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JOSE CARLOS GARCIA FAJARDO

ABRIL 2004

JOSE CARLOS GARCIA FAJARDO

Profesor Pensamiento Político (UCM)

Ser periodista es mucho más que dar una noticia. El profesor de Pensamiento Político y Social, José Carlos García Fajardo lleva treinta y cuatro años enseñando a pensar a los futuros periodistas de la Complutense de Madrid. Salirse fuera del pensamiento único, conducir a la reflexión, ser creativo, son algunos de los pilares básicos de este periodista que predica con el ejemplo. Su profunda visión del mundo le ha conducido también a fundar la ONG Solidarios y el Centro de Colaboraciones Solidarias(*).
Texto: Mariló Hidalgo / Foto: Solidarios

 Enseñar a pensar

Seguir a este hombre de sesenta y siete años sin haber tomado una buena dosis de ginseng es casi imposible, aseguran sus colaboradoras. Y es que durante su estancia en la Facultad, además de dar clases, organiza seminarios a la hora de comer, revistas orales, debates, lee, escribe, concede entrevistas. Luego están las actividades de la ONG Solidarios, dedicada al servicio de los marginados y excluidos. Vive el día intensamente y confiesa que se le queda pequeño. Presume de que sus clases están abarrotadas de alumnos y eso que no pasa lista, apunta. "¿Sabe por qué?", me pregunta. "Porque les hablo del sentido de vivir, del origen de las cosas, de lo que he escuchado en la radio en el programa de Gabilondo mientras venía en el coche; me intereso por sus opiniones; les lanzo preguntas y les propongo un lema: una vida que no esté dominada por la pasión de la justicia es una vida vacía".
Esta entrevista ha sido realizada antes de los atentados del 11-M y por tanto, antes de las elecciones generales.

-Hace muy poco criticaba que la Universidad se había convertido en una guardería de adultos en vez de un lugar donde se promoviese la búsqueda personal.
-Además de ser padre de seis hijos, a lo largo de estos treinta y cuatro años que llevo de profesor, he estado en contacto permanente con jóvenes -cerca de cuatrocientos cada año-. Y he podido comprobar cómo muchos terminan estudiando aquí por razones de cupo, becas, por temor al paro o por una visión mal entendida de sus padres, que quieren que su hijo haga lo que ellos no pudieron hacer en su día. Al final ves que hay un montón de gente que no debería estar aquí y que esto se ha convertido en una guardería de adultos en espera de engrosar la lista del paro. Cada ser humano debería de hacer lo que desea y eso sólo se consigue a base de voluntad, de grandes dosis de aventura, y viviendo el instante. No hay mañana, mañana es una hipótesis de futuro. Lo único real es el presente. Cada día es único y ahí es donde tenemos que centrar nuestra energía. Yo les digo a los alumnos que me consideraré feliz si al final de los nueve meses de preñez que pasamos juntos, cada uno de ellos puede decir: ‘yo sé quién soy’.

-Para usted sólo existe el periodismo comprometido.
-Es que la única manera de vivir con dignidad es vivir con compromiso. Yo no puedo ser ajeno a que haya una guerra como la de Irak, a que exista discriminación de sexos. No puedo vivir tan fresco en un mundo donde los informes de PNUD cada año me recuerdan que el 87% de los recursos del planeta están en manos del 16% de la población mundial, mientras que más del 80% tiene que conformarse con algo más del 1% Que existan 300 millones de niños menores de 12 años que estén trabajando 14 horas para las multinacionales a cambio de un cuenco de arroz. A mí eso no me puede dejar indiferente. Por ello les obligo a que lean, estudien, observen, hagan trabajos cada semana, reflexionen en voz alta, que se expandan en otras formas de pensar. Les ayudo a conocer la historia de la humanidad, la teoría política, pero también les explico budismo, zen, hinduismo, fenomenología, las grandes tradiciones... Al final resulta que todos somos próximos y responsables unos de otros.

 "Cuando el tirano abusa de su condición y su poder para conducirnos a guerras injustas, el derecho de resistencia de la ciudadanía se convierte en deber."

-"Es preciso cambiar de chip, organizar la resistencia y rebelarnos. Denunciar la injusticia social y echar del poder a quienes lo detentan", ha comentado. ¿Esa es la única salida que le queda a la ciudadanía?
-En estos momentos el destino de la humanidad depende de los dictados del FMI, OMC y Banco Mundial, instituciones económicas, no democráticas que intentan controlar el mundo. Los Estados sucumben a estos dictados con muy poca resistencia ya que dependen del capital para gobernar y, además han cogido a los medios de comunicación como cómplices y portavoces de esta política. Una política que agrava la desigualdad entre las distintas zonas del planeta. Una política que atenta contra los derechos y libertades de los ciudadanos. Una política que no cuenta para nada con las personas. ¿Qué queda entonces? Pues como señala el espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, "el supremo recurso a rebelarse contra la opresión". España participó en una guerra injusta, ilegal e inhumana. El responsable de estar en ella es un Gobierno que se saltó la Constitución. Para enviar soldados españoles allí se necesita la aprobación de las dos Cámaras y la sanción del Rey. No lo hicieron y además pronunciaron una frase propia de déspotas: "Hicimos lo que teníamos que hacer". Cuando el tirano abusa de su condición y su poder para conducirnos a guerras injustas, conculcar la normativa internacional, despilfarrar los presupuestos del Estado... entonces el derecho de resistencia de la ciudadanía se convierte en deber.

-¿Y cuál es su forma de rebelarse?
-En mi caso, cuanto más viejo, más revolucionario (ríe). En vez de jugar al golf, vivir cómodamente de mi sueldo de funcionario y estar con mis nietos, pues por ejemplo, hablo con usted; participo en debates y tertulias en la radio; envío cada viernes mis artículos a más de 450 periódicos de América Latina; me manifiesto en la calle; he fundado y participo activamente en la ONG Solidarios; organizo seminarios con mis alumnos, etc. Hay una frase que siempre les escribo en el encerado y forma parte de mi filosofía: "Lo hicieron porque no sabían que era imposible".

-¿Por qué quien ostenta el poder intenta seguir ignorando la voz de la ciudadanía en la calle?
-Los necios gobernantes que tenemos se olvidan de que son mandatarios. No se han dado cuenta de que hoy la sociedad civil gracias a Internet y los medios de comunicación, son una fuerza impresionante. Nadie se pudo imaginar jamás que desde Seattle hasta California, desde Nueva York hasta París, en Madrid, Barcelona, millones de personas se echaran a la calle para decir NO A LA GUERRA. ¿Quién les convocó? ¿Qué partido político hay detrás? ¿Qué ideología religiosa? Ninguna. Somos los ciudadanos unidos por la necesidad de justicia.

-¿Qué ocurre para que este malestar no acabe reflejado en las urnas la mayoría de las veces?
-Por una razón, porque el mayor miedo que tiene un pueblo es a la muerte, a lo desconocido. Desde el poder, la palabra mágica en estos momentos es el terrorismo. Y la guerra contra el terrorismo es una entelequia. No existe un terrorismo internacional como se empeñan en decirnos. Hay grupos determinados que se manifiestan contra estados de injusticia determinados. ¿Por qué no se analizan las causas? ¡Vamos a luchar contra el terrorismo! Pero si eso es imposible. Usted luchará contra una serie de asesinos, que ponen bombas, que conculcan la ley. Mire usted a Nelson Mandela y otros. Los terroristas de ayer son los padres de muchas naciones actuales. ¿Quiénes fueron los presidentes del gobierno y ministro de defensa del Estado de Israel desde 1946 a nuestros días? Unos terroristas que los del IRA o ETA a su lado, son unos niños. El señor Aznar insiste en que el primer objetivo del Estado es la seguridad. Como profesor de Ciencia Política le digo que se equivoca, su primer objetivo debe ser la justicia social, el bienestar de sus ciudadanos y la paz.

"No existe un terrorismo internacional como se empeñan en demostrar. Hay grupos determinados que se manifiestan contra estados de injusticia determinados."

-Las ideas republicanas parece que cuentan en estos momentos con más apoyo por parte de la ciudadanía. ¿Qué lectura hace usted de ello?
-Yo soy un ferviente partidario de la República. En clase explico a mis alumnos que la monarquía a estas alturas de la historia es cosa de aurora boreal. Como profesor de Historia reconozco el papel que desempeñaron para acabar con el caos del Imperio Romano, con el feudalismo en la Edad Media y luego como factor de integración antes de la creación del Estado Moderno. Los actuales Reyes, a los que respeto y conozco personalmente, han desempeñado bien su papel dentro de la Transición hacia una democracia. Pero ya está y lo sabe Don Juan Carlos cuando dice "tenemos que ganarnos el puesto cada día". En estos momentos no es posible aceptar la superioridad de una familia, de unos genes o sistema que no proceda de la selección por méritos y sea aprobada por el pueblo, que es el único soberano. Cuando el Rey cumpla sus años o considere que sus fuerzas no le acompañan, que tenga la generosidad de irse al extranjero y vivir tranquilamente en el campo. Aquí pasaríamos a tener un sistema de gobierno como Francia, Alemania, Suiza, Canadá o cualquier otro país moderno. Lo curioso es que si uno habla de esto le tachan de rojo, comunista, anarquista, asesino o ser mal español. El mundo ha cambiado y no se puede ignorar, como intenta hacer también la Iglesia.

-¿Qué papel juega en estos momentos?
-Siguen intentando decirnos lo que tenemos que hacer, y eso no se puede permitir. No hacen más que hablar de sexo, del amor conyugal, de cómo tienen que ser nuestras relaciones, de la píldora del día después. Respeto su derecho al celibato o a lo que quieran, pero por desgracia se ha descubierto lo que se sabía desde hace tiempo: que el mayor nido de pederastas del mundo se hallaba en los conventos, monasterios y seminarios. La diócesis de Boston se ha quedado arruinada pagando las indemnizaciones de la pederastia de sus sacerdotes. Eso no quita que a su lado también estén personas excelentes, sabias, entregadas, buenos profesionales. Pero lo que sí deja patente es que son los menos indicados para hablar sobre esos temas. Después de tantos siglos siguen aferrados a lo mismo, al sexo y al dinero, y para conservar su poder siguen utilizando el miedo. Como le decía, todo ha cambiado y cada vez es más incongruente que el partido en el poder les pague cerca de treinta mil millones de pesetas al año en sueldos a los párrocos y obispos. Dinero que pagamos todos los españoles, hasta los no creyentes. ∆

(*) Centro de Colaboraciones Solidarias es un servicio gratuito de artículos elaborados a partir de informes de Agencias Internacionales, dirigidos a informar y sensibilizar a la sociedad sobre Derechos Humanos, cultura de paz y justicia social. Los artículos son escritos por periodistas, sociólogos, economistas y profesores de universidad de forma desinteresada • www.websolidarios.org

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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