¿ALGUIEN
HA VISTO LA LIBERTAD DURADERA?
Y digo yo que si no declara la guerra a los que protegieron a
quienes masacraron ciudadanos americanos, es estar con los
terroristas, pues estar con los que permitieron que los talibanes
masacraran mujeres, también será simpatizar con el terrorismo ¿no?
|
Hace
relativamente poco tiempo, por supuesto antes del 11 de septiembre, los
talibanes eran una gente fanática que gobernaba Afganistán y que tenían a
sus mujeres reducidas a la mínima expresión. Es más, lo que sabíamos era
porque algunas mujeres se habían escapado y se dedicaban a contarnos a los
demás lo que pasaba allí, pidiendo, suplicando, a los gobiernos occidentales
que interviniesen y parasen tanta vejación.
Un día ocurrió que los talibanes la tomaron con las estatuas y monumentos
budistas, los volaron todos y, entonces sí, el mundo entero protestó, era
una afrenta a la cultura, a las reliquias del pasado. Las mujeres, sin
embargo, seguían pasando desapercibidas. No hay constancia de que ningún
gobierno exigiese, de verdad, a los talibanes, que respetasen a la mujer y
le concediesen derechos y libertades.
Pero llegó el 11 de septiembre más famoso de la historia y todo cambió. El
régimen talibán se convirtió de la noche a la mañana en el centro de todas
las miradas, de todos los odios. Pero, eso sí, no porque de repente el mundo
abriera los ojos y dijera basta ya a las atrocidades que hacían con sus
mujeres, no, sino porque Bush dijo a todos que protegían, amparaban y
ayudaban al que voló las Torres Gemelas, y como Bush es para occidente lo
que el mulá Omar es para los talibanes, pues todos firmes y a obedecer, no
sea que el yankee nos mire con malos ojos y nos invada por simpatizar con
los terroristas, porque quien da cobijo a un terrorista es un terrorista, y
quien no quiera levantar su espada contra un terrorista, pues también es un
terrorista.
Sin embargo, quien consiente y calla cuando un terrorista masacra a su
mujer, no es un terrorista.
Y digo yo que si no declara la guerra a los que protegieron a quienes
masacraron ciudadanos americanos, es estar con los terroristas, pues estar
con los que permitieron que los talibanes masacraran mujeres, también será
simpatizar con el terrorismo ¿no?
¿O es que el terrorismo tiene caras diferentes? ¿O es que una ciudadana
afgana no tiene el mismo valor en el mercado que una americana?
Bien, lo cierto es que los talibanes cayeron, fueron masacrados por los
justos, los que esgrimen la bandera de la libertad y de la justicia, los
veladores de los valores eternos.
Pero la mujer afgana sigue escondida tras su burka, sigue advirtiendo al
mundo que los que hay son iguales o peores que los talibanes, y es ya
evidente que al igual que antes del 11 de septiembre, ahora tampoco le
importa mucho a nadie la mujer afgana y sus derechos como ser humano.
La maquinaria de la guerra, la apisonadora yankee sigue su camino buscando
al responsable máximo de su afrenta, al que pisoteó su orgullo, su dignidad.
Y para un americano, su orgullo es más valioso que todas las mujeres afganas
juntas.
En realidad, ahora que la guerra en Afganistán es ya historia, queda claro
que lo único que importa es limpiar la afrenta, no establecer justicia.
También queda claro que a nadie le importa el sufrimiento de los pueblos,
tan sólo los movimientos, los cambios, políticos y militares.
En realidad, si alguien había soñado con un pueblo afgano libre, con
derechos reconocidos, con voz y voto, simplemente que despierte de su sueño
y que asuma que la pesadilla continúa, porque la máquina de guerra yankee
llegó, aplastó, destrozó y sigue su camino buscando donde dar salida a las
exigencias de las multinacionales, que son los que gobiernan EE.UU. y el
mundo.
La mujer afgana seguirá luchando sola, porque existe algo mucho peor que el
terrorismo en el mundo, y es el fanatismo, bien sea religioso, político,
económico, deportivo, o lo que sea.
Y ese mal lo padece el nuevo gobierno de Afganistán, pero también Bush y sus
aliados, y el Vaticano, y todos aquellos que sueñan con dominar, oprimir y
convertir en zombis a la raza humana.
El caso es que Bin Laden sigue a su aire, algo que a lo mejor interesa mucho
a los EE.UU, porque mientras el zorro ande suelto puede continuar la
cacería, salvo que a veces la cacería es más interesante que el zorro.
Vamos, que Bin Laden continúa en Libertad Duradera./ M.C. |