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NOVIEMBRE 2005

Ventana Nacional
NACIONAL

EL AGUA PERDIDA

Pedro Arrojo Agudo
Foto: Cortesía de Premio Ambiental Goldman © Robert Roll
"Estudios independientes afirman que ciudades de más de 20.000 habitantes tenían hace unos años pérdidas de agua cercanas al 30% por fugas en las redes urbanas"


Ante una sequía lo común es lamentarse por el agua que necesitamos, sin embargo se pierden miles de metros cúbicos debido al mal uso, las infraestructuras en mal estado o el modelo cultural. ¿Es posible disponer de más agua, arreglando nuestras goteras? Nos da cifras y soluciones
Pedro Arrojo Agudo, profesor de Análisis Económico en la Universidad de Zaragoza y Premio Ambiental Goldman.

-Dejemos de hablar del agua que no tenemos y ocupémonos de la que desperdiciamos. ¿Cuánto agua se pierde en España y a qué es debido?
-En España se estima que entre el 75 y 80% de las demandas de agua se refieren a la agricultura, al regadío; en torno al 10% a usos industriales y un poco más del 10% a usos propiamente domésticos. Sobre esas proporciones hay que decir que el 92% del agua consumida -que desaparece del circuito de las aguas continentales- se debe a la agricultura, porque buena parte del agua que se emplea en regar un campo o se evapora directamente o se evapotranspira a través de la planta. En cambio el agua urbana e industrial, aunque contaminada y luego más o menos depurada, vuelve mayoritariamente al circuito. A esto hay que añadir que cerca de la mitad de los regadíos tienen una bajísima eficiencia del uso del agua. Así que de ese 80% del agua que utilizan se podría ahorrar por lo menos un 20% mediante la modernización del regadío. Si nos referimos a las ciudades, al agua de uso doméstico e industrial, las estimaciones realizadas hace años por fuentes independientes como la Politécnica de Valencia afirmaban que ciudades de más de 20.000 habitantes tenían pérdidas que se acercaban al 30% en las redes urbanas por fugas. Además en gran parte estas aguas son potabilizadas, nos han costado mucho más que el agua de un regadío, así que perderlas no es ninguna tontería.

-¿Hay otro tipo de pérdidas indirectas?
-Hay un problema que para mí es más importante que las pérdidas directas, y es el tipo de uso que hacemos del agua. Puedes hacer un regadío en el que pierdes poca agua o una industria que no pierda agua en la red, pero el problema es si tienen sentido determinados modelos de agricultura y determinados modelos de producción económica urbano-turística. Por ejemplo, el modelo urbanístico del litoral mediterráneo es una locura, porque es estar poniendo como modelo estético en un sitio estepario el verde británico. Si en una ciudad consumes 130 litros por persona y día, a nivel de agua doméstica, en estas zonas los consumos son cinco y seis veces más altos, por encima de 500-600 litros por persona y día. El propio negocio del golf no es negocio en términos económicos, pero es un buen pretexto para hacer 4.000 chalets alrededor que justifican en un momento dado una operación inmobiliaria.
Otra forma de perder agua es la contaminación. Tenemos una obsesión cuantitativa del agua, cuando en realidad el problema en muchas ocasiones es más cualitativo. Podemos tener agua, pero si la hemos contaminado no es útil para los usos que nosotros deseamos. Y las contaminaciones son muy diversas: las de las ciudades e industrias -y aquí los vertidos no están suficientemente controlados- , y las que produce la agricultura mediante los pesticidas o abonos artificiales. Luego tenemos montones de depuradoras instaladas con fondos europeos que están inútiles porque no se quiere gastar dinero en mantenimiento ni en contratar el personal adecuado, con lo cual acabamos contaminando los ríos. Y a todo hay que añadir que en este país tan estepario, muchos de los regadíos se han realizado en lugares donde hay abundancia de sales y se han vuelto salobres los cauces de los ríos a los que va a parar el agua sobrante del regadío. Un ejemplo: a medio Ebro la salinidad del agua es tan alta durante la mayor parte del año, que a la altura de Caspe (Zaragoza) te recomiendan que no potabilices el agua de ese hermoso río. Tenemos agua que ya no sirve para potabilizar, sólo sirve para algunos cultivos, con lo cual disminuyes sus usos.

-¿Por qué no se pone solución a esto, de manera generalizada, si estamos ante una sequía tan grave?
-No es que no se busquen soluciones, pienso que tradicionalmente ha habido un desenfoque del problema de la escasez en España, refiriéndose sólo a los temas de cantidad y no considerando la calidad. Esto lo trata la ley europea y el actual Ministerio de Medio Ambiente, el primero que está gobernado por una persona que entiende del tema, que se lo cree y que intenta hacer políticas ambientalistas. Y las cosas empiezan a cambiar, porque hay que ser más exigentes en el control de los vertidos, los retornos y las depuradoras, tenemos que cambiar la forma de producir, e incluso el enfoque del turismo.
Ante una sequía, muchas veces se ha aprovechado la sensación de escasez que genera para justificar desde las instituciones públicas y los intereses privados la necesidad de más obra hidráulica: como tenemos sequía necesitamos más embalses. España es el país con más embalses por habitante y Km
2, pero no se precisan más porque de hecho ahora tenemos muchos vacíos. Tenemos que administrar bien los embalses y acuíferos -que son nuestros embalses naturales-para que en años de abundancia no consumamos toda el agua reservada sino que guardemos para los años de sequía. Nuestro problema no es de infraestructura sino de gestión. Y eso significará que en tiempos de normalidad habrá que hacer una reconversión del regadío, aparte de mejorar la eficiencia. Pero como ningún sector político se atreve con la reconversión del regadío, seguimos en una visión maximalista de los recursos que tenemos.

-Este invierno hubo abundante nieve. ¿Qué pasó con ese agua?
-Ese agua bajó luego a los embalses. Pero lo grave es que hemos tenido 8-10 años de abundancia, y el primer año de sequía fuerte ya tenemos problemas. Yo suelo decir que este es el síndrome de la familia que ganando 1.800 euros se gasta 2.300 a base de pedir créditos, por eso el primer mes que echan al marido del trabajo, ya los está persiguiendo el banco porque no pueden pagar. No hace falta ser experto en aguas, se basa todo en el sentido común. ∆

   

   
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