SIDA
sin solución
El reciente Congreso
Mundial de Sida celebrado en Barcelona ha puesto de manifiesto que esta
enfermedad, que ya afecta a 40 millones de personas, sigue sin solución:
los medicamentos no la curan y los gobiernos no se comprometen a que deje
de aumentar el número de afectados.
Texto: Marta Iglesias / Foto:
Javier Teniente. Cedida por Médicos del Mundo
Ricardo
Angora, presidente de la ONG Médicos del Mundo y presente en la
Conferencia, hace un repaso de la situación.
-¿Qué valoración haces del reciente Congreso Mundial de Sida?
-Esta reunión, a la que venían expertos en Sida de diferentes partes
del mundo, tenía dos objetivos: compartir información científico-técnica y
poner de manifiesto el aspecto social de la enfermedad en el mundo. La
verdad es que tampoco hubo grandes avances en este año, tan sólo se habló
de dos fármacos que todavía no están comercializados y que actúan evitando
que el virus entre dentro de la célula. Realmente para lo que sirven es
para aquellos pacientes que son resistentes a la actual terapia combinada
de medicamentos que se toman ahora mismo, y que son un 25-30% de enfermos
de Sida que están a tratamiento, que sólo son un 2% de los afectados en
todo el mundo. Lo que sí se ha dejado muy claro, y esto es importante que
se transmita, es que el Sida en este momento es una enfermedad que no se
cura.
-¿Y en los aspectos sociales?
-La postura de los asistentes a la Cumbre, con ONU Sida a la cabeza,
es que la enfermedad está descontrolada en los Países del Tercer Mundo,
mientras que en los países ricos se ha cronificado pero se puede
controlar. Hoy en día hay 40 millones de afectados por el Sida en todo el
mundo, el año pasado hubo 5 millones de nuevos casos, es decir, que la
progresión de la pandemia es impresionante porque este aumento es
muchísimo. Ese descontrol afecta fundamentalmente al África Subsahariana,
y el sureste asiático en la India, parte de China y países como Camboya,
Laos, Vietnam. Luego también hay un aumento importante en Rusia y en
alguno de sus países limítrofes; y en la zona del Caribe.
-Vosotros trabajáis en algunos de esos países, ¿qué problemas
encontráis sobre el terreno?
-Uno de los más importantes es la sensibilización de la población, es
decir, que no se tiene la suficiente conciencia respecto a las vías de
transmisión, no se tiene la educación sanitaria adecuada para prevenir. El
otro problema que nos encontramos es que la gente no accede a hacerse los
test del VIH, porque en estas sociedades la persona afectada por el Sida
queda estigmatizada socialmente y queda apartada, y si son mujeres mucho
más.
-¿Habéis notado que la campaña por el acceso a medicamentos esenciales
haya repercutido en el tratamiento del Sida?
-Antes de la Conferencia del Sida ya se había llegado a un acuerdo
entre varios países de la zona del Caribe y de Centroamérica con algunas
industrias farmacéuticas para conseguir rebajar el precio de los
medicamentos antirretrovirales. Y realmente con todos los acuerdos se han
conseguido los medicamentos a un 10% de su valor, pero aún así sigue
siendo caro. Aparte de que son antiretrovirales que están creando ya
muchas resistencias, pero en estos pactos no entrarían los nuevos
medicamentos antirretrovirales.
-¿Por qué los Gobiernos ricos no se implican más directamente en atajar
esta enfermedad en los países sin recursos?
-En la Cumbre del Milenio del 2000 se puso en marcha la creación de un
fondo global para Sida, tuberculosis y malaria de entre 9.000 y 10.000
millones de dólares anuales, y un compromiso por parte de los Estados. La
cantidad aportada hasta el momento está en torno a los 2.700 millones de
dólares, lo cual no llega ni para hacer una política de prevención, sin
hablar de medicamentos. Las previsiones son muy pesimistas de cara al
futuro, ya que se calcula alcanzar los 60 millones de afectados por Sida
en el 2015. Esto es una falta de voluntad política por parte de los
gobiernos de los países ricos, sin lugar a dudas. Y no estamos hablando de
relaciones comerciales, sino de la vida de las personas. ∆ |