-Qué es la burbuja inmobiliaria, de la que todo el mundo habla?
-La burbuja inmobiliaria es un sobrecrecimiento del precio de los pisos,
porque hay una inversión que se está produciendo en ladrillos o pisos pero
que debería estar en otros lugares.
-¿Por qué se produce?
-Por la cantidad de dinero negro que hay. Y estoy convencidísimo de que
hay mucho más de lo que parece. En obras privadas y en pequeñas obras de
reparación, no nos engañemos, el 50% se paga en negro. En los notarios se
está escriturando por debajo de lo que se paga. Evidentemente lo que no se
escritura se paga en negro, y esto puede estar en el orden del 20%. A partir
de aquí vete imaginando todo lo que puede ocurrir.
-¿En qué afecta a la economía de un país?
-Pues la destroza, porque el pobre hombre que quiere acceder a un piso y
no dispone de dinero negro va de cráneo. Y mientras, los que tienen un
montón de dinero negro en vez de invertir en bolsa o en tesoro público -que
sería de alguna manera resarcible y acabaría llegando al contribuyente-,
compran pisos, haciendo que su precio suba y suba. Y el precio de la
construcción igual. Lo que no puede ser es que el precio del m2 de solar
valga tanto como construir. Aquí está pasando algo. Pero como a la
Administración también le interesa que crezca porque cobra con ello más
impuestos, tiene más IBI y recauda más, pues no intenta solucionar el tema.
-¿Y qué sucederá si todo estalla?
-Pues una gran problemática, porque llegará un día en que tocará techo,
no se venderá más y el precio se quedará igual. Entonces se dará algo que
las administraciones no tienen previsto: mientras la gente no podrá pagar
sus impuestos, ellos tendrán que dar un servicio a todas las nuevas calles
que están haciendo, alcantarillas, electricidad, servicio público de
recogida de basuras... O sea, estamos creando un país ficticio. Vete a la
urbanización que quieras de segunda residencia un día de la semana y es una
ciudad fantasma. No hay nada tan absurdo como ir creando ciudades fantasma
en distintos lugares del Pirineo, de la costa... hay una gran cantidad de
dinero muerto que no lo mueve nadie, para una ocupación de quince días al
año. Y lo que no podrán llevar a cabo las administraciones es el
mantenimiento de todo. Mientras esto va para arriba no hay problema, en el
momento en que la gente empiece a quedarse sin trabajo por una regulación de
empleo y deje de pagar sus impuestos y sus hipotecas, todo va a repercutir
directamente en la Administración.
-¿Cree que las entidades financieras valoran en profundidad el riesgo que
asumen con el volumen de crédito hipotecario acumulado?
-Ellos no tienen problema, porque cuando tú no pagas, se quedan el piso
y punto, excepto que haya un juez que declare a una familia en suspensión de
pagos, como sucedió hace un mes. Este juez ha hecho una cosa sabia y es
declarar que si una sociedad puede tener una suspensión de pagos, ¿por qué
no puede tenerla una familia, debido a una enfermedad, a falta de
trabajo...? Si esto fuese el pan de cada día los bancos se lo pensarían
mucho, pero como saben que siempre recuperan...
-¿Por qué el Banco de España quiere terminar con el espectacular
crecimiento del crédito hipotecario, algo que ve como muy preocupante?
-Por un lado el Banco de España remite una carta a los bancos y cajas
indicando esto, y por el otro los planes urbanísticos no paran nada. Y hay
un vaso comunicante del Banco de España con la Administración de las
ciudades y territorios; pues a ver si este vaso comunicante trasmite. Lo que
no podemos es dejar que urbanísticamente todo el mundo haga lo que quiera y
después el Banco de España diga 'cuidado con lo que usted hace'. Tú cierra
la espita de la especulación del suelo y entonces verás lo que pasa. Pero la
economía neoliberal tiene un mal y es que en el momento que cierras una
espita empiezan a poner a gente de patitas en la calle. Entonces esto es un
pez que se muerde la cola. La dificultad siempre está en el equilibrio y
nosotros deberíamos mantenerlo: en vez de bajar el tipo de impuesto de la
renta, subírselo al más rico para que no tenga ganas de especular más. Y es
que damos siempre ventaja al rico, gobierne quien gobierne.
-¿Podría decirse que la construcción se está llevando los recursos que
podrían invertirse en otros sectores, como I+D o educación?
-No me atrevería a afirmarlo, aunque puede ser que sea así. Lo que está
clarísimo es que si todo el mundo pagase sus impuestos, debidamente y todo
el dinero negro que se mueve en la construcción aflorase, evidentemente
habría mucho más dinero para destinar al apartado social, para hacer
investigación y demás. Porque de lo que se paga en negro, no se pagan
impuestos. Así que yo cuando oigo lo del tres por ciento me harto de reír,
porque vete a saber lo que es. Esto es una bola que para pararla hace falta
mucha valentía. ∆