetivo fundamental desestabilizar a un gobierno democráticamente elegido, sembrar confusión, relacionarse por su cuenta con gobiernos extranjeros o con sectores, como el pueblo saharaui, que viven un momento difícil que, a su vez, coloca al gobierno de España en una situación delicada.
Subvencionar a la FAES es como dar una cuota mensual a la tabacalera para que poco a poco te envenene con sus cigarrillos.
No entiendo por qué tengo que colaborar con mis impuestos a la campaña inquisitorial de Aznar, a sus oscuras maniobras para, desde la sombra, manejar a sus títeres, Zaplana y Acebes, para que sometan a un bombardeo sin descanso al Gobierno, repito, democrático de España, y además que lo hagan argumentando el bien de España, su dignidad y su papel en el mundo.
Me parece increíble que estas cosas ocurran, porque a partir de hoy, cada vez que oiga a alguno de ellos pronunciar sus ya malolientes acusaciones y descalificaciones, pensaré que yo les estoy subvencionando para que me amarguen la comida a través del correspondiente telediario. O sea, lamentable.
Y no entiendo que tenga que funcionar así, porque bastante hay con soportar que el único papel del ciudadano en la democracia es votar cada cuatro años a quien ellos escojan, para además tener que tragar que puedes votar a la izquierda pero que el Estado va a usar tu dinero para subvencionar a la extrema derecha. ¡Acojonante!
Puedes abrir una botella de champagne para celebrar que al "bigotes" se lo ha tragado su propio endiosamiento, y luego atragantarte con las burbujas al saber que tú vas a financiar sus actividades en la sombra que van dirigidas a volver a resucitar el fascismo en España.
Yo no sé si todo esto, para el resto de los españoles pensantes, es normal o no. Yo no sé si es que ya no existe capacidad de denuncia, de rebelarse ante lo inconcebible, de desnudar nuestra democracia y poner sus contradicciones encima de la mesa, pero lo que sí sé es que estas cosas son inaceptables para quien tenga un mínimo de dignidad, porque estos individuos metieron a España en una guerra que aún hoy justifican, a pesar de haber sido denunciadas sus mentiras, a pesar de haber causado muchas víctimas, a pesar de haberse burlado del pueblo y del Parlamento español.
Yo no quiero que mis impuestos se usen para subvencionar a la FAES. Lo considero un ultraje a mis derechos como ciudadano, como español, como contribuyente y como persona humana.
Y me gustaría que el lector reflexionase sobre el hecho de que el PP puso y pone el grito en el cielo cada vez que aparece Batasuna en escena, y forzaron por todos los medios posibles su desaparición de la escena política. Sin embargo se alimentan, maman, de una fundación que practica o apoya otro tipo de "política", sin balas, sin sangre, pero a la larga mucho más efectiva.
Los extremos se juntan, porque ambos persiguen lo mismo, el poder, al precio que sea.
Repito, exijo que mis impuestos no se usen para subvencionar a la FAES. Es mi derecho. Que se respete.
/MC

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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