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El Ventano

La comida que pidieron a la Unión Europea, quinientas mil raciones de alimentos, es lo que se zampan los soldados en Irak en tres días. Pues que los manden a casa, que estarán más contentos y saldrán mucho más baratos.

OCTUBRE 2005

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OREMOS
POR ELENA F. VISPO

Si no fuera porque no tiene puñetera gracia, lo de Estados Unidos sería de reír y no parar. En cambio, un montón de cadáveres flotando por las calles es de mear y no echar gota, que es lo que se suele decir por estos lares. No sé si existe una expresión similar en los Estados Unidos, pero si es que no, deberían inventarla: pissing without a water, o algo así.
Y de water va la cosa, claro, aparte del huracán Katrina suministrando hachedosó al personal por la vía rápida, también ha sido la gota que colma el vaso. Supongo. Porque si eso llega a pasar en Europa, quisiera creer que el presidente de turno ya habría dimitido o, como eso no se estila tampoco por aquí, al menos lo habrían echado. Como mínimo. Pero en yankilandia de momento Bush ha bajado un poco la popularidad en las encuestas, que no sé muy bien lo que significa, pero creo que viene a decir que acabará la legislatura sin mayor problema. Y no le votarán otra vez porque no pueden.
Ante el resto del mundo, en cambio, Estados Unidos ha quedado con el culo al aire. With the ass to the air. Porque ya me dirás que la supuesta mayor potencia mundial, tenga que pedir mantas como ayuda humanitaria, es la leche y el no va más: the milk and no more. Lo que también es la leche es que los europeos, que a veces parecemos tontos, se las demos por el morro. Es decir: ¿Esta gente no tiene un fondo de emergencias? ¿A que sí? ¿Y por qué no lo gastan, vamos a ver? Que a mí me parece bien que pidan ayuda si están desbordados, pero no que se gasten los fondos destinados para países mucho más pobres y mucho más necesitados. Si les hace falta material que lo paguen, que no creo que sea mucho problema. Total, la comida que pidieron a la Unión Europea, quinientas mil raciones de alimentos, es lo que se zampan los soldados en Irak en tres días. Pues que los manden a casa, que estarán más contentos y saldrán mucho más baratos.
Claro, el gobierno de Bush controla muy bien el tema de las misiones de pacificación, pero el de la ayuda humanitaria no tanto. A lo mejor por eso tardaron tanto en aparecer por Nueva Orleans, porque no sabían cómo hacerlo. Y luego, cuando cayeron de la burra, pidieron comida a Europa, pero atención: comida precocinada, de ésa que no se estropea. Ya te digo: si prefieres llevamos unos kilitos de arroz y os montamos una paella. Pero bueno, en fin, si queréis comida y agua, bueno, mandemos comida y agua. Y mantas, vale. Y botiquines, OK. ¿Pero petróleo? Supongo que en eso se ve la diferencia entre un país desarrollado y uno tercermundista. Porque no me imagino yo, digamos, al gobierno etíope: oye, que es que como tenemos una hambruna gordísima, a ver si podíais venir y montarnos un par de gasolineras, que nos iban a venir de perlas.
Yo reconozco que Bush no es tan tonto como parece, porque es el chollo del siglo. Como básicamente compramos el petróleo a empresas norteamericanas, y luego se lo regalamos en plan ayuda humanitaria, habrá que volver a comprar para mantener nuestras reservas. Pues no es mal negocio. Por pedir que no quede, dirá Bush: si cuela, cuela, y que me quiten lo bailao. Taking out the dancing.
Lo que espero, y habrá que verlo, es que Bush haya perdido la poca autoridad que tenía en Europa. Lo digo porque en sus ratos libres se ha puesto a planificar la reforma de la ONU, pidiendo que dimita Kofi Annan, y que el organismo se centre de una vez en la guerra contra el terrorismo. Con esto se pretende, supongo, que no vuelva a pasar lo que pasó con la guerra de Irak, que la ONU se opuso y quedó muy feo. Pero sin descuidar la ayuda humanitaria, claro, porque por ejemplo, la gloriosa idea de Mr. Bush es potenciar los programas de "Petróleo por comida". Esto es, tú me das petróleo y yo te pago en especias por mucho menos de lo que luego le voy a sacar en el mercado. Habría que aplicar este modelo en la ayuda que se mandó a Estados Unidos, a ver qué tal les funciona.
Si Estados Unidos consigue meter mano en la ONU, cosa que sinceramente dudo, vamos a tener que seguir el consejo de Bush: ante el desastre, rezar. Claro que de poco les sirvió a ellos rezar a sus dioses. El dios del petróleo, el del dinero y el de las apariencias debían de estar todos juntos de vacaciones en Texas cuando llegó Katrina. A cambio, otro Dios les estaba enviando un huracán. Algo querría decirles, I suppose.

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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