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TEMA DEL MES - ARGENTINA EN LA CUERDA FLOJA

Xavier Caño Tamayo

"Es indispensable que desde dentro y desde fuera se propongan acabar con la corrupción o no habrá solución"


La crisis que ha estallado en este país ha puesto en cuestionamiento una vez más los agresivos postulados económicos del neoliberalismo. El resultado de las recomendaciones del FMI, apadrinadas por EE.UU., es el que hemos visto en los medios de comunicación: un país muy empobrecido y al borde del colapso social. El periodista Xavier Caño Tamayo reflexiona sobre esta situación.

-La mano de EE.UU. siempre ha estado detrás de los procesos que vive América Latina. ¿Cuál ha sido su papel en este caso? ¿En qué medida está detrás de las decisiones del FMI?
-En la prolongada crisis de Argentina, los Estados Unidos han actuado sobre todo a partir del Fondo Monetario Internacional. No es por casualidad que las declaraciones hechas por altos funcionarios de la Casa Blanca o por el propio presidente Bush coincidan con los planes y propósitos del Fondo Monetario. Lo curioso es que Estados Unidos, que se presenta como el adalid del más puro neoliberalismo, es muy neoliberal para los demás, pero bastante keynesiano para sí mismo. Esto lo ha denunciado el economista estadounidense Paul Krugman que dice que si en Estados Unidos se aplicaran los recortes sociales que exigen a los países endeudados, los ciudadanos no lo tolerarían.

-¿Qué opina de los primeros pasos dados por el presidente Eduardo Duhalde?
-Muchos argentinos no se fían de Duhalde porque conocen su trayectoria. No voy a juzgarle antes de actuar, pero un hombre que fue el segundo de un personaje tan nefasto como Menem no merece la menor confianza. El justicialismo ha dado constantes muestras de demagogia en la Argentina; Duhalde se tendrá que ganar a pulso la confianza de los ciudadanos, si es capaz. Las primeras medidas de Duhalde no atacan el fondo del problema que es la corrupción, la despatrimonialización del Estado y la pérdida de la confianza ciudadana en la actividad política. Todo lo que no vaya en el sentido de atacar las bases de esos grandes problemas pueden ser gestos de cara a la galería. Y, en cuanto a esa deuda de 132.000 millones de dólares, Duhalde tiene la ocasión de empezar a negociar con otro espíritu y otra intención que no sea la de doblarse ante el FMI, quizás encabezando un movimiento de naciones endeudadas para pedir otras reglas de juego. La deuda, de hecho, está más que satisfecha, si atendemos todos los expolios que las naciones más ricas y las corporaciones y grupos transnacionales han llevado a cabo durante los últimos años por medio de la compra de patrimonio público privatizado y, antaño, por medio de la explotación colonial.

-¿Qué riesgos existen de que otros países sean arrastrados por la crisis argentina? ¿Cuál cree que será el desarrollo de esta situación?
-Espero que la severa crisis socio-económica argentina no llegue a contagiar a los países vecinos. Probablemente, los países latinoamericanos próximos sufrirán algunas consecuencias a causa de esta crisis, como disminución de exportaciones y turismo, incremento de inmigración, etc., pero no creo que se den situaciones tan explosivas como la argentina. En cuanto a lo que puede ocurrir, creo que, en la medida que el gobierno argentino aplique las exigencias del FMI, Argentina vivirá un período de alta inestabilidad social con peligro constante de estallido. Si hay alguien lúcido, como lo fue Keynes en su día, y comprende que hay que repartir unas cuantas raciones de tarta para que siga habiendo tarta, se podrá reconducir la situación, que no pasa por apretar las clavijas a la ciudadanía argentina con mayores recortes sociales. Sí es indispensable que desde dentro y desde fuera se propongan acabar con la corrupción o no habrá solución.

-Parece ser que Argentina ha seguido concienzudamente las indicaciones del FMI. El resultado es el que conocemos. ¿Cuál es el principal error que cometen las políticas económicas neoliberales?
-Más que error es pecado: servir primordialmente, cuando no en exclusiva, los intereses de las grandes corporaciones y grupos transnacionales. Y ser ciegos ante las consecuencias de la aplicación de sus recetas. Argentina es buena prueba de ello; durante casi cuatro años han aplicado las recetas del FMI y el resultado es un país en quiebra y el empobrecimiento generalizado de una nación que a principios del siglo XX era una de las veinte más ricas del mundo y que hoy cuenta con casi 16 millones de pobres en una población total de 36 millones de habitantes.
Tanto el FMI, que actúa como gran gendarme del gran capital y por tanto de los Estados Unidos, como el resto de organismos económicos internacionales, deberían comprender que el problema de la deuda no puede ser abordado a partir de recetas de austeridad, que significan sufrimiento para la mayoría de los ciudadanos. Pero la deuda, como denuncia Susan George entre otros autores, es el mejor instrumento político de control de los países poderosos sobre los pobres o emergentes y por eso no se pretende solucionar el problema con seriedad.

-En alguno de sus artículos ha advertido sobre la aparición de un nuevo totalitarismo. ¿En qué consiste y qué peligros entraña?
-La hegemonía desbordante del neoliberalismo se ha convertido, con la entusiasta ayuda de gobiernos y medios de comunicación, en pensamiento único, en afortunada expresión del director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet. Y ese pensamiento único es totalitario porque pretende que fuera de él no hay salvación posible; exactamente la misma intención que daban a sus mensajes el fascismo, el nazismo y el estalinismo o el polpotismo camboyano. Y los asuntos de los seres humanos son demasiado complejos como para pretender que pueda existir una única receta para resolver los problemas. El problema con los poderosos es que tienen dinero suficiente para comprar mentes preclaras y brillantes que elaboran sofisticados mensajes y marean la perdiz brillantemente hasta confundir a todo el mundo. Lo dijo Goebbels, que no era precisamente un santo ni un hombre justo: repite una mentira y al final parecerá que es verdad. El pensamiento único neoliberal repite sus mentiras constantemente por medio de sus corifeos perfectamente remunerados, pero no pueden ocultar el hecho del crecimiento imparable de la pobreza, el aumento de la desigualdad y la lenta pero por ahora segura destrucción de la naturaleza. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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