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JUNIO 2003
EL HOMBRE PERFECTO
L a perfección es un valor relativo. Es
perfecto aquello que responde a la idea de la que nació, aquello que cumple
con el principio de que el fin es igual al origen. Pero cuando una obra es
perfecta porque su creador la contempla y es exactamente lo que soñó, en su
mente ya se empiezan a dibujar modos de perfeccionarla, nuevas ideas que la
elevarán aún más en el eterno sendero de la perfección.
Así, en este ciclo de tiempo y espacio en el que nos movemos, existe un
diseño soñado para el hombre por la Mente del Uno, del Creador. Dicho diseño
está basado en el equilibrio perfecto de las energías básicas de la vida, en
la combinación de dichas energías para constituir lo que se entiende como la
"unidad eléctrica de poder y luz".
Dicho en otras palabras, el hombre está formado esencialmente de Mente y
Corazón, de Electricidad y Amor. Y aunque la energía Amor es a su vez una
creación de la Mente, en este ciclo evolutivo funciona por separado para que
la criatura hombre experimente y aprenda conscientemente a manejar con poder
la Energía Amor, que le reportará la comprensión de que la creación entera
es una unidad perfecta en la Mente del Uno, de que en realidad nada existe
por separado y, por lo tanto, de que los pensamientos y actos de cada ser
vivo influyen y determinan el comportamiento de toda la red, de todas las
demás criaturas.
Es evidente que la Energía Amor y sus implicaciones aún no han sido
comprendidas y mucho menos utilizadas conscientemente para el bien de la
humanidad.
Es evidente que el hombre aún no se conoce a sí mismo, su diseño original,
su origen y su fin.
Pero todo ello es así porque así ha sido diseñado, aunque en la Mente del
Uno el hombre permanece siendo la idea original, es decir, un perfecto
movimiento circulatorio de Energía que combina la Mente y el Corazón,
estando el asiento o morada de la Mente en la cabeza y su correspondencia en
la base de la columna vertebral, donde la Energía eléctrica se manifiesta
como Energía sexual, energía creadora de vida.
Y el movimiento circulatorio de dicha energía pasa por el Corazón, el centro
del Amor, haciendo de instrumento del equilibrio, dirigiendo la energía
creativa hacia el bien del grupo, de la humanidad, no sólo en el aspecto
puramente reproductor.
Si analizamos detenidamente la humanidad actual, veremos entonces que está
distribuida en torno a estos tres centros de poder. La mente, donde una
parte más avanzada experimenta la necesidad de explorar los misterios de la
vida, de la creación. El corazón, donde una mayoría se debate en todo lo que
concierne al amor, al sentimiento, a la relación, a las religiones, etc. Y,
por último, la energía sexual, instrumento puramente creador pero que a su
vez es origen de infinidad de desviaciones, de males, de problemas que
afectan gravemente a la raza humana.
Estos tres centros tienen que encontrar su equilibrio natural, tienen que
interrelacionarse, porque sólo así cada uno funcionará de forma perfecta,
tal y como fueron diseñados, generando así un movimiento puramente
energético, una corriente de Energía que convierte al hombre en el 8
perfecto, tal y como corresponde al diseño original en la Mente del Creador.
Con el permanente movimiento del 8, el hombre se transforma en "una unidad
eléctrica de poder y luz", y podrá entonces prepararse para crear el
siguiente 8, donde el punto centro no será el corazón, sino la Mente, y
donde el circuito energético se adentrará más en profundidad en el Yo soy,
en la verdadera naturaleza espiritual del hombre.
Pero en el ciclo evolutivo actual el equilibrio está entre el corazón y la
mente, o en la sabia combinación de ambas energías para superar los
problemas derivados de este momento.
Y el hombre perfecto siempre será un objetivo, porque siempre en movimiento
estará. ∆ |
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