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Esta montaña es un poco difícil, bastante técnica, tiene muy mala fama, pero yo creo que tenemos posibilidades de llegar. 

 

ASTURIANAS EN EL NANGA PARBAT

El próximo 20 de mayo, una expedición asturiana formada sólo por mujeres, se marchará a Pakistán para intentar escalar el Nanga Parbat.

Es la primera vez en la historia del montañismo asturiano, e incluso español, que una cordada de mujeres intenta un ochomil, lo que supone un importante paso en la historia nacional de este sacrificado deporte y, de paso, una demostración más de la dimensión que la mujer está alcanzando en una sociedad donde hasta hace poco estas cosas sólo estaban reservadas para los hombres.
Además, el Nanga Parbat no es un ochomil más. Su historial está plagado de víctimas mortales. Se llevan la palma las macroexpediciones alemanas, que con un espíritu más político que deportivo se estrellaron una y otra vez contra la montaña, hasta que por fin, un austriaco, Hermann Bühl, la conquistó en el año 1953. La expedición asturiana estará formada por tres mujeres: Rosa Fernández, Eva Zarzuelo y Diamantina Muñiz.
Rosa y Eva, son las que intentarán el ataque a la cumbre, mientras que Diamantina permanecerá en el campo base realizando las labores de coordinación y enlace.

-¿Cómo surgió la idea?
-(Rosa) La idea de marchar al Nanga surgió en el 2000, cuando estuve en el Dhaulagiri. En un principio pensaba irme sola, pero tenía en la cabeza formar una expedición femenina que saliera de Asturias. Había pensado en el Cho-Oyu, en el Shisha, montañas con menos dificultades lo que pasa es que coincidió que tenía reserva hecha para marchar al Nanga. Entonces fue todo muy rápido, en dos meses lo organizamos todo. Montamos una expedición las tres, nos acoplamos al permiso de otra gente y nos vamos para allá. Esta montaña es un poco difícil, bastante técnica, tiene muy mala fama, pero yo creo que tenemos posibilidades de llegar.

-Dices que vais con otra gente.
-(Eva) Sí, lo que hacemos es compartir el permiso con otros, porque lo venden para siete o catorce personas. Lo que no podemos hacer nosotras es pagar un permiso para siete cuando vamos tres, por eso siempre nos acoplamos a otra gente. Luego allí funcionamos a nuestra manera.

-¿Cómo pensáis atacar la montaña?
-(Rosa) Subir al estilo alpino es completamente imposible. La idea que tenemos es montar cuatro campos de altura, hasta 7.400 metros el último campo. Trabajaremos las dos en cordada. Luego tenemos a Diamantina que para nosotras es una pieza muy importante en la expedición, porque va a realizar un trabajo de apoyo continuo desde el campo base. Se ocupará también de Internet para poder mandar noticias a Asturias directamente desde allí. Va a ser mucho más trabajo del que se imagina. Cuando estás arriba no te puedes ocupar de todas esas cosas. Va a ser un poco la jefa de todo.

-¿Cómo es la montaña que os disponéis a subir?
-(Rosa) Es una montaña muy alpina, pero también tiene una ventaja, y es que el descenso también es rápido. Eso es importante. Es como el Dhaula, donde estuve el año pasado, la subida es dura pero el descenso es rápido. Te puedes permitir bajar desde siete mil metros al campo base en unas horas.
(Diamantina) Esta cumbre es muy difícil porque te aclimatas muy mal porque es muy rápida.
(Eva) Tiene un campo base que está muy bajo, a 4000 metros.

-¿Y por qué habéis pensado en una expedición femenina?
-(Rosa) Porque es algo que siempre tuve en la cabeza y porque no salen expediciones femeninas de España. Hay expediciones femeninas japonesas, coreanas. Yo, en el G2 coincidí con una expedición de coreanas. Al Nanga fue una expedición femenina de polacas. Y digo yo que en Asturias también hay gente muy potente. Creo que es muy importante que salgan expediciones así, porque seguro que el próximo año hay más gente que se anima.

-Por supuesto, vais con la intención de hacer cumbre...
-(Rosa) Sí, aunque tienen que coincidir muchas cosas para que hagamos cumbre. De todas formas hay expediciones sin cumbre que a lo mejor son una experiencia mucho mejor que otras con cumbre.

-¿A cuánto asciende el precio del viaje?
-(Rosa) Alrededor de seis millones de pesetas. Es como salen todas las expediciones, a no ser el Everest que ya es una barbaridad.

-En una expedición como ésta ¿qué es lo que resulta más caro?
-(Rosa) Los permisos, los viajes... un vuelo a Pakistán son 200.000 pesetas. Los materiales son muy caros también, porque las botas cuestan alrededor de 50.000 pesetas, necesitas también un buen saco, etc,. Yo tengo material de otras expediciones, pero ellas se lo tienen que comprar todo.
Tampoco tenemos tiendas de altura. En nuestro caso lo mejor no es comprarlas, sino alquilarlas a la agencia. Además está el problema de las avalanchas. Imagínate te gastas 200.000 pesetas en una tienda y te quedas sin ella. En cambio la agencia ya tiene unos seguros para su material.

-Apoyos económicos... ¿Qué tal fue la respuesta?
-(Eva) Hemos recibido apoyos del Ayuntamiento de Oviedo, del Ayuntamiento de Gijón, del Principado y también de grupos de montaña y otras colaboraciones desinteresadas. Luego vendimos camisetas, lotería, rifas.
Queremos agradecer a todos su apoyo, especialmente a los grupos de montaña que se portaron muy bien.

-¿Cómo es la preparación física?
-(Rosa) Entrenamos todos los días, y luego el fin de semana hacemos montaña. Corremos, hacemos bicicleta... Entre una cosa y otra, unas dos horas diarias. Y los fines de semana más, porque si vas de montaña pues estás todo el día. Vamos sobre todo a Picos de Europa y a la Ubiña.

-Todo ello supone mucho sacrificio.
-(Diamantina) Sí, porque tienes que tener una disciplina, entrenar, y sabes que tienes que hacerlo todos los días. Y las que tenemos hijos tenemos que combinar todo. Yo, como también me dedico a dar clases de aeróbic, acumulo muchas más horas, desde la mañana hasta la noche.

-Y la familia ¿cómo se lo toma?
-(Diamantina) Bien, qué remedio. Yo no pregunté, dije que me iba: "Yo marcho". Y me dijeron ¿"A dónde"?. "A una expedición". "Tú estás loca". Eso fue todo.

-¿Para ti supone la culminación de algún sueño?
-(Diamantina) Para mí es una oportunidad única. Además es un reto, porque yo soy mayor que ellas. También es un poco de aventura. Para ellas es hacer cumbre, pero para mí la aventura es poder sobrevivir en el campamento base, con los pakistanís, que tendré que estar dando todo el día trompazos y cerrando la tienda.

-Para quien espera en el campamento base debe haber momentos duros, porque no siempre sabes lo que está pasando.
-(Diamantina) La verdad es que yo estos días estoy muy nerviosa, leo muchos libros sobre la montaña que se va a hacer y veo que es una montaña que ya lleva muchos muertos. Piensas que nadie es inmortal, que siempre puede pasar algo. Y si pasa algo ¿qué hago allí sola? La ilusión que tengo es ir lo mejor preparada posible, y si puedo hacer alguna cumbre, lo intento y a ver qué pasa.

-¿Se te pasó alguna vez por la cabeza la posibilidad de quedarte allí?
-(Rosa) Hombre, yo creo que cuentas con eso. A mí sinceramente no me preocupa quedarme en la montaña. Vale más quedarse allí que en la carretera.
-(Diamantina) Sí, sí se piensa. A mí no me gustaría quedarme en ningún sitio, qué quieres que te diga. De todas formas yo creo que en el momento en que estás haciendo esas cosas tampoco lo piensas, porque estás intentando salvar la situación en el momento, y estás centrado en lo que haces.
Yo creo que tiene que ser durísimo hacer un ocho mil, es inhumano. Se sufre a causa del frío, las tormentas... Y a lo mejor estás a 100 metros de la cumbre y tienes que dar la vuelta, después haber estado allí, sufriendo como un condenado.

-¿Y la preparación psicológica para ello?
-(Rosa) Yo para eso tengo una cabeza que funciona muy bien. Yo siempre pienso en subir, estoy con la montaña y la montaña está conmigo. A mí no me va a pasar nada. Si hay alguien que diga "para arriba", yo tiro.

-¿Aparte de esto, que ahora es lo primero, tienes algún otro objetivo en mente?
-(Rosa) El objetivo que tengo desde hace mucho tiempo es el Everest, espero poder pasar el glaciar del Khumbu, las escaleras esas. ∆

 

EXPEDICION FEMENINA ASTURIANA AL NANGA PARBAT

Rosa Fernández; Nacida en Cangas del Narcea en 1960.
Es miembro del Club Deportivo Asturias-Himalaya.
Su contacto con la montaña se inicia en la infancia.
Hasta 1997 todas sus escaladas las realiza en las montañas asturianas, llevando a cabo alguna salida a los Pirineos y los Alpes. Luego comienza su aventura en el Himalaya; en 1997 realiza la ascensión al Gasherbrum II, de 8.035 m.
Después de alcanzar la cima del Aconcagua, en los Andes en 1998, vuelve al Himalaya para intentar en 1999 el Shisha Pagma (8.046 m.) y en el 2000 el Dhaulagiri (8.164 m.) aunque no pudo hacer cumbre en ninguno de los dos por culpa de la climatología.

Eva Zarzuelo, nacida en Avilés en 1972.
Miembro del Club de Montaña Vetusta
En su currículum montañero destacan las ascensiones realizadas entre 1992 y 1996 en los Alpes suizos, franceses e italianos, donde alcanzó las cumbres del Mont Blanc (4.848 m.) el Gran Pardiso (4.061 m.) y el Cervino (4.478 m.) entre otros.
En 1997 asciende varias cumbres; en la Cordillera Blanca (Perú) destaca el Huascaran, de 6.768 m.
Por último, en el 2000, viaja a la cordillera del Tien Shan, donde asciende al Khan Tengri, de 7.050 m.

Diamantina Muñiz, nacida en la Foz de Morcín en el año 1948.
Miembro del Club de Montaña Vetusta. Aficionada a la montaña desde pequeña, casada con el actual presidente del FEMPA, Juan Rionda.
Su sueño siempre fue poder participar en alguna expedición al Himalaya, por eso, cuando Rosa le propuso acompañarla al Nanga, no dudó en aceptar de inmediato.
Su experiencia montañera está avalada por ascensiones en los Picos de Europa, donde ha coronado las cumbres principales de la cordillera, así como en las Ubiñas. En los Alpes cuenta principalmente con la ascensión al Breithorn, de 4.165 m.
En los Pirineos, ha realizado invernales al Aneto y al Monte Perdido, así como varias ascensiones más.
El apoyo que prestará a sus compañeras desde el campo base será fundamental para el éxito de la expedición. ∆

 

NANGA PARBAT, LA MONTAÑA DESNUDA

El Nanga Parbat, con sus 8.125 metros, es uno de los ochomiles que más víctimas se ha cobrado, aunque bien es cierto que mucho fue debido a la obsesión que los alemanes tenían con esta montaña, a la que convirtieron en un estandarte de sus glorias nacionalistas allá por los años 1930-1950.
El primer intento de alcanzar la cumbre lo realizó en 1895 el británico Mummery. Llegó a los 6.000 metros y desapareció a continuación.
Más tarde comienzan todas las macroexpediciones alemanas. Destaca en 1934 la dirigida por W. Merkl, que llegó a los 7.800 metros.
En el descenso se desata una fuerte tormenta donde muere el propio Merkl, junto a tres compañeros más y seis sherpas.
Por fin, en 1953, Hermann Bühl, formando parte de una expedición germano-austríaca, y desobedeciendo las órdenes de retirada, consigue hacer cumbre por primera vez en la historia de la mítica montaña.
A partir de entonces se suceden las conquistas a la cumbre. Entre todas ellas hay que destacar la ascensión que realiza Reinhold Messner en solitario y sin oxígeno en 1978, y la de la primera mujer, la polaca Wanda Rutkiewicz en 1985.
Aunque el Nanga Parbat no es considerado el ochomil más difícil, no se puede evitar el peso de su historial cuando se trata de soñar con su cumbre. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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