Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

LA REVOLUCION ASISTIDA

SANTIAGO DEXEUS
Texto: Elena F. Vispo / Foto: J.M. López.

Santiago Dexeus.

El Profesor Santiago Dexeus es el director del instituto que lleva su apellido, y lleva también la Cátedra de Investigación en Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Barcelona. Es uno de los investigadores punteros de nuestro país y, aunque ha vivido en su campo una revolución tecnológica y científica, aún cree que lo mejor está por llegar: queda descubrir las posibilidades que nos ofrece la genética.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"El mensaje que debería tener el público es que la tecnología médica no va a pretender unos cambios sociales inaceptables, sino el bien de la persona humana"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"El concepto de familia está cambiando por razones distintas a la ciencia biomédica, como la economía, la incorporación laboral de la mujer, la insuficiente protección a la maternidad..."

 


Su apellido ya es una garantía, por eso miles de parejas acuden a Santiago Dexeus para solucionar sus problemas de infertilidad. A su equipo se debe que en 1984 naciera la primera niña probeta española, y se ha convertido en una referencia mundial en el tema de reproducción asistida. Ha perdido la cuenta de los niños que ha traído al mundo, aunque hace tiempo que se retiró del quirófano (al que vuelve a asistir partos en contadas ocasiones) y ahora se ha quedado en el laboratorio para buscar un tratamiento efectivo contra el cáncer.

-En los últimos 25 años la ginecología ha experimentado un gran avance, pero ¿en qué ha cambiado la actitud de los españoles hacia la maternidad?
-Bueno, el avance de la Sanidad pública en nuestro país es impecable, y ha proporcionado una atención en el parto de la que disponen muy pocos países. Por ejemplo, en Estados Unidos la atención es privatizada y el que no tenga un seguro concertado es un pobre, pero pobre de verdad y con todos los peyorativos, y puede tener una sanidad muy reducida. En cambio en nuestro país tenemos unas cifras de mortalidad fetal y maternal muy bajas.

-¿Está la Sanidad pública española preparada para dar salida a los adelantos y, sobre todo, a las demandas de una mejor relación médico-paciente?
-Hace años hubo un informe de la OMS sobre la Sanidad española, que decía que el cambio que estaba experimentando era buenísimo, pero que probablemente se vería falta de recursos en los próximos años. Y esto no ha sucedido. Si tiene en cuenta la cantidad de actos que se realizan dentro de la Sanidad pública, que haya algunos defectos es completamente normal, si analizáramos la medicina privada sería exactamente lo mismo. Lo que yo creo es que habrá que optimizar los recursos, llegar a un convenio entre los organismos sanitarios privados y la sanidad pública para complementar esfuerzos.
Es cierto que es más fácil que un paciente salga muy contento por una asistencia en cirugía de alto nivel que uno que haga cola en un ambulatorio mal equipado. Ése es quizá el reto de la administración, pero es difícil porque requiere una nueva planificación, y puede que aportar unos recursos que no estaban previstos. La factura sanitaria es, de verdad, muy cara, y difícil de pagar en su totalidad.

-Sin embargo, sí se echa de menos la humanización, que no es tanto cuestión de dinero.
-Sí que cuesta dinero, muchísimo, porque es tiempo. Para poder ser humano con el paciente hay que poder sentarle enfrente de ti y dedicarle el tiempo que necesite. Esto es lo que suele faltar en muchas de las estructuras que tenemos en funcionamiento.

-Recientemente ha hablado de las repercusiones de las nuevas técnicas de reproducción asistida en el concepto de familia. ¿Es que cambiará en algo?
-No, yo creo que no. Con estas técnicas no estamos variando la familia ni la vamos a variar en absoluto. La familia está variando por razones totalmente distintas como es el trabajo, la incorporación laboral de la mujer o la insuficiente protección a la maternidad, que obliga a retrasarla y crea a veces problemas de infertilidad. La familia está cambiando por la economía, las condiciones de la propia pareja, los problemas para el cuidado de los niños también retrasan la natalidad, y es importantísimo porque en España la natalidad es tan baja que no tenemos generación de reemplazo. En este cambio, el granito de arena de las técnicas de reproducción asistida es pequeñísimo y restringido a aspectos como la aparición de embarazos múltiples, que en cualquier caso son un fracaso de la técnica y los estamos descendiendo de forma notable.

-Hablamos entonces de razones sociales o económicas, pero no médicas.
-Claro está. Mire usted, el hombre tiene temor a acercarse a una mujer que se está liberando y se considera completamente igual al hombre. Muchos hombres son incapaces de aceptar este tipo de mujer y se retraen, y en las grandes ciudades son frecuentísimos los apartamentos ocupados por un hombre o dos, por varias mujeres, pero no por la pareja clásica. Y hay muchas parejas de hecho que se mantienen juntas pero no deciden tener hijos. No es la ciencia biomédica, sino otros condicionamientos los que están decidiendo en esta sociedad actual.

-Para muchas parejas no poder tener hijos supone un verdadero drama. ¿No es esto una paradoja cuando hay superpoblación?
-Sí, pero en nuestro país la natalidad roza el 1.07, que es bajísimo. En Cataluña se está consiguiendo algo de crecimiento gracias a la inmigración, pero España, como país o nación, está actualmente en el último lugar de la clasificación en cuanto a natalidad.

-¿Cree que la inmigración es una solución al problema demográfico?
-No, porque un país que acepte una inmigración indiscriminada, probablemente va a crear focos de pobreza y de inseguridad. La inmigración debe regularse para que no dé lugar a gente inadaptada, con unas previsiones de vida miserable. Hay que regularla en el sentido de que se les dé trabajo, y que no vengan en condiciones de explotación y esclavitud.

-Últimamente ha habido grandes avances en el tema de la genética. ¿Qué posibilidades futuras nos ofrece este campo?
-El horizonte de la biogenética es extraordinario, y no puedo ni abarcarlo. El mensaje que debería tener el público es que la tecnología médica no va a pretender unos cambios sociales inaceptables, sino el bien de la persona humana. Nada más que eso, y poner cortapisas a una investigación que está reglamentada es una lástima, porque retrasamos el proceso: la posibilidad de curar enfermedades que en este momento parecen imposibles.
Creo que se irá por ahí, porque cada vez se crean más equipos multidisciplinarios. Si cuando acabé la carrera me hubieran dicho que en mi propio departamento habría un 20% de biólogos, hubiera dicho que era imposible. ¿Para qué quería yo un biólogo en mi departamento? Pues ahora es así, y eso significa que intentamos una convergencia de disciplinas para evolucionar en la vía tecnológica y la terapia génica. Todo esto está al caer, y es posible que en diez años alguien lea esta conversación y diga: "fíjate qué tonterías decía este señor, si estamos acostumbrados al tratamiento génico, actualmente hacemos la biopsia preimplantacional: nos advierten del peligro que tendrá el embrión, y ya lo tratan antes de implantarlo a mi mujer". Esto, que parece ciencia ficción, puede que no lo sea en poco tiempo.

-Efectivamente, parece que con este tema nos movemos en el terreno de la ciencia ficción y el mito: bebés a la carta, bancos de órganos... ¿cuánto hay de cierto en todo esto?
-Hay mucha especulación, y también terrorismo científico que, seamos sinceros, tiene muchísimos adeptos y asegura un público a los medios de comunicación. Y, claro está, no va por ahí. Déjeme ponerle un ejemplo: en el tratamiento oncológico hay pacientes que reaccionan muy bien a la quimioterapia y otros que reaccionan muy mal o que no afecta a la enfermedad. Pues ya se está viendo que será posible identificar quiénes van a ser susceptibles a una droga y quiénes a otra. Hay muchas posibilidades y el mensaje es que se está haciendo todo lo que se debe, dentro de una idea muy clara, que es el destino de la humanidad. Y ese destino no es pelearnos ni mordernos, sino convivir en paz y, a ser posible, con un gran estado de salud. Todo lo que vaya por ese camino es importante e interesante. ∆

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA