España se encuentra inmersa en una guerra ilegal que viola no sólo el
Derecho Internacional sino también su propia Constitución. El Magistrado
Joaquín Navarro nos explica en qué consiste esta ilegalidad.
-¿Por qué esta guerra es ilegal?
-La única posibilidad de que una guerra sea declarada legal y pueda
tener el paraguas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, es que cumpla
uno de los dos requisitos que señala el Capítulo 7 de la Carta de Naciones
Unidas: que exista una agresión de un país a otro de la Comunidad
internacional, lo que daría lugar a una legítima defensa por parte del país
agredido. O que exista un peligro grave, objetivo e inminente para la paz y
la seguridad internacional. Ninguno de estos casos ha tenido lugar por mucho
que se diga que la Resolución 1441 autoriza el uso de la fuerza. Los que
argumentan esto saben que mienten. La propia letra de la Resolución dice con
toda claridad que en el supuesto de que Irak no cumpla con su obligación de
desarmarse de forma incondicional y total, daría lugar a consecuencias
graves. Pero no dice cuáles son esas consecuencias ni quién está legitimado
para designar cuáles serían esas consecuencias (sin duda sólo el Consejo de
Seguridad y no tres miembros de ese Consejo). Por otro lado, conectar la
Resolución 1441 con otras dictadas en 1991 con motivo de la guerra del
Golfo, es sólo producto de una mente antijurídica y maliciosa. Cuando oigo
al presidente Aznar hacer esto pienso sinceramente que no tiene ni idea de
lo que es el Derecho y que es un cínico. Porque un gobernante que en 1997
ordena la reanudación de relaciones diplomáticas con Irak, envía una
embajada para potenciar las relaciones económicas y culturales con aquel
país y se compromete a hacer todo lo posible para levantar el embargo al que
está sometida la población, ¿cómo después puede decir que según la
Resolución 687, ese país se encuentra todavía en un estado de guerra
suspendida pero sometido a cumplir estrictamente la condición del desarme?
-¿Por qué el presidente Aznar habla de la intervención en Kosovo como un
precedente?
-Sí, esos tres forajidos que han declarado la guerra a Irak, dicen que
se actúa como se hizo en Kosovo: sin autorización de la ONU. Pero no podemos
olvidar que allí se actuó ilegalmente, por lo menos al principio. Luego la
ONU dio su bendición. No es éste el caso.
-Abogados progresistas y otras formaciones hablan de querellarse contra
Aznar por estos hechos. ¿Sería legalmente posible?
-Se ha roto el orden internacional basado en el Consejo de Seguridad de
la ONU y además, en el caso de Irak, se está cometiendo un crimen de
agresión muy claro que podría ser competencia, como me dice, de la Corte
Penal Internacional. Podría ser... pero yo no soy optimista en este sentido.
Estos forajidos son impunes por naturaleza. Quien tiene el poder es siempre
impune ante el Derecho. Que el Sr. Aznar o Blair se sienten un día en el
banquillo de los acusados del Tribunal Internacional de La Haya, es una
situación muy remota y menos el Sr. Bush.
Decía Cicerón que sólo hay dos causas posibles para una guerra justa,
repeler una agresión o expulsar a un invasor. Según esto sería Irak quien
tendría todos los derechos para hacer una guerra justa.
-El presidente Aznar dijo el otro día en el Parlamento que actúa amparado
por la Constitución y por la mayoría absoluta con la que cuenta. Si esto es
así, ¿un grupo parlamentario o un dirigente podría actuar a expensas del
pueblo, amparándose sólo en esa mayoría absoluta? ¿Qué tipo de Constitución
tenemos entonces?
-La Constitución dice en su art. 63.3 que es función del Jefe del Estado
(Rey), declarar la guerra y después declarar la paz. Y en este sentido tiene
que verse respaldado por las Cortes Generales, tanto Congreso como Senado en
sesión conjunta. Lo que dice ahora Aznar -algo sorprendente y peregrino-, es
que por una parte no hay declaración de guerra y por otra que el desarrollo
de las normas relativas a la organización armada y a la dirección de la
política de defensa por parte del presidente del Gobierno, le legitima para
poder hacer lo que hace. Eso es una barbaridad. Y también lo que han dicho
algunos ministros del Gobierno, cuyo nombre no sabemos todavía, que
aconsejaron enviar a un contingente de soldados en funciones que no fuesen
de agresión, para evitar que luego les dijesen que infringían la
Constitución. Cuestión que está siendo vulnerada desde el momento en que el
Sr. Aznar viola directamente el Capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas,
que forma parte de nuestra Constitución según el artículo 10 (tiene valor de
tratado y es incorporado como tal a nuestro ordenamiento).
-Me está usted repitiendo una tras otra, las ilegalidades en las que
está incurriendo el presidente Aznar y me señala su pesimismo. ¿Es que estas
ilegalidades no pueden llegar a ser punibles?
-La responsabilidad criminal del presidente del Gobierno se exige por
vía penal a través del Tribunal Supremo, y yo le aseguro que no existe desde
el TS la más mínima intención ni tan siquiera de plantearse esto como una
posibilidad. Por otro lado, la Constitución también prevé la exigencia de
responsabilidad política del presidente del Gobierno en un asunto de esta
índole que podría conducir al cese, pero claro, dada la mayoría absoluta con
la que cuenta el Sr. Aznar en el Congreso de los Diputados, eso no ocurriría
nunca. Decía Leonardo Sciascia que el poder es el gran delincuente impune.
-Dicen que esta guerra al igual que potencia a esa extrema derecha que
apoya a Bush en la sombra, también potencia en España a un pequeño grupo
extremista de "halcones" con altas conexiones en el Ministerio de Defensa,
Moncloa y la Fundación Faes. ¿Qué me puede decir al respecto?
-Sí, creo que esta guerra potencia a la extrema derecha y a toda la
oligarquía reaccionaria de todos los países. En el Gobierno tenemos a una
oligarquía reaccionaria muy profunda que se está proyectando en una
normativa que no sería de recibo desde un punto de vista civilizado: la
reforma penal con el aumento de pena a cuarenta años; la prohibición del
tercer grado antes de que transcurra una cantidad de años importante en la
cárcel; la ilegalización de Egunkaria, del Partido Comunista reconstituido,
de Egin, de Batasuna... todo esto es doctrina Bush y forma parte de la misma
filosofía que late bajo la declaración de guerra contra Irak. Estamos
viviendo un mal momento para la historia del mundo, y un gravísimo momento
para el Derecho. ∆