Foto: Fusión
|
JORGE EGOCHEAGA
EVEREST, CARA NORTE, EN SOLITARIO Y SIN
OXIGENO.
La montaña más alta de la tierra, por su parte más difícil y en
las condiciones más extremas. Esta es la aventura en la que se embarca
Jorge Egocheaga, médico, profesor en la Universidad de Oviedo y
deportista cargado de premios en todo aquello que se ha propuesto.
S u experiencia en la
montaña es también muy amplia, aunque nunca hizo un ochomil. Lo intentó
en 1992 en el Daulaghiri y tuvo que darse la vuelta a menos de 200 mts,
de la cumbre.
Ahora, un sueño que le acompaña desde niño está a punto de cumplirse,
escalar el Everest, la Diosa Madre.
Jorge es consciente de la dificultad que entraña su aventura, pues muy
pocos lo han intentado y menos lo consiguieron, pero aún así piensa que
tiene alguna posibilidad de conseguirlo. El resto es cuestión de coraje,
inteligencia y un poco de suerte.
-¿Por qué esta aventura? ¿Qué es lo que te lleva a asumir tanto
riesgo?
-Bueno, es una evolución. De pequeño fui con mi padre a ver una
proyección sobre un grupo vasco al Everest y me impactó. Yo tendría unos
seis años y recuerdo que pensé que yo tendría que ir alguna vez a ese
lugar.
Hace dos años estuve allí por primera vez, pero iba con otra mentalidad,
iba como médico y sin opción a subir. Fui a ver cómo era aquello.
Respecto al riesgo, siempre que subo una montaña lo tengo asumido. Es
absurdo pensar que no te puede pasar nada a ti.
-Y eliges la cara norte, la más difícil. Solo y sin
oxígeno.
-La cara norte es mucho más complicada, es más dura. Tiene los
pasos más técnicos por encima de los 8500 metros. Es más fría. Hacerla
sin oxígeno la hace aún más difícil, es algo que muy poca gente ha
hecho.
-Con ello... ¿tratas de demostrar algo, bien a los demás
bien a ti mismo?
-Bueno, sí es cierto que los montañeros tenemos mala fama en ese
sentido, como que vamos de exhibicionistas. Pero yo hago montaña
sencillamente porque me gusta, pero también existe en ello un
demostrarme a mí mismo que puedo, o saber si podré o no. Existe un reto.
Yo no sé si podré subir sin oxígeno y ahí está el reto. Pero lo que
nunca haré es jugarme el tipo por demostrar algo a los demás. Eso sí que
no.
-¿En qué basas tu preparación, en el cuerpo o en la
mente?
-En ambas cosas. Ambas tienen que ir juntas, incluso es más
importante la mente que el físico. En realidad todo lo que hice hasta
ahora, en todos estos años, era preparación para esta aventura. Así que
mentalmente estoy preparado, ahora queda ver si lo podré conseguir o no.
-Tú objetivo es la cumbre, quiero decir que cualquier
otra cosa no te serviría...
-Mi objetivo es hacer cumbre, pero creo que tengo pocas
posibilidades de conseguirlo, de hacerlo como yo quiero.
-Tanto si lo consigues como si no, a la vuelta te vas a
encontrar con apoyos y con detractores... ¿Estás preparado para eso?
-Siempre hay detractores, siempre hay gente que tiene que buscar
donde no hay, pero a mi me da lo mismo, porque yo voy por hacer realidad
un sueño mío, que lo consiga o no es problema mío, de nadie más.
Foto cedida por Jorge Egocheaga |
-¿Contemplas en tu planificación la posibilidad de no
volver? ¿Qué peso tiene en ti ese aspecto?
-Todo el mundo sabe que va a morir, pero nadie se lo cree. Yo lo
tengo en la cabeza, no soy un loco ni un suicida. De todas maneras, y
esta es una frase mía, yo prefiero morir sintiéndome libre que vivir
estando muerto. Es parte del riesgo asumido.
-Vas a estar mucho tiempo solo. ¿Cómo llevas tú la
soledad?
-Seguro que me va a afectar, pero yo creo que se puede vivir con
ella. En el Khan Tengri estuve seis días metido en una cueva de hielo,
con un tremendo temporal, y lo llevé bastante bien.
Hay momentos malos y buenos. Además la altura tiende a generar
depresiones. Hay gente que se viene abajo por el propio mecanismo de la
disminución de oxígeno. Hay que estar preparado.
Yo pienso que la capacidad de adaptarse a las circunstancias es un signo
de inteligencia.
-¿Encuentras apoyos económicos para este proyecto?
-Es bastante difícil. No ocurre lo mismo en otros sitios, como
en Cataluña, País Vasco o Castilla-León. Por alguna razón aquí el
montañismo no se tiene muy en cuenta.
-¿Te estás entrenando fuertemente?
-Estoy haciendo lo mismo de siempre, porque no tengo tiempo para
más. Levantarme temprano, correr un poco y luego los fines de semana a
la montaña. A lo que más le temo es a la aclimatación allí, porque nunca
sabes como vas a responder. Pero espero que todo vaya bien. ∆ |