El IV Informe sobre Malos Tratos a Mujeres 2002-2003, editado por la
Federación de Mujeres Progresistas, refleja que los jueces son benévolos con
los maltratadores. De las 95 sentencias estudiadas, 52 agresores se han
librado de la cárcel, y se advierte la tendencia a elegir siempre la pena
mínima. Ángela Alemani, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas
Themis, analiza esta tendencia de la justicia.
-¿Por qué se producen esas condenas suaves y tolerantes por parte de los
jueces? ¿En qué se basan para rebajar las penas?
-Si lo supiéramos sería estupendo. En Themis entendemos que el
que se impongan penas mínimas en los temas de violencia es algo que se
efectúa fundamentalmente porque los jueces, al igual que la sociedad en
general, no consideran que están ante una infracción de la gravedad que
conlleva. Consideran que estamos ante un tema del ámbito privado y por eso,
salvo en algunos casos, en general se intenta minimizar la infracción
cometida. De todos modos, para nuestra Asociación no es tan importante si la
condena es o no mínima, sino que se lleve a efecto. En ocasiones vemos cómo
las condenas quedan incumplidas, porque en las ejecuciones suele haber una
cierta relajación. Por ejemplo nos encontramos que ante los delitos de
violencia económica y pensión compensatoria, la pena a imponer son arrestos
de fines de semana y éstos de forma sistemática no se están cumpliendo. Al
igual que nos parece importante que las penas no sean de multa, que en
ocasiones no llegan a los 6 euros al día.
-Ante esas circunstancias, ¿las mujeres pueden recurrir?
-En los juicios de faltas siempre podrían recurrir, pero si previamente
la mujer no ha hecho una petición concreta de pena y el Ministerio Fiscal ha
pedido una pena de multa, entonces no se puede recurrir por entender que
nadie pidió una pena de mayor gravedad. En los delitos evidentemente pasa lo
mismo. En un trabajo que hicimos en la Comunidad de Castilla La Mancha
comprobamos que cuando se condena se opta por la pena mínima - que son seis
meses-, porque en muchos casos no hay acusación particular y el fiscal
solicita la pena menor. Nosotras entendemos que lo mejor para las mujeres es
que vayan asesoradas.
-¿La justicia sigue siendo un mundo masculino, que comprende al
maltratador?
-Yo no creo que eso sea un problema sólo de la justicia. Creo que
todavía a todos y todas nos quedan determinados atavismos de una sociedad
que ha sido y sigue manteniendo muchos estereotipos machistas o de carácter
patriarcal. Estamos en una sociedad que ha cambiado los códigos por los que
se ha regido hasta ahora, pasando a la igualdad entre hombre y mujer. Pero
todavía no hemos asumido esto de una manera real y efectiva, aunque sí lo
hemos incorporado en el discurso público, en las leyes... La sociedad no ha
conseguido una igualdad real entre los dos sexos y entonces los jueces,
fiscales, operadores jurídicos, abogados, procuradores participan de esta
situación.
-¿Por qué los mensajes contra el maltrato siempre van dirigidos a las
mujeres, animándolas a que denuncien, y nunca a los maltratadores,
advirtiéndoles de las consecuencias?
-Efectivamente nunca se ha hecho ninguna campaña hacia los hombres, pero
no sé si eso sería bueno o no. Lo que sí te puedo decir es que he visto
casos de mujeres víctimas de violencia que te explican que después de haber
puesto una denuncia y después de que los policías hayan advertido al
maltratador de las consecuencias que va a tener, ese agresor ha decidido que
ya no va a agredir físicamente a su víctima. La sigue agrediendo, pero ya no
da el paso de la agresión física, bien por la advertencia de la policía o
bien por la difusión pública que se ha dado al tema del maltrato. Entonces
sí es verdad que de alguna manera eso ejerce una labor de prevención, pero
no sé si sería positivo un mensaje directo al maltratador.
-Ya ha entrado en vigor la esperada Orden de Protección a las víctimas de
malos tratos. ¿Qué avance supone?
-La Orden de Protección va a dar la posibilidad de que se adopten
medidas penales y civiles que anteriormente se podían adoptar, pero en
ocasiones no se aprobaban. Si se difunde y las mujeres conocen que pueden
solicitar esas medidas civiles como son la guardia y custodia de los
menores, el uso del domicilio conyugal, los alimentos a los hijos, van a
solicitarlas y los jueces las van a otorgar en ese trámite, cosa que antes
podían hacerlo pero no lo hacían nunca. Entonces yo creo que es favorable y
positivo el que se haya creado una Orden de Protección. A nosotras nos
hubiera gustado que tuviera carácter inmediato, en lugar de dar un plazo de
72 horas, al menos en algunas medidas de carácter urgente como es el
alejamiento en casos de gran gravedad. Tenemos que esperar para evaluar su
aplicación y ver cómo se está haciendo todo el tema de los medios, los
instrumentos que se están adaptando para su cumplimiento, y si efectivamente
se está haciendo de una forma razonable. Las organizaciones de mujeres
también echamos de menos el que no se nos haya integrado dentro de la
Comisión de seguimiento de estas órdenes de protección. De hecho en los
protocolos de actuación se puede decir que existen fallos, materias que no
se han reflejado y que son de extrema importancia y gravedad. Y eso se debe
a que no están las asociaciones de mujeres, que hubieran sido cosas que
ellas hubieran recogido. ∆