CARTA AL PRESIDENTE BUSH
¿Cómo puede uno sentirse digno gobernante de una nación donde la
mayoría da la espalda a las urnas? ¿Por qué no escucha a esa
mayoría?
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Sr. Bush: En primer lugar quiero
decirle, como ciudadano del planeta Tierra, que es Ud. patético. Hace
mucho tiempo, es posible que nunca, que un presidente de los EE.UU. no
reúne en sí mismo tal cantidad de absurdos, contradicciones, miedos,
egos, hipocresías y servilismo ante los que de verdad dominan y
manipulan el cotarro, que no son otros que su señor padre y sus
asociados.
Ud. presume de leer la Biblia, aunque dudo mucho que entienda lo que
en ella se dice, pero lo que es evidente es que su "Dios" es muy
particular, es un "Dios" americano, que considera que Ud. y el pueblo
norteamericano son los elegidos para dirigir los designios de la
humanidad, para decidir lo que está bien y lo que está mal, conceptos
ambos tan relativos que dudo mucho que una mente como la suya sea
capaz de diferenciarlos.
Ud. sabe que ha sido elegido por manipulación paterna. A pesar de ello
se considera autorizado para gobernar el mundo.
Ud. sabe que lo del 11-S fue la "gran mentira", la gran chapuza, en la
que a Ud. poco le importan las víctimas y sí, en cambio, la disculpa
para poner de nuevo en marcha el plan que su padre no pudo concluir:
"El nuevo Orden Mundial", un sistema basado en la hegemonía de los
EE.UU. y su papel como director de orquesta del concierto mundial,
dictando las normas, las leyes, lo que es justo y lo que no. En fin,
el sueño ideal de un dictador a quien no le basta engañar a su pueblo,
sino que necesita el poder total.
Dudo mucho, y fíjese lo que le digo, que ni Ud. mismo sea plenamente
consciente de las intenciones de su padre y sus comparsas. Y lo dudo
porque es evidente que su padre le colocó ahí para poder seguir él en
el juego, en la manipulación, en el control de todo y de todos.
Si un día por la mañana se despierta y descubre la verdad, o sea, que
es Ud. un zombi de su padre, una marioneta sin voluntad propia, un
pobre infeliz que se equivoca más que habla, no se le ocurra
suicidarse, porque en su país son tan cortos que le convertirán en un
mártir, y la CIA lo arreglará para que parezca obra de Bin Laden. Así
que, sin decirle nada a su padre, dimita. Será la mejor acción de su
vida y hasta es posible que el verdadero Dios le rebaje pena por lo de
sus ejecuciones en la silla eléctrica.
Ud. presume de dirigir la primera democracia del mundo. Si es así, ¿no
le da vergüenza proclamarse vencedor con sólo un treinta y pico por
ciento de votantes? ¿Y el resto por qué no votan? ¿No le parece que su
"democracia" goza de muy mala salud? ¿No escucha el clamor de los
múltiples foros que protestan contra su psicosis belicista? ¿Cómo
puede uno sentirse digno gobernante de una nación donde la mayoría da
la espalda a las urnas? ¿Por qué no escucha a esa mayoría?
Lo dicho, es Ud. patético, y además ridículo, porque no hay nadie más
ridículo que quien presume de lo que no tiene. Y bajo una fachada de
cowboy enérgico, esconde Ud. a un personaje mediocre que no manda ni
en su propia casa.
Además, es bien sabido que quien es mangoneado en su casa hincha el
pecho y presume de matón fuera, sólo que en su caso es peligroso,
porque juega Ud. con fuego.
Lo tremendo de todo es que no tiene Ud. salida, porque... ¿quién se
enfrenta ahora a papá...? ¿Quién se atreve a decirle que el presidente
es Ud. y que de lo planeado nada de nada?
Lo tiene Ud. jodido, hermano. Por eso, porque lo sabe, quiere huir
hacia delante, proclamando enemigos, "ejes del mal", infieles, y
declarando guerras santas en nombre de la libertad.
Lo que ocurre es que al no tener Ud. personalidad propia tampoco le
respetan ni le temen todo lo que le gustaría.
Sr. Bush, Ud. y su país son una gran farsa, y cada día son más y más
los que no les soportan.
Si quiere vivir engañado, hágalo, pero déjenos en paz, por favor.
Un saludo para Ud. y para su señor padre.
Un ciudadano del mundo. / MC
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