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ENERO 2005

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ELECCIONES EN IRAK

ELECCIONES EN IRAK

Las elecciones no van a solucionar nada, sencillamente porque una democracia no puede ser impuesta por las armas. Nunca funcionó ni funcionará.

Bush quiere imponer una democracia occidental en la invadida Irak. Los pasos son los de siempre, los que ya han utilizado en otros lugares, primero invadimos, la disculpa es lo de menos, luego colocamos un gobierno provisional a nuestra imagen y semejanza, luego convocamos elecciones porque los invadidos, en este caso, los ciudadanos iraquíes, se merecen lo mejor, o sea, una democracia donde se sientan libres y realizados. Y luego, si el gobierno electo es el que nos esperamos, y si no lo es ya lo arreglaremos, pues nada, a gobernar bajo la atenta mirada de los EE.UU, quien a su vez procurará implicar a la ONU en el proceso para que su ilegal invasión se acabe diluyendo y transformando en una obra de caridad mediante la cual un país manejado por un dictador se convierte en un país "libre", eso sí, hasta un punto, porque si intentan salirse del guión escrito por la administración Bush, pues golpe de estado y a cambiar de títeres.
Claro que en todo el proceso se procuró que las empresas norteamericanas se hagan con la economía de Irak, que las multinacionales se forren, y que quede establecido un control sobre la producción de petróleo y sus exportaciones, sobre todo a los EE.UU que andan, por cierto, escasos del tan preciado y nauseabundo oro negro.
Y al fin, ahí están las elecciones. La situación del país es prácticamente de guerra civil. Numerosos grupos están en contra de las elecciones por razones varias, aunque la más compartida es por todo lo expuesto anteriormente, es decir, que no quieren que un invasor les diga cómo tienen que vivir, algo que yo pienso que nos pasaría a todos en tales circunstancias.
La situación es caótica e incapaz de ser controlada. A pesar de todo los EE.UU. quieren que las elecciones se celebren, buscan legalizar rápidamente una situación que nació de una acción ilegal, y eso me temo que será imposible.
Tal vez la reacción internacional sea de disimular y callarse, porque sería un alivio para todos que la situación se calmase, pero creo que todos sabemos que no va a ser así, que las elecciones no van a solucionar nada, sencillamente porque una democracia, y en su esencia así se define, no puede ser impuesta por las armas. Nunca funcionó ni funcionará.
Pero además aquí, en Irak, se da la circunstancia de que hablamos de un país profundamente religioso, con numerosas etnias que coexisten desde siempre en un equilibrio muy inestable, con unas raíces que se entierran en el pasado y por las que fluye una savia de guerreros, guerreros que no se van a someter nunca a la bota yankee y a sus marionetas colocadas a dedo en el poder.
El problema básico de los EE.UU. es que no tiene raíces, no tiene legado ancestral, y al no saber lo que eso significa, no lo tienen en cuenta cuando deciden invadir como si fueran de romería.
Su ignorancia, su falta de cultura, mas su falta de respeto por los pueblos y su historia, les hace ver las cosas sólo de un color, pero las cosas no son así.
Los soldados yankees matan por obediencia a sus jefes. Pero los "insurrectos", como ahora se les llama, los "rebeldes" iraquíes, matan a los invasores por convicción, por recuperar su dignidad, por preservar su religión, su cultura y su forma de entender la vida y la libertad. Y eso tiene mucha fuerza.
Irak no será una democracia nunca, aunque ahora se celebren elecciones y de ahí salga un gobierno y se forme un parlamento. Y no lo será porque el pueblo iraquí no evolucionó hacia la democracia por ley natural, no la necesitó, no la invocó.
Quien sí que la necesita, repito, es EE.UU., porque así justifica ante la comunidad internacional todo lo que hizo y hace, sólo que todo ello es un absurdo juego de tontos, una pantomima que todos fingen creerse porque a todos les interesa.
Pero es mentira, una vil, cobarde y consentida mentira.
Si en vez de ser los EE.UU. los invasores, los que imponen su modelo de democracia en Irak, fuesen otros, cualquier otro país, nadie callaría y seguiría consintiendo el juego.
Y eso lo sabemos todos.
¿Tiene algo de extraño entonces que la violencia en Irak no cese...? ¿Alguien cree de verdad que luego va a ceder?
Parece mentira, a estas alturas, que la experiencia y el peso de la historia de esta humanidad sirva para tan poco.
/ MC

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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