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ARANTXA GOÑI

DICIEMBRE 2004

ARANTXA GOÑI
 psicóloga

El regreso de la Diosa

La Eva inicial que nos presentaron tiene mil caras. Es niña y bruja, guerrera, amante, hermana, madre, sanadora, sacerdotisa.
Y detrás de todas se esconde el poder de un Dios femenino. Son muchos los que ya auguran que el patriarcado agoniza y que la mujer tiene en sus manos el futuro. La psicóloga Arantxa Goñi y la periodista Mª José Álvarez se suman a esa corriente con su libro Los Rostros de Eva.

Texto: Marta Iglesias / Fotos cedidas por A. Goñi.

"La mujer está volviendo a conectarse con lo sagrado a través del poder de la Diosa. Hubo un tiempo, perdido en los albores de la historia, en el cual el mundo estaba regido por Ella. Según algunos expertos, el matriarcado abarcó un periodo de unos 25.000 años. Pero después ese poder fue sepultado en el fondo de nosotras, debido a todo lo que nos indujeron a creer que éramos, haciéndonos sentir culpables de cualquier error que cometiera el ser humano".

Durante un año la psicóloga y la periodista trabajaron codo con codo para dar forma a Los Rostros de Eva. Cada jueves Arantxa volcaba la parte psicológica, a la que María José daría forma después, añadiendo ejemplos y entrevistas. De esa colaboración nació un libro que pretende despertar la Diosa que hay dentro de cada mujer, y que procede del interior de una mujer. "Hacía años que ese libro estaba dentro de mí, como si estuviese embarazada de él", confiesa Goñi tras lo cual desgrana los entresijos creativos: "Fue como una creación continua, y a la vez yo tenía mi consulta, con lo cual era muy curioso porque dependiendo del capítulo en el que estuviera, así venían nuevos pacientes. Me parecía extraño que cuando estaba pensando en Herederas de la Espada me llegaran dos mujeres en esa línea. Y me di cuenta de que era la vida que me traía más ejemplos para que pensara, para que creara... Entonces me dejé llevar". Y así hasta las páginas finales: "El último capítulo, El Olimpo de las Diosas, es más que nada una reflexión terapéutica en la que me he querido mojar, y cuento cómo hago yo la terapia. Me costaba mucho porque la psicología ortodoxa no considera mucho mi forma de trabajar, ya que es más una psicología traspersonal. Es como la herejía dentro de la psicología".

-Aclara algunos conceptos para los futuros lectores, ¿a qué te refieres cuando hablas de la Diosa?
-Para mí la Gran Diosa es el aspecto femenino de Dios. Mi creencia es que hay un Dios femenino, no sólo un Dios masculino. Cuando llegó el patriarcado desterraron a la diosa femenina y luego con el cristianismo la relegaron a diosa-madre, que es la Virgen María -madre, pura, santa y virgen-. Con lo cual nos redujeron muchísimo la conexión con ese aspecto sagrado, divino de lo femenino. Luego yo en el libro hablo de diferentes diosas, pero esas son mitos y nos están dando modelos psicológicos. Diferencio entre la Diosa que tenemos dentro, que es lo femenino, y luego todos los arquetipos que representan partes de cada una de nosotras: la cenicienta, la esposa, la amante, la amazona...

"Los primeros tiempos de la humanidad estuvieron gobernados por lo femenino, por la capacidad oceánica, por el pensamiento mágico. Fue la edad dorada del matriarcado, en la que Dios era mujer".
-¿Por qué el matriarcado dio paso al patriarcado? ¿Qué era necesario conseguir?

-Hay muchas hipótesis, pero desde la parte psicológica yo creo que fue necesario para el desarrollo de la conciencia. Durante el matriarcado nuestra conciencia estaba difusa, no teníamos todavía bien desarrolladas las conexiones neuronales ni el neocórtex. Y ese salto fue necesario para la evolución de la conciencia. ¿Cómo se hizo? Pues fue un periodo de cientos de años durante el que se empezó a atraer a otro dios. Fue un proceso de transición largo cuyo último reducto fue Creta, en el año 2.300 a.C. Allí entonces todavía se adoraba a la Diosa pero la invasión de los pueblos indoeuropeos introdujo el otro dios.

"Si la centésima mujer pone esa gotita de transformación interna, de búsqueda de sí misma y de transformación de su parte machista, habría una reacción en cadena y cambiarían todas las mujeres"

"Estamos convencidas de que, para que una revolución tenga éxito, primero ha de gestarse en el interior de quienes la promueven. La historia reciente nos demuestra que los intentos de cambiar el mundo sin transformar simultáneamente la condición humana han fracasado".
-El cambio que hay que dar ¿parte del interior de cada mujer?

-Exacto, porque lo femenino es hacia adentro. Es necesario que dentro hagamos esa transformación, porque yo creo en la teoría del centésimo mono, en la teoría de los campos morfogénicos de Rupert Sheldrake, por la que cuando un cierto número de individuos de una especie logra modificar algún hábito o encuentra una nueva manera de hacer las cosas, este cambio se extiende entre el resto de su especie. Lo que yo digo es que si la centésima mujer pone esa gotita de transformación interna, de búsqueda de sí misma y de transformación de su parte machista, creo que habría una reacción en cadena y cambiarían todas las mujeres.
Si se hace esa transformación se puede dar una revolución a nivel inconsciente; y luego ayudadas de las leyes puede haber un mundo mejor para la mujer, pero el cambio empieza dentro. Vamos hacia un salto de conciencia, un salto evolutivo y un salto hacia esa reunión de lo masculino y lo femenino, del dios y la diosa. Y para eso las mujeres tenemos que entrar dentro de nosotras, transformarnos y sobre todo estar juntas en el proceso.

"Rianne Eisler argumenta que en los períodos de florecimiento de lo femenino tienen lugar sincrónicamente dos acontecimientos: un despertar cultural y, por otro lado, un intento de represión desde las altas esferas que se traduce en distintos aspectos de la vida".
-¿Dónde ve hoy las influencias de la Diosa y por dónde se intenta reprimir?

-El maltrato y la muerte de las mujeres a manos de sus parejas, es un ataque a lo femenino que está creciendo en el planeta. ¿Qué más podría ocurrir? Que viniera una guerra, porque entonces las mujeres dejaríamos todo para dedicarnos a nutrir, cuidar y estar en el campo de batalla de la vida, no de la guerra. Eso ocurrió a primeros del siglo veinte: se estaba en plena lucha por el voto femenino, cuando llegó la Primera Guerra Mundial y se abandonaron estas reivindicaciones para ayudar a los soldados. Para mí fue algo dirigido. Esa hipótesis está en el libro El cáliz y la espada y yo la he ido comprobando en la historia. Por ejemplo en el siglo XII -tras reinstaurarse el culto a la Diosa, nacer los trovadores, el canto a la mujer, la figura de Leonor de Aquitania- empezó la quema de las brujas; la mujer que sana, que tiene poder, es bruja y hay que quemarla. Cuando hay una eclosión de lo femenino surge algo en contra. No digo que sea el hombre o el patriarcado, es algo que ocurre en la vida, en la historia. Pero ahora, pase lo que pase, sería muy difícil que el proceso que ya llevamos todas dentro se tapara, se pudiera reprimir.

"La mujer era la puerta hacia lo divino, y la sexualidad era, en consecuencia, poder. (...) Si los nuevos sacerdotes querían ser los intermediarios entre el pueblo y Dios tenían que apartar a las mujeres de aquella función. Para obtener el poder, los sacerdotes tenían que reemplazar a las mujeres como camino hacia lo divino"
-¿Qué relación hay entre sexualidad y femenino? ¿La Iglesia sigue temiendo a la mujer?
-La mujer conectada con su sexualidad y feminidad se abre a su cuerpo, y es que las mujeres no estamos conectadas al cuerpo. La sexualidad tiene todavía que quitarse muchos tabúes, y tenemos que liberarnos mucho más, pero no tanto a nivel social y enfocadas al número de orgasmos; se trata de sentir que tu cuerpo eres tú, tratarlo bien, amarlo, cuidarlo y respetarlo. Por otro lado, creo que efectivamente la Iglesia sigue temiendo mucho a la mujer. Yo soy cristiana, para mí Jesús fue el Maestro, pero la Iglesia es una organización que ha hecho sus leyes a su manera. La iglesia siempre ha sido misógina, siempre ha puesto en la mujer la culpa de todo lo que le ocurría al hombre. E igual hacen los judíos, los musulmanes...

"En un principio todas las diosas estaban en la luz de la conciencia, pero aquellas que representaban valores que al patriarcado no le interesaban y los vivían como amenazas para el nuevo poder establecido, fueron reprimidas y castigadas".
-¿Qué valores internos de la mujer amenazan el sistema y son muchas veces perseguidos?

-El poder, la autoestima, la valoración de sí mismas, la capacidad de decir no y poner el límite, y el que estemos conectadas con nuestra sexualidad. Esos son los valores que no soporta la sociedad patriarcal.

"Eva y Lilit son dos caras de la Diosa, dos caras de la mujer. La luz y la sombra. La vida y la muerte. La esposa y la amante. La razón y el instinto. Dos partes de lo femenino que en la época del matriarcado estaban unidas y eran adoradas, puesto que integraban el todo".
-Conocemos a la Eva, pero pocos han oído hablar de Lilit ¿Quién es?

-Es esa parte más oscura de todas nosotras, lo que se llama también la bruja. Realmente ahora se está abriendo la puerta de todos esos arquetipos que estaban reprimidos en nuestra conciencia, y que manifiestan el poder, la fuerza. Pero hasta ahora esa parte era esa mujer que tenía una sexualidad exacerbada, la mala madre... Se relacionaba con todo lo que fuera negativo, pero en realidad es la parte de cada una que hemos reprimido y que sale distorsionada por ello.
-¿Cómo recuperar a la niña que llevamos dentro, a la niña libre, imaginativa, que no está cortada por los patrones que la sociedad patriarcal transmite a través de las madres? ¿Por qué es tan importante rescatar la niña interna?
-Hay una visualización al final del libro sobre la búsqueda de la niña interior y es la que yo hago en mi consulta. Tenemos que entender que dentro de nosotras hay que rescatar esa niña. Todas las mujeres -y sobre todo las de una generación-, hemos escondido nuestra niña para luchar en la sociedad, tener un puesto de trabajo, una carrera, una profesión, ser madres; nos hemos olvidado de conectar con nuestro aspecto infantil. Pero podemos recuperarlo siendo conscientes de que existe todavía esa niña dentro de nosotras, escuchándola todos los días, disfrutando de las cosas con ingenuidad, ilusionándonos cada día con todo. Para conectar con la niña interior tenemos que desarrollar también a nuestra madre interior, para que cuide de esa niña. Por eso puse el proceso junto en el libro: saca tu madre, saca tu niña y sé tu propia madre.
-¿Por qué las alusiones repetidas al elemento fuego, cuando tan mala prensa tiene en nuestra sociedad?
-Pues porque para mí el elemento fuego lo trasmuta todo. Soñar con fuego significa que estás quemando algo para empezar una nueva evolución.
-Al final del libro hay unos ejercicios de visualización, ¿cuál es el poder de ver imágenes?
-Normalmente hablamos con palabras y eso proviene de una parte clara del cerebro, del neocórtex. En cambio las emociones y los traumas están en el cerebro medio. Cuando uno se relaja y visualiza, las conexiones neuronales del neocórtex aparecen mínimamente y se activa muchísimo la zona del cerebro medio. Las imágenes y los símbolos son la forma que tiene de hablar el subconsciente, con lo cual si yo quiero transformarlo tendré que hablarle con su mismo lenguaje. Yo trabajo a diferentes niveles, y con cada uno tengo diferente vía de entrada. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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