"He ganado mucho
dinero con los libros de aventura y como sigo teniendo ese espíritu crítico del
periodista, no puedo por menos que denunciar las cosas, y mi manera de hacerlo
es a través de las novelas. Sé que esta nueva línea que he iniciado me ha
quitado lectores fieles, pero también he comprobado que he ganado otros". Así
explica Alberto Vázquez-Figueroa la nueva aventura que acaba de emprender. Y
aunque esto pueda parecer un riesgo, él se lo puede permitir porque a estas
alturas, Vázquez-Figueroa ha encandilado a medio mundo con sus novelas.
Empezamos hablando de la última, "Vivir del Viento" de Plaza & Janés, donde el
autor denuncia el "negocio sucio" de la energía eólica en nuestro país.
-A raíz de la publicación de su último libro creo que las eléctricas de
nuestro país están que trinan, porque usted les ha descubierto el negocio...
-Sí, están cabreadísimas pero yo no he hecho más que hablar de datos y
cifras que aparecen en los propios documentos del Gobierno y sacar las
conclusiones. Mucha gente conocía en qué consistía este negocio sucio de la
energía eólica pero no lo han denunciado por miedo o por temor a las críticas,
cosas que a mí no me preocupan.
-¿Me puede explicar en qué consiste ese "negocio sucio"?
-La producción de energía eólica cuesta nueve veces más cara que la normal.
Según el Instituto de Desarrollo de la Energía, en España se produce un 5,6% de
energía eólica mientras que se consume un 0,5% Además esa producción está
fuertemente subvencionada por el Gobierno, es decir, está pagada por nosotros a
precio de oro con la disculpa de que es una energía limpia, ecológica, etc. Al
final, los contribuyentes estamos pagando unos kilovatios que no sirven para
nada, ya que llegan a la red general no cuando se necesitan -que sería a las
horas punta-, sino cuando se produce. La pregunta del millón es, ¿qué pasa con
ese 5,1 que pagamos y que sobra? ¿Se tira? El problema de la energía es que no
se puede acumular y hay que consumirla en ese momento, sino se pierde. En
segundo lugar, las centrales térmicas tampoco pueden disminuir su producción
apoyándose en la energía eólica, ya que ésta depende del viento y no siempre
sopla. ¿De cuánto dinero estamos hablando? De ciento treinta mil millones de
pesetas anuales de beneficio que cobran una serie de empresas por millones de
kilovatios producidos y enviados a la red general que no se utilizan. Les
pagamos por una factura donde no queda especificado ni el día ni la hora del
envío.
-¿Y quién se beneficia?
-Las eléctricas que todos conocemos. Si solicitas una licencia para montar
un parque eólico no te la van a dar. Sólo se les concede a ellos. Lo he
comprobado. ¿Qué participación lleva la persona que otorga esas licencias? No me
lo preguntes, pero hay una realidad y está ahí, en los datos del Gobierno. A
pesar del alto coste y la baja rentabilidad, en tres años existirán mil
ochocientas turbinas más con una inversión de mil millones de euros. Y para el
año 2011 el Ejecutivo pretende aumentar la producción de un 5,6% a un 12% frente
a un consumo real del 1 ó 2% ¿Quién paga eso? Tú y yo con nuestros impuestos.
-Tengo curiosidad por saber cómo llegó usted a esta conclusión.
-Un sábado o domingo iba por una carretera de Lanzarote y me fijé en que los
parques eólicos estaban por todos los lados. Pensé para qué servía todo aquel
despliegue -cada vez que gira uno de esos molinos de viento nos cuesta un duro-,
un día de fiesta a las cuatro de la tarde, cuando la red nacional tiene un
excedente que nadie consume. Y después de pensar un poco y comprobar datos que
están ahí para quien quiera verlos, llegué a la conclusión de que se trataba de
un negocio subvencionado por el Gobierno, para que unos cuantos se hicieran
ricos a nuestra costa.
-¿Y qué me dice entonces de ese discurso que a todos nos cuentan en el
colegio sobre los beneficios de la energía eólica?
-La energía eólica estaría muy bien si se aplicara correctamente. Si los
molinos no llevasen incorporado un generador de energía, sino que la empleasen
para elevar agua hasta una colina, a trescientos metros de altura, almacenarla
allí para que a la hora en que la red lo necesitase, dejar caer ese agua y
producir energía. Ése sería el uso inteligente, lógico y no fraudulento. Porque
cuando te dicen que un parque produce tanto, muchas veces ni lo produce él, sino
que es energía residual que compran a la red, la meten en el parque eólico y la
pagamos luego como si fuese eólica, nueve veces más cara.
-Todo esto que me está contando me recuerda al caso Enron que hizo tambalear
a la Bolsa en EEUU.
-En California existe una ley donde la electricidad producida allí no se
puede vender a más de doscientos cincuenta euros/megavatio, pero la electricidad
producida por energía eólica estaba también altamente subvencionada. Entonces
Enron que dominaba el mercado eléctrico lo que hizo fue que, como no le
interesaba vender energía en California, mandó la energía a Oregón y dijo que
había carencia de energía -fueron los famosos apagones de California de hace
unos años-. Se la enviaban a su propia empresa en Oregón, la pasaban por los
parques eólicos de California y la volvían a vender diez veces más cara al
consumidor. Enron construyó así un imperio basado sólo en el fraude eléctrico.
Además era la empresa que más alto cotizaba en Bolsa, así que cuando esto se
descubrió, la Bolsa se desplomó y por poco, toda la economía norteamericana se
va al traste. Pues aquí, lo mismo. Existe una gran mentira que se está dejando
crecer.
-Entonces, cuando nos anuncian cortes eléctricos por déficit en el suministro
¿es algo real o sólo se trata de una mala gestión?
-Todo consiste en hacer una buena gestión de lo que hay, cosa que a "ellos"
no les interesa.
-Cambiando de tema, al final de este libro incluye un informe dirigido a las
autoridades españolas donde propone una solución para terminar con el tema del
Prestige. ¿Ha llegado usted a entrevistarse personalmente con los responsables?
-Por supuesto. Una vez que estudiaron mi informe, me citaron en Moncloa para
hablar del tema y decirme que les había parecido el método más seguro y
sencillo, y que pronto se pondrían en contacto conmigo. Y después de esto, a las
48 horas escucho al Sr. Rajoy decir que la solución del problema se pondrá en
manos de Repsol, una empresa petrolera. Les volví a enviar el informe y les
comenté que era una locura intentar sacar de ahí esas toneladas. Que habría un
99% de posibilidades de que se derramasen. Al final y después de varias
entrevistas descubrí que en el fondo no querían hacer nada y se lo dije: "Sólo
han querido engañar a la gente diciendo que Repsol tiene un sistema y que se van
a gastar no sé cuantos millones de euros en solucionar el problema". Pretenden
que la gente se olvide y que el próximo Gobierno si es socialista que se joda, y
si es del PP que se arregle. Todo lo ocurrido me parece una falta de respeto a
los miles de voluntarios que fueron allí a jugarse la vida y pasar sus
"vacaciones", a los pescadores, a los gallegos, y a las personas que tenemos un
cierto conocimiento en el tema.
-¿En qué consistía su propuesta?
-Mi propuesta es lanzar un cable guía por el que deslizar una cámara de
televisión y unos focos para poder vigilar el barco cada minuto. Luego se trata
de enviar hormigón -cemento hidráulico- a través de cables y cubrir el barco.
Enterrarlo para siempre. Así se hizo con Chernobyl. Se podría hacer en menos de
seis meses y costaría unos 25 millones de euros, una décima parte de la cantidad
que habla el Gobierno. Al final con esto ha pasado lo mismo que con las
desaladoras. A los ingenieros les molestó mucho que después de años desalando el
agua del mar, llegase alguien con un proyecto revolucionario bajo el brazo,
basado en el sentido común y mucho más sintético y económico que el que ellos
estaban aplicando.
-La idea de las desaladoras dicen que se le ocurrió después de ver en
televisión llorar a un hombre que participaba en una marcha de agricultores
porque su tierra no tenía agua.
-Y también los millones de niños que mueren cada año por beber agua
contaminada. A mí, mi editorial me paga por pensar y vivo para pensar. Me gusta
llevar las cosas a su extremo y preguntarme por todo. En este caso, ¿por qué
habiendo tanta agua no podemos utilizarla? Y así se me ocurrió un sistema que he
patentado, muy sencillo (ósmosis inversa) para desalinizar el agua del mar
aprovechando la fuerza de la gravedad. En Almería ya se está construyendo la
primera planta desaladora.
-¿Sería una buena alternativa para el Plan Hidrológico Nacional?
-Sí, pero los ocho billones de pesetas del Plan Hidrológico son muy golosos
y hay más interés en construir pantanos que plantas desaladoras. Con un poco más
de dinero se podrían construir las plantas necesarias en el Mediterráneo para
producir la misma cantidad de agua, sin pérdidas, cosa que el trasvase sí va a
tener. Pero las constructoras quieren el trasvase.
-Opciones al Plan Hidrológico. Soluciones a la catástrofe del Prestige.
Denuncia del negocio de los parques eólicos y ofrecimiento de alternativas...
Parece usted el 'Pepito Grillo' del Gobierno.
-De este Gobierno o del que sea. No pertenezco a ningún partido político
porque quiero seguir teniendo la libertad de decir lo que pienso y hacer las
críticas que me parezcan oportunas. No sabría vivir de otra manera.
Lógico para alguien que creció libre en el desierto como un nómada. Alguien
que desde pequeño devoró todos los libros de Verne o Stevenson y voló sin límite
con su imaginación a islas fantásticas. Para alguien que se hizo periodista,
sólo para poder contar historias al resto del mundo. Para un soñador
comprometido con la verdad. ∆