Dicen que la semilla de la resistencia habita en lo más profundo del ser humano, forma parte de su naturaleza y es además, un derecho legítimo contemplado en la mayoría de las constituciones del mundo.
Los movimientos de resistencia están presentes en todo el planeta y sus protagonistas son hoy, ciudadanos de todo tipo que levantan su voz y unen sus fuerzas aportando el grado de justa rebeldía tan necesaria para generar una conciencia de cambio.
Parece como si una especie de chispa hubiese saltado de mente en mente y hubiese contagiado a todos la necesidad y la posibilidad de otro mundo mejor. Texto: Mariló Hidalgo

Gleneagles (Escocia) 3/ 7/05
Cambiamos de escenario. Nos encontramos en Gleneagles (Escocia), el lugar elegido este año para la celebración de la Cumbre del G-8, la reunión de los países más ricos del mundo. Activistas de movimientos antiglobalización, ecologistas, personas contrarias a la guerra de Iraq, solidarios con el Tercer Mundo, defensores de derechos humanos se manifiestan en medio de fuertes medidas de seguridad para hacer llegar sus protestas a los mandatarios de los países que rigen en la actualidad los designios del mundo. Paralelamente, en Edimburgo tiene lugar otra manifestación que bloquea durante todo el día la base de los submarinos nucleares de Gran Bretaña. Las pancartas y los gritos de los manifestantes denuncian los millonarios presupuestos militares de las naciones más industrializadas del mundo, mientras otra parte de la humanidad se muere de hambre.
En esta misma ciudad se celebra una contracumbre bajo el lema: "Ideas para cambiar el mundo". Algunos de los temas abordados fueron: África, cambio climático, inmigración y la guerra. ∆

Londres 12/7/05
La imagen de Marie Fatayi-Williams aparece en todos los periódicos y televisiones de nuestro país. Es una preciosa mujer negra que tiene impreso en su rostro el dolor. Entre sus manos tiene la foto de su hijo Anthony, desaparecido desde el jueves día 7 en Tavistock Square después del atentado. Llora ante los medios de comunicación de todo el mundo y grita el nombre de su hijo, rompiendo ese aparente silencio que rodea un país que intenta aparentar normalidad. Ella no lo comparte. Así como muchas familias que se han lanzado a la calle a pegar carteles con los rostros de los desaparecidos al tiempo que expresan su protesta por la falta de información, de datos y de secretismo del gobierno. ∆

 ¿A qué viene todo esto?
Eché una ojeada a las noticias de la primera parte del mes de julio -justo antes de escribir estas líneas- y me llamó la atención lo que vi. Se supone que estamos en verano, de vacaciones, bajo las influencias del sol, las altas temperaturas, el mar, la piscina, el cansancio, y las ganas de desconectar. La actividad del país se reduce. Los parlamentarios se van de vacaciones y parece que el ritmo se ralentiza hasta pasado el mes de agosto. Pues bien, me llamó la atención un movimiento que no cesa, que no toma vacaciones y que está presente, a nuestro lado desde hace algún tiempo. Un movimiento variopinto, que se desarrolla en diferentes puntos del planeta pero que tiene elementos comunes. Se trata de movimientos que sacuden conciencias, unifican gritos, amplían espacios de expresión, unen potenciales, rompen fronteras, vuelcan ideas, se convierten en el temor de los poderosos. Molestan, incomodan, parecen frágiles pero juntos desarrollan una fuerza que da de lleno en el objetivo, son revoltosos, son jóvenes, son viejos, son hombres, son mujeres, son gays, negros, asiáticos, palestinos, africanos muertos de hambre, desempleados, esclavos, explotados, niños, enfermos de Sida, intelectuales, periodistas, voluntarios, defensores de derechos humanos, cantantes comprometidos que... se resisten.

"El G-8 es un poder ejecutivo a escala mundial cuya principal característica es la de no haber sido elegido por nadie" José Antonio Pérez

 Resistencia ¿A qué?
Según el filósofo Javier Sádaba, hablaríamos de algo inherente al ser humano, algo que está impreso en su naturaleza. "La resistencia es un valor que hace referencia a la fuerza del sujeto, a la capacidad de mantenerse firme contra la adulación o la adversidad. Los movimientos de resistencia son las reacciones de la gente más oprimida. No siempre es así, pero creo que esta reacción está en función de aquellos que teniendo mucho poder, eliminan los elementos básicos de subsistencia a los demás. Creo que ésta es la razón fundamental". La periodista Montserrat Boix , fundadora de 'Mujeres en Red'(*) nos comenta que ella prefiere hablar de activismo social en positivo, más que de resistencia. "Creo que existe porque hay mucha gente que no se pliega al pensamiento único y que mantiene la ilusión de que las cosas pueden hacerse de otra manera... ya sabes 'otro mundo es posible'. Bien es verdad que para construir ese otro mundo alternativo habrá que organizarse con suficiente fuerza como para advertir a quienes mandan que ya no pueden avanzar más contra el sentir de la ciudadanía". Y de ello hay sobradas muestras a lo largo de la historia que han dejado abierto un camino. "Si entendemos por 'resistencia' la diversidad de luchas que las gentes 'de abajo' emprenden contra las 'de arriba' -explica Jaime Pastor, profesor de Ciencia Política en la UNED-, se trata de algo muy viejo en la Historia porque desde que fueron surgiendo diferentes formas de desigualdad e injusticia -de sexos, social, de poder- hubo protestas e intentos de erradicar los distintos tipos de despotismo que generaban aquellas. La Revolución Francesa produce por primera vez el triunfo de una nueva legitimación 'desde abajo' de un poder basado en la soberanía popular frente a la de tipo tradicional que representaba el absolutismo monárquico. Por eso, desde entonces hemos asistido al desarrollo de diferentes movimientos sociales de resistencia en muy distintas partes del mundo portadores de la esperanza de cambio radical frente a las diferentes formas de explotación y dominación que sostienen el 'modelo' civilizatorio contemporáneo". Augusto Zamora, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid, apunta en este sentido que "la resistencia es consecuencia y resultado de una situación de asimetría de fuerzas. Hoy el término se ha puesto de nuevo en boga por la reaparición de las guerras imperiales y de conquista por parte de EEUU, especialmente en Iraq". El economista y también presidente de la ONG 'Justicia y Paz', Arcadi Oliveres aborda la cuestión desde otra perspectiva. "El capitalismo quizá haya creado un progreso tecnológico, haya engrandecido el pastel de la riqueza, pero lo que está claro es que ha generado desigualdad. Esto ya ocurría antes en el interior de los estados donde siempre hubo rebelión y protesta, pero lo interesante de este momento es que estas revueltas se dan a nivel global porque los medios de comunicación son rápidos, te permiten conocer situaciones en todo el mundo que provocan reacciones de carácter mundial. Del comercio a las finanzas, desde las migraciones a la deuda... La gente es consciente de las cosas por las que lucha, de las cosas por las que no puede pasar: tres millones de muertos de sida, niños muertos de hambre, la deuda externa, los derechos humanos". Francisco Rubiales es doctor en periodismo y profesor en las universidades de Sevilla y Cádiz, además dirige dos revistas y tres foros especializados en debate. Por ello quiere también apuntar otra perspectiva algo más cercana. "Creo que hay muchos tipos de resistencia. Cada uno se resiste a lo que le oprime. Cada cual es libre de elegir su propia lucha. Lo importante es combatir contra cualquier mal o déficit. Recuerdo aquello que decía Bertrand Russel de que un hombre honrado siempre debe estar en la oposición y en la resistencia. Los hay que se resisten a una ocupación extranjera (Iraq), al totalitarismo (China), a la corrupción, a la injusticia, a los excesos de la globalización, etc. La resistencia es la manifestación más auténtica y sublime de la rebeldía humana, que es lo que hace grande al hombre y el auténtico motor del progreso en la historia".

"Ya no hay pasquines en las calles. Hay e-mails, llamadas telefónicas, sms" Arcadi Oliveres

 ¿Quién es el enemigo?
Se podría resumir en una idea: globalización capitalista. Una globalización basada en la explotación y la exclusión y que además impone un modelo de "pensamiento único" que se apoya en la idea de que no existe otro horizonte más elevado que el que dictan las reglas propias del mercado. Desgraciadamente los seres humanos hoy por hoy no cotizan en Bolsa, con lo cual no son valores a tener en cuenta.
Esta idea tiene su máxima expresión en el G-8, el club de los países más ricos del globo: EEUU, Alemania, Japón, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia y el último en llegar, Rusia. El G-8 sería según palabras del periodista José Antonio Pérez(**) "un poder ejecutivo a escala mundial cuya principal característica es la de no haber sido elegido por nadie, por lo que cumple los requisitos para ser calificado como 'dictadura global'. Ignorando la voluntad de la ciudadanía, esta cúpula dictatorial ejerce su poder a través de las decisiones económicas del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio, entidades que se encargan de poner en práctica las políticas neoliberales en todo el mundo. En último término, el brazo armado mundial es el ejército de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)". Ellos son los responsables del elevado número de muertes infantiles, de que la esperanza de vida en muchos países no supere los 35 años, de que personas tengan que subsistir con una renta inferior a 1e diario, de que en pleno siglo XXI existan millones de esclavos, pobreza, miseria. Mientras, ellos viven en un mundo de derroche a costa del saqueo de materias primas en otros países, de la usurpación de riquezas naturales, de la destrucción del medio ambiente, de la incitación continua al consumismo como forma de vida, y del nivel de bienestar ilusorio e insatisfactorio donde siempre se quiere más y más. El control sobre las vidas es tan férreo que incluso llegan a legitimar sus intervenciones armadas para eludir los tribunales de justicia internacional.

"Los movimientos de resistencia son las reacciones de la gente más oprimida" Javier Sádaba

 ¿Quiénes forman parte de ese movimiento?
Son muchos!, asegura Arcadi Oliveres, personaje muy unido a la lucha social. "Son personas esperanzadas que quieren cambiar el mundo, tienen voluntad de cambio y militan para que el cambio se produzca. Es una persona coherente con aquello que hace en su vida normal, está más o menos organizado y además trabaja mucho en red. Ya no hay pasquines en las calles. Hay e-mails, llamadas telefónicas, sms y cosas por el estilo". Jaime Pastor se apoya en la definición que emplean algunos de sus colegas: "Los participantes en estos movimientos se encontrarían entre los 'indígenas, indigentes e indigestos', es decir, en los pueblos indígenas del Sur, cuyo referente fundamental es 'Vía Campesina', son también actores importantes, al igual que los movimientos de mujeres y una parte de sindicalismo organizado. Quizás lo más relevante es que en todos esos sectores sociales hay una nueva generación que no arrastra el lastre de las derrotas del pasado y que, aún no teniendo claras las alternativas, rechaza lo realmente existente como único posible". Montserrat Boix apunta también a un amplio abanico de personas activistas, unidas por un elemento común: este mundo que se está creando no es un mundo para todos por eso piensan que tienen que hacer algo ¡ya!, para cambiarlo."Afortunadamente hoy, asegura Boix, puedes sumarte a las grandes manifestaciones colectivas o puedes actuar de manera individual o en pequeños grupos aportando elementos muy importantes para la presión. En este sentido, la utilización de las 'nuevas tecnologías' es algo vital". Marcos Roitman, sociólogo y profesor de la UCM, ve un amplio abanico, "sus miembros son parte de la sociedad civil, son colectivos que luchan por sus derechos de libertad sexual, de género, hasta el movimiento obrero, campesino, juvenil, étnico o de clase. La diferencia entre resistir y formar parte del orden es el carácter de exclusión y marginalidad con que existen dichos movimientos. Es decir, se enfrentan a políticas tendentes a su eliminación. Por ello adquieren una dimensión de resistencia y no de complacencia con el orden social". Francisco Rubiales apunta en cambio al interior del ser humano para justificar a quienes están en primera línea. "Sólo resisten los que son libres, aquellos seres privilegiados que siguen pensando y no han sucumbido al miedo. La mayoría de los humanos se sienten solos, desorientados y atemorizados ante la complejidad de la vida y reaccionan entregando su voluntad, libertad y representación a los grandes poderes, sobre todo al poder político. Es una actuación gregaria en busca de protección. Sólo unos pocos consiguen vencer al miedo y resistir. Los resistentes son siempre la vanguardia de la sociedad, aquellos seres capaces de ejercer 'liderazgo' y de 'tirar' del carro de la Historia".

"Hay mucha gente que no se pliega al pensamiento único y que mantiene la ilusión de que las cosas pueden hacerse de otra manera" Montserrat Boix

 ¿Qué aporta todo esto a un sistema democrático?
Son su verdadero jugo!, asegura Javier Sádaba. "Una democracia que no esté en movimiento es inerte. Desgraciadamente es lo que estamos viviendo o mejor, es lo que estamos padeciendo". Es imprescindible en un sistema democrático, coincide en señalar Jaime Pastor: "Suelen traer propuestas de mejora y de cambio. A lo largo de la historia los movimientos sociales han sido los principales promotores de la tendencia a la extensión de derechos a todos los sectores de la sociedad y a la generación de nuevos derechos: así ha ocurrido con el movimiento obrero, el movimiento de mujeres o el movimiento ecologista, ampliando así la 'comunidad moral' hasta el punto de incluir al conjunto de seres vivos, a las futuras generaciones y al planeta entero... Esos movimientos plantean la necesidad de que la democracia sea cada vez más participativa e incluyente y vaya asociada a una reinvención de la política y de otra forma de hacerla, cuestionando así un 'modelo' basado en elecciones periódicas competitivas entre partidos cada vez más afines entre sí". El sociólogo Marcos Roitman hace un giro en el planteamiento y señala que "es un contrasentido que en el orden democrático existan luchas de resistencia entendidas como parte del ejercicio cotidiano y responsable de una ciudadanía plena. En un orden democrático las resistencias sólo pueden significar dos cosas antagónicas: Primera, serían el termómetro de su ordenamiento institucional. Más resistencias menos representación democrática. La luchas en la democracia son ese mandar obedeciendo donde continuamente se definen y se articulan quienes participan, median, dialogan, representan y negocian en un marco coactivo igual para todos. Segunda, resistir en democracia supone no ser demócrata, no apoyar la democracia o luchar contra ella. Es la única manera de existencia en su interior".
El periodista Francisco Rubiales va más allá cuando asegura que "sin resistencia la democracia, la sociedad y la historia no avanzarían. La Historia demuestra que los avances se producen en las etapas de lucha, de resistencia, nunca en las etapas que podríamos denominar de sometimiento. Las conquistas y avances sociales y políticos se producen siempre como resultado de la resistencia. El poder tiende a ser conservador, entre otras razones porque posee privilegios y tiene mucho que perder, y nunca da nada gratis. La resistencia ha costado a la Humanidad cientos de millones de muertos, pero es la fuerza clave y decisiva de la historia, la que justifica al hombre y le otorga el rango moral de ser 'rey de la creación'. ∆

(*) www.nodo50.org/mujeresred/ Una de las redes más importantes en español de intercambio de información en internet sobre Derechos Humanos de las Mujeres.
(**) "Diccionario del paro y otras miserias de la globalización" de José Antonio Pérez, editorial Debate.

 Y tú  ¿A qué te resistes?

Aquí están nuestros "agitadores", los que han intentado definir y explicar lo que está pasando a nuestro alrededor. Como última petición, les hemos hecho un reclamo: que nos digan a qué se resisten, hacia dónde enfocan su lucha diaria... Esto es lo que nos han respondido.

Libros recomendados: "Diccionario de ética" de Javier Sádaba (Planeta). "Democracia Secuestrada" de Francisco Rubiales (Almazara). "Guía para una globalización alternativa", Francisco Fernández Buey (Ediciones B)."Movimientos de resistencia frente a la globalización capitalista" de Carlos Taibo (Ediciones B). "Manual del manifestante" de José Antonio Pérez (Mondadori).

Existen dos fuerzas enfrentadas en el planeta. La que representan los poderosos, que no se detiene ante nada para conseguir sus objetivos de poder, de dominio absoluto, de esclavizar a la especie humana. Y otra, la que se mueve a través de los pueblos del mundo, de los ciudadanos del planeta, de los oprimidos, de los esclavizados, de los que ya son conscientes de que la batalla final entre ambas fuerzas ya ha comenzado.
Esta segunda fuerza representa la resistencia de la vida, de lo natural, ante la opresión y la destrucción.
Es una fuerza que circula por dentro, una energía que se mueve por las voluntades de los hombres, que está ligada a la naturaleza misma de la vida, a la esencia de la creación.
Desde siempre, desde que existe vida, resistir es sobrevivir. Sólo que ahora ha nacido una resistencia consciente, inteligentemente diseñada, grupalmente elaborada, hábilmente dirigida contra los que utilizan el poder para esclavizar, oprimir o destruir, tanto las vidas como la naturaleza.
La batalla está servida. El poder del pueblo universal está despertando, y es más, mucho más, de lo que nadie se puede imaginar.
Sólo hay que saber gestionarlo, que saber unir a las partes, a las fuerzas, a los grupos.
Resistir es sobrevivir, y luego vencer.
Detrás vendrá otro amanecer diferente, con un nuevo sol y una nueva tierra. ∆