FEBRERO 2005

CONDONES BENDECIDOS

Bien, es evidente que el futuro se mueve. Hasta en lo más sólido y arcaico existe el germen del movimiento, y con él la esperanza para los condenados en ciernes. Claro que eso no arregla a los otros condenados, o sea, a los que sufrieron y sufren las consecuencias del "magisterio infalible de la Iglesia y su inspiración divina".
La Iglesia ha rectificado y, oh milagro, admite el uso del condón en las relaciones sexuales, eso sí, no sin recordar que éstas deben ser sólo en el seno del matrimonio.
Hace apenas dos meses negaban que la gomita en cuestión evitase el Sida. Ahora, tras mostrarse muy preocupados por la evolución de la enfermedad, y en un gesto de caridad, misericordia y amor fraternal nunca visto, autorizan el uso del condón como "prevención integral y global del Sida".
¡Alabado sea el señor...! Claro que uno se pregunta... ¿Qué les hizo cambiar una política en la que habían volcado todo su empeño y puesto todo su énfasis dialéctico y acusador?
¿Será la voz de su conciencia? ¿Tiene una institución como la Iglesia conciencia propia?
¡Oh misterio entre los misterios...! ¿O será sencillamente una consecuencia de la evidencia constatada de que el personal no les hacía ni puto caso? ¿Se esconderá, detrás de su permisividad, un acto político para no seguir perdiendo adeptos, un poco hartos ya de tanta persecución inquisitorial? Porque uno se imagina a un católico practicante y perseverante, en plena excitación sexual, carcomido por la duda entre ponerse o no la gomita dichosa, con su pareja exigiéndole que se la ponga, y con la imagen de Rouco Varela clavado en su nuca y en su conciencia, amenazándole con su dedo índice. Joder, menudo sufrimiento. Así no hay quien folle a gusto ¿no?
Pues nada, hombre. Ahora ya puede Ud. coitear tranquilo, ya no tiene que confesar su desacato a la Iglesia.
Otra cosa diferente será en aquellos a quienes un familiar cercano, alguien querido, se murió de Sida por no usar la gomita, porque era pecado, y que ahora ya no lo es.
¿Cuál será la reacción de esa gente?
Además, esto abre un profundo interrogante sobre la naturaleza del pecado. Vamos a ver... ¿es pecado lo que ofende a Dios o lo que contraría a la Iglesia? ¿Puede una cosa ser pecado el miércoles por la noche y ya no serlo el jueves por la mañana? Y si esa noche te perdiste un buen polvo. ¿A quién se puede reclamar?
Aquí hay algo que no encaja. No me imagino a Dios, contemplando cómo se le llena el más allá de víctimas del Sida y cambiando de opinión sobre el condón. No, eso no puede ser. Entonces sólo queda que el asunto, primero la condena y luego la absolución, no va más allá de los muros del Vaticano.
O sea, que eso avala el hecho de que el Vaticano es el responsable directo de los miles de muertos por el Sida que no usaron condón porque la Iglesia lo prohibía. Lo avala y lo rubrica. ¿Y Dios...? ¿Pinta algo en todo esto? Si una vez más la Iglesia es culpable de exterminios masivos por su estrechez mental. ¿Actuará Dios en consecuencia? ¿Castigará su falta de amor y de sensibilidad?
Difícil papeleta, sí señor. Menos mal que es Dios y sabrá que hacer, porque la tarea es ardua.
En cualquier caso, lo importante ahora es que ya tenemos condones bendecidos y ya no será exclusiva de los ateos follar tranquilos, aunque me temo que a algunos, y pienso en el Opus, no sabrán que significa eso. Pues nada, hombre, a practicar.
Claro que ahora me surge una duda... ¿Serán todos los condones los bendecidos o sólo los que lleven el sello cardenalicio?
¿Se podrán usar los de sabores? ¿Habrá que ponérselos con guantes?
Jesús, continúa la incertidumbre. /MC

Ultima hora

Marcha atrás, que es el recurso último cuando no se usa condón. La Iglesia ha dado marcha atrás. Efectivamente, el futuro está en continuo movimiento. A la esperanza le han vuelto a poner grilletes. Benditos sean aquellos católicos que aprovecharon el lapsus para follar tranquilos.
Poco duró, pero quienes usaron la gomita por primera vez pueden dormir tranquilos, no pecaron, pues estaban autorizados por la secta madre.
No corrijo nada de lo dicho, si servía antes sirve ahora, en caso contrario también.
Lo siento por los que se van a contagiar de Sida por culpa de la Iglesia.
Que se lo piensen mejor. ∆