as prisas nunca han sido buenas
consejeras. A pesar de ello tanto el Gobierno como la oposición socialista
quieren que la ilegalización de Batasuna se lleve a cabo cuanto antes, y han
aprovechado la época estival para pisar a fondo el acelerador. Opina sobre
este tema Gaspar Llamazares, Coordinador General de Izquierda Unida.
-¿Qué se esconde detrás de la obsesión por ilegalizar
cuanto antes a Batasuna?
-Yo creo que hay una reacción moral justificada por parte de
aquellos que sufren el terrorismo más directamente, fundamentalmente el
Partido Socialista y el Partido Popular, que de alguna manera consideran
insoportable el que por un lado, se produzcan atentados con resultado de
muerte de cargos públicos, y por otro lado, que haya compañeros de esos
cargos públicos en las instituciones vascas que no solamente no condenan
esos atentados, sino que a veces señalan a esas víctimas. Lo que pasa es que
estamos en política, y las reacciones morales tienen consecuencias
políticas.
-¿Qué consecuencias?
-Las consecuencias políticas de esta dinámica a la que nos ha
llevado fundamentalmente el periodo de gobierno del Partido Popular, son,
por una parte, la transformación de la cuestión vasca en una cuestión
puramente policial, y por otra parte, que la única estrategia política sea
la de confrontación y de división entre nacionalistas y no nacionalistas.
Nosotros creemos que el resultado de esta estrategia política es negativo, y
más aún con esta medida de la ilegalización de Batasuna. Porque la
ilegalización de una formación política la realizan los electores, y
mientras haya electores dispuestos a votar a Batasuna o algo similar,
existirá y estará en la vida política lo quieran o no el resto de las
fuerzas políticas democráticas. Estará como asociación, como agrupación de
electores; el problema no es el nombre, el problema es la base social, la
base electoral que alimenta ese proyecto político. Por otra parte, parece
que la estrategia de división de nacionalistas y no nacionalistas, ha
fracasado, no han derrotado al PNV. Con el acoso al que someten al PNV, no
solamente no lo debilitan sino que lo fortalecen. Luego, con el tema de la
ilegalización de Batasuna lo único que hace es clandestinizar un mundo que
sigue existiendo, aunque no lo queramos ver.
-¿Qué alternativa hay?
-Existe una estrategia antiterrorista alternativa, que es la que
defendemos desde IU, aunque claramente en minoría. Por su mayor grado de
complejidad, porque es un problema complejo, es más difícil trasladarla a
los ciudadanos, sobre todo cuando hay un ambiente como el que existe después
de los atentados, un ambiente crispado y fundamentalmente sentimental en
torno a las sensaciones, en torno a la repulsa. No es un ambiente
precisamente favorable a la reflexión. Es necesario el Estado de Derecho,
pero hay que ser escrupulosos en el uso del Estado de Derecho frente al
terrorismo. No puede haber atajos, y nosotros pensamos que la Ley de
partidos es un atajo en la lucha antiterrorista. Estado de Derecho sí, pero
sin atajos. Nosotros creemos que la mejor forma de luchar contra el
terrorismo y de reducir el caldo de cultivo que alimenta a ETA y a Batasuna,
es recuperando el diálogo entre las fuerzas políticas democráticas, e ir
incidiendo sobre el electorado y la base social de Batasuna. La contundencia
y simpleza de la política antiterrorista del Partido Popular, da a los
ciudadanos falsas expectativas. Por ejemplo: las expectativas que hoy hay de
que la ilegalización de Batasuna será un paso definitivo en la lucha contra
ETA. Yo creo que eso no es así, va a ser por el contrario un paso atrás en
la ilegalización electoral y política de Batasuna, porque va a cohesionar a
Batasuna, porque va a acentuar el victimismo, porque va a limitar, digamos,
la política frente a la violencia en el País Vasco. Reconozco que es muy
difícil una confrontación directa con una estrategia que es prácticamente
una locomotora. ¿Qué tiene detrás? Pues el sentimentalismo, la sangre de
mucha gente, la simpleza de los argumentos. Frente a ellos nosotros
tendremos que hacer una labor pedagógica, que tampoco los medios de
comunicación nos permiten, al menos los medios de comunicación
audiovisuales.
-¿Qué implicaciones traerá todo esto?
-El problema grave es el clima que está creando el Partido Popular,
máxime cuando uno empieza a extralimitarse acotando las libertades en base a
la seguridad. Es grave lo que puede ocurrir con un error en la ilegalización
de Batasuna. Ana Mato decía que sólo existe la posición de los demócratas o
la posición de los terroristas; esto es una barbaridad. Creo que hay un
grado cada vez de mayor intolerancia hacia aquellos que opinan de manera
diferente, y hay una militarización objetiva de la vida política. Es decir,
estamos luchando contra el terrorismo, por lo tanto, en vez de haber
política en donde haya un debate de ideas, se limita el debate de ideas y se
traduce al término "aliado" o "traidor". Estamos en esa fase muy peligrosa y
muy preocupante, en la que la militarización del pensamiento político, la
militarización también del debate político está degradando y siendo una
gangrena para la democracia española. Batasuna se está organizando y se está
yendo a la clandestinidad, yo creo que con más peligro para las políticas de
seguridad. La gente experta en seguridad dice que las cosas van a ser mucho
más difíciles, no es lo mismo tener en la clandestinidad a doscientos,
trescientos cuadros de ETA que a miles de personas, que no sabes si son de
ETA o son de una organización política clandestina. Yo creo que van a ir a
la clandestinidad pero que van a presentarse de alguna manera en las
próximas elecciones y van a estar en los escaños de las instituciones. Por
lo tanto no habrás conseguido ningún objetivo más que el de demostrar la
autoridad del Estado o de alguna manera el restringir y degradar la
democracia española. Yo creo que eso es lo más grave de todo. ∆