MAYO 2004

EL GRITO DE LOS PUEBLOS

Está escrito que llegará un día en el tiempo en que los hombres y mujeres de buena voluntad del planeta se cogerán de la mano y lanzarán al aire un grito de protesta, que será también un grito de libertad, un grito de victoria, porque la fuerza resultante de su unión habrá derrotado a los "dioses" que les engañaban, que les explotaban, que les impedían pensar y vivir en libertad.
Está escrito que llegará un día en el que la humanidad se rebelará contra aquellos que los manipularon, y reclamará sus derechos, pero no será una reclamación temerosa sino un coger lo que en verdad es su derecho, su patrimonio, su herencia de la Tierra madre.
Y los "dioses" verán cómo su efímero poder se derrumba ante la fuerza de los hombres, porque durante siglos y siglos su poder se basaba en alimentarse, como vampiros, de la sangre y la vida de las criaturas humanas, en mantener un sistema basado en el miedo, en la mentira, en la manipulación de las mentes, en provocar el enfrentamiento permanente entre los hombres para así distraerlos de la verdadera fuente de sus problemas, de sus necesidades, de todos sus males.
Y los "dioses", utilizando sus poderes combinados, el religioso, el político, el económico, sometieron durante toda su existencia al ser humano, engañándole con una falsa concepción de lo espiritual, de Dios, colocando a otros seres humanos, sus zombis, al frente de los gobiernos, de la justicia, para así mantener atemorizados a todos, utilizando la fuerza, la represión, contra aquellos que osaban rebelarse y exigir más libertad.
El ser humano, la criatura más maravillosa que existe en la Creación, fue así, durante siglos, un esclavo en manos de los "dioses" y sus lacayos, los humanos vendidos a sus amos.
Pero ha llegado el tiempo de poner fin a semejante situación. Poco a poco los pueblos del mundo van despertando y reclamando lo que es suyo. Los poderes religiosos, políticos y económicos van perdiendo terreno, porque la madurez de los pueblos y su decidida rebelión contra los poderosos está cambiando lentamente el equilibrio de las fuerzas.
Los pueblos ya no admiten que se les mienta, ya no toleran a los falsos mesías, a los que prometen y no dan, a los que roban lo que es del pueblo.
Los pueblos ya no admiten a los "dioses" que protegen a los poderosos, que castigan a los pobres con más pobreza y miseria, que toman descaradamente partido por la riqueza y la opresión. Los pueblos del mundo buscan, necesitan, invocan al verdadero Dios, aquel que espera pacientemente a que sus hijos le reclamen, a que sus hijos rechacen a los falsos "dioses", a que sus hijos muestren la rebeldía que heredaron de su Padre.
Y el grito de los pueblos del mundo será la nota, la señal, que active el reloj del tiempo, un tiempo que marcará el final de la dictadura de los "dioses" y el principio de una nueva Era.
Entonces, la verdadera historia de este planeta, de esta humanidad, será conocida, y al conocerla el hombre, el ser humano, recuperará su verdadera identidad, su linaje, su pasado, y podrá prepararse para su futuro.
Porque es tan grande el poder depositado en la criatura humana, que una vez despierto y bien utilizado, permitirá que la humanidad rompa todas sus cadenas y crezca sin límite en el espacio cósmico que espera por ella.
Pero antes tiene que sonar el grito de los pueblos, del pueblo universal, un grito que romperá en mil pedazos el ficticio poder de los vampiros que se alimentan de lo que pertenece al pueblo, al ciudadano del mundo, a los hijos del único y verdadero Dios.
Y las voces ya se están uniendo. Las manos se están estrechando. Los corazones se están fundiendo en un sólo sentimiento, en una sóla palabra, libertad.
El tiempo de los falsos "dioses" se acabó.
El pueblo universal está naciendo y su grito de poder se está preparando. ∆