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VIOLENCIA Y RAZONES

VIOLENCIA Y RAZONES

Los dirigentes políticos condenan la violencia casi a diario, pero su filosofía de cara a la galería se contradice con sus decisiones e inversiones.


Parece como si la violencia fuera ganando terreno día a día, adueñándose de las mentes y convirtiéndose en algo cotidiano con lo que se está aprendiendo a convivir.
Las nuevas generaciones, los niños de este siglo XXI, conviven con la violencia más que con sus padres, y encuentran en ella el sustituto, el aliciente que la educación y la sociedad no les sabe transmitir.
Los dirigentes políticos condenan la violencia casi a diario, pero su filosofía de cara a la galería se contradice con sus decisiones e inversiones, que miran más hacia los fabricantes de violencia que a las consecuencias de ésta en la sociedad.
¿Cuántas veces hemos oído decir a Aznar que hay que unirse contra los violentos?, sin embargo sus palabras van dirigidas contra los terroristas y quienes les apoyan, pero no está pensando en los que maltratan o asesinan a sus mujeres, en los que torturan a los niños, en los que apalean indigentes, en los que arrasan los campos de fútbol.
Es como si existieran diferentes categorías de violencia, y para los que manejan el cotarro la que tiene peso, la que mueve votos, la que crea imagen, es la terrorista.
Por otra parte, no es comprensible que el Sr. Aznar esté obsesionado con destruir a los violentos, y al mismo tiempo apoye la violencia genocida de Bush, y mucho menos que esté dedicando gran parte de los dineros de todos los españoles en reforzar el ejército, o sea, en máquinas para matar.
Pero aquí entramos en el laberinto de las razones, en el razonamiento, y supongo que el Sr. Aznar tendrá sus razones para considerar que un terrorista que pone una bomba y mata a una persona es más asesino que el marido que le mete veinte puñaladas a su mujer.
A lo mejor ocurre que en el acto del terrorista van implícitas razones nacionalistas, reivindicativas, con desprecio a la unidad de la patria, mientras que lo del marido fue un simple arrebato pasional motivado por los celos y por el hecho de que estuviera en el paro.
Razones, razones para clasificar la violencia y a los violentos.
¿Podemos pedirles a las nuevas generaciones, adolescentes, que le den la espalda a la violencia cuando su gobierno apoya la guerra?
¿Podemos decirles a los ultras futboleros que no sean violentos cuando en el terreno de juego los futbolistas lo son porque ganar o perder el partido supone muchos millones?
Alguien dijo que la violencia era el recurso del débil, sí, pero también del que se cree poderoso, del resentido, del ignorante, del que tiene miedo, del cobarde y, sobre todo, del que no tiene valor para mirarse en su propio espejo y someter sus "razones" al escáner de la verdad.
Los que diseñaron y diseñan cada día esta sociedad, han creado la violencia, bien directamente con sus métodos o bien indirectamente con sus injusticias, porque alardean de sus situaciones de privilegio ante los que pasan hambre, porque protegen a los ladrones con corbata y aplican la justicia a los que roban para comer, porque derrochan el dinero de todos en armas mientras no hay dinero para curar las enfermedades, para viviendas dignas, para los derechos que la Constitución, la tan manoseada Constitución, nos concede a todos.
La violencia que amenaza con adueñarse de todos nace de la prepotencia, del desprecio a la vida y a los derechos humanos, de las leyes que diferencian a los seres humanos por jerarquías, por categorías sociales, nace en las altas esferas y se proyecta hacia las capas más inferiores de la sociedad convertida en una bomba de relojería que más tarde o más temprano estalla.
La violencia de los poderosos es lenta, sutil, hábil, va enmascarada detrás de las buenas palabras y de las buenas intenciones.
La violencia de los oprimidos es explosiva, inmediata, dura y repulsiva a la vista.
Pero los poderosos utilizan la segunda como argumento para seguir manejando la primera.
¿No es acaso violencia que seis millones de niños mueran de hambre cada año en el mundo?
¿Son menos violentas las bombas "inteligentes" de Bush que las de ETA?
¿Cuántas víctimas del terrorismo van en este año y cuántas mujeres muertas por sus parejas?
Si permitimos que se etiquete la violencia, que se clasifique, estaremos dándole sentido al más puro fascismo.
¿O es que Hitler no tenía sus razones para declarar la guerra a la humanidad?
¿Son mejores las razones de Bush y sus aliados para conseguir carta blanca para su violencia exquisita?
Si de verdad existiera alguna razón que justificara la violencia, entonces estaríamos definitivamente condenados./ MC

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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