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MARZO 2004
DIGNIDAD... POR FAVOR
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Entre todos hemos convertido esta democracia en una mentira
consentida, en un engendro absurdo y esperpéntico. |
Estamos ante unas nuevas elecciones
democráticas. El circo, con sus bufones, sus payasos y alguna que otra
fiera, ya está a punto de cerrar sus puertas, para que luego quede el acto
final, o sea, que el respetable ciudadano emita su voto y certifique así
quién, a su gusto, debe gobernar durante un nuevo periodo, ciclo o
legislatura.
Han pasado cuatro años desde la última convocatoria, y muchas cosas han
ocurrido en este tiempo, cosas muy graves que han mostrado el talante de los
gobernantes, la fuerza de la oposición y la dignidad de los ciudadanos.
Y la conclusión es que nada de todo ello se merece un simple aprobado,
porque entre todos hemos convertido esta democracia en una mentira
consentida, en un engendro absurdo y esperpéntico, donde los mentirosos
campean a sus anchas, haciendo además alarde y ostentación de sus cargos,
donde las viejas tendencias, léase intrusismo de la Iglesia en los asuntos
políticos, han vuelto a primera línea y donde la calle se ha convertido en
una jungla, una vez perdido el respeto, la confianza y la credibilidad en
las instituciones y sus jerarcas.
Nunca antes el termómetro social había caído a niveles tan bajos. Nunca
antes se había consentido tanto la mentira, la manipulación y la prepotencia
en ningún gobierno democrático.
España fue conducida a una guerra bajo mentiras intencionadamente urdidas
para obtener fines económicos y laureles personales. El tema está que arde
en los EE.UU. y en Inglaterra, peligrando la reelección de Bush y la
continuidad de Blair.
Pero aquí no pasa nada. El Congreso es la finca particular de Aznar y su
séquito. Va si quiere, da explicaciones si quiere. No hay leyes que le
obliguen, no hay justicia que le pase factura por sus mentiras.
Han muerto militares españoles en Irak y aquí no pasa nada. Siguen allí
expuestos al caos que los americanos han creado y aquí no pasa nada.
Si se les pregunta por aquella historia de las armas de destrucción masiva,
el impresentable Trillo responde dándole un euro a la periodista, imagen
evidente de la más absoluta chulería, del despotismo más descarado, de la
falta de dignidad de los unos y de los otros.
Y no hay justicia que les exija respeto y comportamiento.
Aquí ya gobierna el Opus. Aquí no pasa nada.
Hemos vuelto a la España del "bajo palio". Qué pena.
Y ahí están unas nuevas elecciones. Aznar se va, pero como su ilustre
mentor, lo deja todo "atado y bien atado". Es la eterna condena de este país
que un día se despertó socialista, liberal, progresista y que sus
responsables no supieron rematar la faena. O no quisieron, a saber.
Ahora la oposición no tiene "chicha", más bien parece que está cogida por
los "cataplines". Aceptan el juego, comparten el juego, se pliegan al juego.
Y el día 14 los españoles deben decidir otros cuatro años... ¿De qué? ¿De
libertades? ¿De dignidades? ¡Vota cada 4 años! ¡No pienses durante el resto!
Démosles carta blanca a la trilogía Gobierno-Opus-Iglesia.
Que nos metan en más guerras santas. Que nos resuciten la censura. Que nos
obliguen a rezar el rosario.
¿Qué ha sido de la dignidad de este pueblo que tanto respeto impuso en el
tiempo a los invasores?
¿Es que no se ve hacia dónde vamos? ¿Es que no queda nada que no sea el
venderse por un plato de lentejas?
¿Dónde está aquel 85% de ciudadanos que salieron a la calle gritando "no a
la guerra"? ¿Es que no saben que les despreciaron, les ignoraron y les
mintieron?
Y ahora les piden el voto de nuevo vendiéndoles "bienestar", haciéndoles
promesas hipócritas e imposibles de cumplir.
¿Es que no queda nada en el interior de los ciudadanos?
Somos el pueblo soberano, base y fundamento de toda democracia.
¿Recuerdan lo que eso significa...?
Ante las próximas elecciones... ¡Dignidad, por favor!
/ MC |
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