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ORIGEN-FIN

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ORIGEN-FIN

Como es arriba es abajo. Como es en el Cosmos es en el Microcosmos. Todo lo que existe en esta dimensión en la que el ser humano se mueve, es tan sólo una copia reducida de lo que existe en otras dimensiones, la única diferencia es que la mente humana tiene la capacidad de enrevesarlo todo, de confundirlo todo, de mezclar todos los conceptos, valores y principios originales, con lo cual le resulta muy difícil descubrir la sencillez del diseño original, la estructura básica de la vida y, por tanto, se complica su existencia hasta límites inimaginables.
El mecanismo original de la formación de un Sistema Solar, es el mismo que el de la formación de una nueva vida.
Una energía madre, sustancia, es compenetrada por una energía padre. Dicho de otra forma. Existía una sustancia madre primordial, un cuerpo cósmico, polo negativo, energía conocida como la Hija-Madre. Esta sustancia madre u óvulo, fue compenetrada y fecundada por una energía, polo positivo, originaria de las Pléyades, "un espermatozoide" que contenía en sí los principios básicos de una nueva forma de vida, una nueva raza que nacería y evolucionaría dentro de este Sistema Solar y que supondrá con el tiempo una revolución en el Cosmos.
Este diseño original sirvió de base para todas las formas de vida y todo es una copia exacta que nos muestra, si sabemos observar, el principio y el fin de la creación.
De la misma forma que el espermatozoide penetra en el óvulo y se funde en él, desapareciendo como entidad separada, así la energía primordial del Padre compenetró la sustancia de la Hija-Madre y fue uno con ella, siendo todo y parte a la vez, dotando a toda la vida de su especial característica, de su peculiaridad, algo que aún está por descubrir, porque hasta ahora las vidas nacidas del Sistema sólo mostraron las cualidades de la Madre, como el Amor y el Sacrificio, pero aún no las del Padre.
Pero, al igual que un espermatozoide humano encierra en sí la fuerza más poderosa que existe, que es la que desarrolla para ir al encuentro del óvulo, el espermatozoide divino, el original, contiene en sí el Poder más grandioso que existe en la creación, y ese Poder está dormido en el interior de cada vida, de cada criatura, esperando el tiempo en que llegue su despertar y convierta a los seres humanos, a los hombres, en Dioses, y así dar cumplida la Idea original para cuyo desarrollo fue creado este Sistema Solar con sus mundos y sus vidas.
La atracción que experimenta una pareja de enamorados es tan sólo la mínima expresión de la que existe entre el óvulo y el espermatozoide, y ésta a su vez es imperceptible si la comparamos con la que existió en el tiempo entre la Hija-Madre, sustancia primordial, y el Padre. Pero todas son una en su esencia, todas emanan del mismo diseño original y todas tienen como fin último la creación y propagación de la vida.
Y esa fuerza atractiva, procedente del magnetismo de la sustancia y consecuencia de la separación de los sexos, es a su vez una mínima expresión de la verdadera Fuerza, que es la cualidad específica de la Mente Una, de la Mente del Creador, de quien el espermatozoide original es tan sólo un pensamiento expresado, manifestado, porque el Poder de la Mente se expresa a través de pensamientos poderosos que son vida en sí mismos, que contienen todo lo necesario para desarrollar la Idea del Creador.
El hombre, hasta el momento, crea vida a través de sus espermatozoides, pero cuando se convierta en un Dios lo hará a través de sus pensamientos, que se moverán libres del espacio y el tiempo y germinarán en la sustancia mental virgen, porque sólo es creador quien compenetra espacios vacíos y los llena de sí mismo, impregnándolos de su propia esencia, de sus cualidades.
Porque el hombre ahora crea vida imitando inconscientemente el acto original, el principio, sin saber qué representa dicho acto y qué encierra en su realización. Por ello, sólo cuando el hombre despierte y reconozca su propia identidad, que será consecuencia de reconocer la de su Padre Creador, podrá dar sentido a su existencia y dirigir sus pensamientos y sus actos hacia el fin al que está destinado, porque si fue creado bajo una Idea, si su existencia se debe a un proyecto, si es un pensamiento en la Mente del Uno, nunca podrá evadirse de ello, tan solo retrasar lo inevitable, que no es otra cosa que convertirse en un Dios, en un ser libre y creador, en una nueva raza cósmica.
Y dentro del proyecto original, está próximo el tiempo en el que el Sistema, el cuerpo de la Hija-Madre, sufra una transformación. Ello implicará que las vidas, los hijos, también vivan una transformación, que será un paso adelante, una mayor visión y comprensión, una liberación de las cadenas de la inercia, una apertura mental.
Porque principio y fin son Uno en la Mente del Creador y el hombre será lo que fue dispuesto que sea. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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