Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

NOVIEMBRE 2004

vinternac.jpg (7028 bytes)
CUBA

CUBA
Al igual que ocurrió en Troya, a nadie le preocupa la opinión de los cubanos, lo que de verdad importa es destronar al poderoso Fidel.

Qué tiene Cuba que todos la desean? Un día sí y otro también, Cuba ocupa la primera página de la polémica internacional. La isla caribeña es la gran dama cortejada por todos. Unos para devolverle la "libertad", otros para poseerla y dominarla, y la mayoría la utilizan como disculpa y argumento para sus figureos, para lograr puntos, para asomar la cabeza de la mediocridad en la que viven y no se les ocurre otra cosa que meterse a salvadores del honor de los cubanos.
Cuba es la Troya moderna. Sus "murallas" tientan los sueños conquistadores de los que aspiran a glorias eternas. Conquistarla significaría destruir el último bastión del rebelde romanticismo de otros tiempos donde se luchaba por ideales, no por dinero, como ahora.
Cuba divide al mundo en bandos, enfrentando a los unos con los otros más allá de las ideologías, más allá de la supuesta y falsa "preocupación" por el bienestar del pueblo cubano. Porque, en realidad, y al igual que ocurrió en Troya, a nadie le preocupa la opinión de los cubanos, lo que de verdad importa es destronar al poderoso Fidel, borrar esa mancha que perpetúa el espíritu de la rebelión contra el imperio.
Apoyar a Cuba se convirtió en una forma indirecta de arremeter contra el imperio yankee y, de paso, contra todos aquellos que opinan que la democracia tiene que ser algo así como una vacuna contra enfermedades contagiosas. Y Cuba es la guarida de los virus, al igual que en el pasado lo era de piratas, enemigos contumaces también de los imperios.
Cualquier "revolucionario" moderno que se precie tiene que visitar Cuba, porque es algo más que un viaje turístico, es más bien la graduación definitiva ante el mundo, el diploma revolucionario, en un tiempo donde ser revolucionario es como tener un disco de vinilo, o sea, puro sentimiento.
Pero, a pesar de todo, Cuba permanece como una provocación permanente, como esas murallas que a los unos les gustaría abatir y a los otros proteger. Y dentro de ellas, la figura de Fidel, que como Paris, el troyano, un día se atrevió a arrebatarle a la bella Cuba, Helena, al poderoso vecino. Desde entonces, el sitio de Cuba se prolonga a través de los años, pero las murallas no ceden. Helena, Cuba, sigue siendo hermosa, aunque las consecuencias del estado de sitio se notan ya en sus carnes.
Fidel, Paris, acusa más el paso del tiempo, pero si bien su físico perdió esa belleza juvenil que enamoró a Helena, mantiene en cambio la misma pasión, el mismo ardor, que es al fin y al cabo lo que alimenta el fuego del amor y lo que hace que el matrimonio entre ambos sea inexpugnable a los ataques del exterior.
Con el tiempo han sido muchos los "caballeros" que intentaron el asalto a Cuba para conquistarla, casi todos procedentes de ideologías derechistas, tal vez porque a pesar de ser los más afines a la Iglesia, son los que menos creen en la fuerza del amor. Y sus intentos resultaron vanos, y en muchos casos ridículos, tal vez porque menospreciaron el peso histórico del idilio Cuba-Fidel, la simbología esotérica que tal relación representa, el recuerdo vivo de la inmortalidad del espíritu rebelde más allá de la lógica de los tiempos, más allá de la fuerza bruta del poderoso, más allá de la ambición de los teóricos, de los políticos de pacotilla que nunca servirán para limpiarle los zapatos a Fidel.
Todos quieren que se derrumben las murallas de Cuba, todos quieren que la democracia se instale en la isla como si de la panacea universal se tratara.
Pero si eso llegara a suceder habríamos destruido el último bastión de la rebeldía en estado puro. Además, ¿qué modelo de democracia se le propone a los cubanos? ¿La del imperio yankee? ¿La de Bush?
Cuando Cuba no sea lo que es, cuando el mito se haya derrumbado, todos habremos perdido algo de nosotros mismos, excepto aquellos que nunca saborearon el placer de plantarle cara al matón de turno, al "poderoso", al que basa su dominio en el terror, la amenaza y el desprecio a la libertad de pensamiento y expresión.
Cuba, como Troya, mejor consumida por el fuego que explotada por los sicarios del imperio.
Como dice la canción... "antes muerta que sencilla".
/ MC

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA