- ¿Qué ética avala a los EEUU para querer erigirse en un líder mundial después de lo que ocurrió en el 11-S?
-En primer lugar me gustaría decir que lo que contemplé por televisión del 11 de septiembre me parece una monstruosidad total. Muchas de las personas que trabajaban ahí eran simples trabajadores, unos norteamericanos, otros inmigrantes, unos con papeles, otros sin ellos; algunos sencillamente repartían comida, pizzas o flores. Muchos de esos bomberos de Nueva York que perecieron ahí habían salvado a lo largo de su carrera innumerables vidas. Cualquiera que considere a un grupo humano tan heterogéneo, tan lejano a los aparatos de poder, como objetivo militar, ese alguien comparte la lógica perversa que ha ejercido el gobierno norteamericano durante por lo menos ciento veinte o ciento treinta años de su existencia. Creo que estos atentados del 11-S son, como alguien lo definió, una guerra de ricos contra ricos, donde siempre la pagan los pobres, entre ellos las tres mil víctimas de las Torres Gemelas. Pero pensar que algún país pobre, o algún movimiento de liberación paupérrimo, pueda estar manejando cientos de miles de dólares para estarse moviendo de esa manera, me parece un poco raro y más con esta lógica del suicidio. Todo eso me suena más bien a guerra santa, a guerra de Dios. Me huele más bien a fanáticos financiados por Arabia Saudita, no digo por el gobierno, sino por gente que saca su dinero de ahí. Creo que Estados Unidos primero tendría que haber investigado en serio qué ocurrió, no haberse aprovechado políticamente de lo sucedido para dar vía libre a las tendencias más retrógradas dentro del país.

-Al parecer muchos derechos de los ciudadanos han quedado recortados en aras de la seguridad nacional.
-Para nadie es un secreto que EEUU es un país que se está convirtiendo, desgraciadamente, en una teocracia, donde tu libertad de religión sólo consiste en la manera en que tú crees y adoras a Dios, claro excluyendo en estos momentos a los musulmanes. EEUU se está convirtiendo en un país donde en aras de una seguridad que nadie puede garantizar, los derechos civiles se están yendo a la mierda, por hablar con claridad. En estos momentos los derechos civiles de la minoría musulmana en Estados Unidos prácticamente no existen. Leyendo el New York Times, el Washington Post, Los Angeles Times se ve con qué facilidad en este momento se detiene, se registra o se oculta a cualquier ciudadano norteamericano en un calabozo sin permitir la llegada de un abogado, sólo por el hecho de que su fe es islámica. Personalmente no defiendo ninguna fe, todas me parecen supersticiones, pero veo que ir llevando a la nación más poderosa del mundo a convertirse en la mano de Dios, es algo que ha pasado con muchísimos imperios, solo que éste es mucho más destructivo, con respecto al resto de la humanidad, que lo que fue el imperio romano.

-Porque impera la ley del más fuerte.
-El mundo en el que vivimos desde que somos mundo unipolar, no es más seguro que cuando éramos un mundo multipolar, hay más países con armas atómicas, más terrorismo tanto de bombas como económico. Grandes empresas roban miles de millones y se benefician personas como el vicepresidente de los Estados Unidos o el Secretario de Justicia, y otros más cuyos nombres aparecen mucho en la prensa americana y que arrastran al hambre, al desempleo y a la desesperanza a millones de ciudadanos, en Norteamérica, en Méjico, en Corea, en Malasia, en Paraguay, porque los tentáculos llegan a cualquier parte.
Creo que Estados Unidos si hubiera querido, se podría haber convertido en el único gran imperio ético de la historia de la humanidad, no para bombardear aldeas afganas donde la gente celebra bodas, sino para tratar de evitar que de la pobreza puedan salir fanáticos descerebrados que comentan todo tipo de actos terroristas.