FEBRERO
2004
ENTREVISTA INTERNACIONAL - ALI LMRABET
"El día en que nuestros gobernantes nos respeten, nosotros les
respetaremos"
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Ali Lmrabet, periodista marroquí de 44 años, se ha convertido en un
símbolo de la lucha por la libertad de expresión.
Texto: Angel Gonzalo y Jacobo Quintanilla (*)
"Si hubiera cedido habría sido el fin de la prensa independiente en
Marruecos"
Se encontraba cumpliendo una
sentencia de tres años de prisión en la cárcel de Salé (Rabat), pronunciada
en fase de apelación el 17 Junio 2003. Fue hallado culpable de los cargos de
injurias al Rey Mohamed VI, "por socavar la monarquía" y "amenazar la
integridad del territorio nacional" en base a varios artículos, caricaturas
y un fotomontaje que habían sido publicados en las revistas que dirigía.
Entre ellos, destaca un artículo en el que aparecían extractos de una
entrevista con un preso político marroquí que abogaba por el derecho de
autodeterminación para los saharauis en el Sahara Occidental y una
caricatura en la que se hacían comentarios sobre la aprobación parlamentaria
del presupuesto de la Casa Real. También le fue impuesta una multa de 20.000
dirhams (aproximadamente 2.000 dólares USA) y se prohibieron sus
publicaciones.
El mismo día que la Corte de Apelación de Rabat aplazaba la vista de un
segundo juicio para el periodista, se producía el indulto real para Lmrabet.
Fue el 7 de enero de 2004. Había pasado 231 días en prisión y emprendido dos
huelgas de hambre. La primera, de 47 días, en mayo de 2003, y la segunda, de
38 días, duró hasta el mismo día de su liberación. La presión internacional
ejercida por organizaciones como Amnistía Internacional o los medios de
comunicación ha sido, según el periodista, determinante para su puesta en
libertad.
-¿Qué ocurre con la libertad de expresión en Marruecos?
-El régimen marroquí no sabe lo que es la libertad de expresión. Por
ejemplo, no se puede hablar de la autodeterminación del Sáhara. Si publicas
una información sobre este tema, te llaman enemigo. Yo he sido condenado por
contar la otra versión del Sáhara, que no significa que la apoye;
simplemente, la cuento. Libertad de expresión es darle la palabra a todas
las partes implicadas y eso no lo admite la administración marroquí. La
monarquía es el otro tema tabú en Marruecos.
-¿Por qué le han liberado?
-Sin duda, por la presión internacional. En la cárcel, no sabía que
contaba con tantos apoyos pues apenas podía leer periódicos y no me llegaban
las cartas que los activistas y defensores de derechos humanos me enviaban.
Recibía noticias a través de mi familia y poco más... Ha sido una gran
sorpresa saber que había tanta gente preocupada por mí y quiero manifestar
mi agradecimiento a todos los que me han apoyado.
-¿Cuándo llegarán los ciudadanos marroquíes a respetar más al rey que a
temerle?
-En árabe hay un proverbio: "Respeta y te respetarán". El día en que
nuestros gobernantes nos respeten, nosotros les respetaremos. Actualmente,
gobiernan por el miedo que provocan... pero esto terminará. Llegará un
momento en que se respeten nuestros derechos, nuestra dignidad y, para ello,
es muy importante la libertad de expresión.
-¿Qué reformas hacen falta en Marruecos para que sea un país democrático?
-El sistema debe modificarse. De momento, sólo nos llegan discursos
y buenas palabras, pero no hay hechos y eso no es una democracia real. Por
ejemplo, la Comisión de Equidad y Reconciliación, recién creada, es un
organismo para dar por cerrada la época de Hassan II. En Marruecos, muchos
de los antiguos represores aún forman parte de la administración.
-¿Ha valido la pena su lucha?
-Por supuesto. Han llegado a decirme otros periodistas que si yo
hubiera cedido en mayo, hubiera sido el fin de la prensa independiente en
Marruecos. En ningún momento perdí la esperanza. Yo no era un detenido
normal. Era un secuestrado legal. Soy inocente. No insulté al Rey ni le
ultrajé ni nada parecido. Sólo soy un periodista que busca información, que
le añade humor y que la publica. Eso es lo que he hecho siempre y lo que
haré también ahora. Lo que ha cambiado es que hoy, antes de encarcelar a un
periodista, se lo van a pensar dos veces.
-¿Qué trato recibió en prisión?
-Fui marginado por los funcionarios de la cárcel. En una ocasión
hasta me agredieron, pero fundamentalmente no me dejaban dormir, me
molestaban y me llegaban comentarios de que iban a implicarme en delitos
mayores. Sobre todo, trataron de aislarme y de impedir que me relacionara
con el resto de detenidos.
-¿Qué mensaje quiere hacer llegar a otros informadores que están
actualmente en su misma situación?
-No hay que ceder. El mensaje es: Resistir, resistir y resistir. Lo
que hacemos los periodistas es difundir información y eso no puede ser un
crimen en ninguna parte del mundo. ∆
(*) Periodistas de la Agencia de Información Solidaria / e-mail:
infosolidaria@telefonica.net
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