NUEVA
LEY DEL MENOR
La Ley que
nació sin medios
El adjetivo más real que se le ha puesto es
polémica, el más positivo es reeducadora y el peor es injusta. Los
tres se refieren al mismo texto legal, la nueva Ley del Menor. Con su
entrada en vigor el mes de enero más de cien jóvenes delincuentes
fueron encarcelados, pero esa es sólo la cara visible de una ley en la
que todas las partes se lavan las manos.
Texto: Marta Iglesias /
Fotos: Nan
Hay
un epíteto que se ajusta perfectamente a la Ley: innovadora. Y es que
con la nueva Ley del Menor varias son las novedades introducidas, como
el que sea educadora más que castigadora, buscando la reinserción real
de los menores más que el castigo de encerrarles en cárceles. Otro
cambio sustancial es a nivel legislativo, donde en lugar de instruir los
jueces -como hasta ahora se venía haciendo- lo hacen los fiscales. Con
ello se elimina la acusación particular y se equipara España al nivel
europeo legislativamente hablando. Además, con esta ley aparecen nuevas
figuras en el panorama: los equipos técnicos formados por psicólogos,
pedagogos y sociólogos que aconsejarán al fiscal cuál es la medida
más adecuada para imponer al menor; por otro lado están las
Comunidades Autónomas (CCAA) que son las encargadas, por primera vez,
de poner los medios para que se cumplan las medidas indicadas por el
juez. Con ello la justicia española da un vuelco y es probable que esto
marque un nuevo modelo a seguir para próximas leyes que se aprueben.
Cambios legales
Aunque a nivel legal el que
sean los fiscales los que instruyan nos equipara a la UE, las
consecuencias han generado malestar en la sociedad. En concreto se
quejan los familiares de las víctimas, ya que el nuevo sistema les
impide participar como acusación en un juicio a un menor, a menos que
exijan responsabilidades tales como indemnizaciones. Este papel acusador
ha quedado en manos del fiscal que, de todos modos, ha de tener en
cuenta las sugerencias del equipo técnico para pedir la pena. Éstos
deben evaluar el caso y valorar si la medida que el fiscal va a pedir es
adecuada o no para el menor al que se le va a aplicar. La nueva Ley se
convierte así en algo personalizado, que valora cada caso por
independiente y se ajusta a las necesidades del menor juzgado.
Una vez que los equipos técnicos valoren el caso y sugieran lo más
adecuado, el fiscal instruya y el juez indique la pena, queda la
aplicación de la misma. Competentes para ello son ahora las CCAA, y
aquí empieza la confusión mediática. Podemos leer casi a diario cómo
los responsables de las autonomías alegan falta de medios para poder
edificar y contratar el personal necesario para los Centros de Menores
donde se llevarán a cabo las medidas de seguridad impuestas a los
chavales. ¿Es posible que se haya aprobado una ley sin poner medios
físicos para ello? ¿Es real que las CCAA no tengan partidas
presupuestarias dedicadas a hacer cumplir la Ley, o realmente no hay
voluntad política para ello? "Creo que las dos cosas, aunque
cuando se necesitan medios para otras cosas sí aparece dinero. A mi
entender, falta voluntad política y aparte se escudan en que no tienen
medios", opina el Fiscal Jefe de León, Félix Herrero. Por su
parte, el Procurador del Común de Castilla y León -Defensor de los
Derechos Humanos de la Comunidad- prepara acciones sobre el terreno:
"Es de temer que los medios con los que actualmente cuenta la
Administración autonómica para la ejecución de las medidas acordadas
judicialmente no resulten suficientes. De comprobarse esta
circunstancia, así como la inactividad administrativa de cara a la
previsión de futuras actuaciones, adoptaré las resoluciones oportunas
para contribuir a que el órgano administrativo competente corrija, en
la medida en que sea posible, tales deficiencias".
Una de las acciones legales que avivó la polémica en las calles y el
motivo número uno de que llegase el tema a la opinión pública es la
salida de las cárceles de más de cien menores que estaban en prisión
preventiva, en espera de juicio, o cumpliendo penas en la cárcel. Sin
tener en cuenta el delito cometido por cada uno de los jóvenes, todos
quedaron en libertad, lo que causó alarma social y un rechazo a la
nueva Ley, principalmente por parte de los familiares de las víctimas y
de diferentes asociaciones. Esteban Ibarra, presidente de Movimiento
contra la Intolerancia, señalaba en esos días al semanario Tiempo que
"Todos estamos por la rehabilitación. Pero me parece que el nuevo
texto es injusto con las víctimas. Se basa en el interés superior del
menor, pero no puede ser que un padre a cuya hija han matado, no pueda
ejercer la acusación particular en el caso".
Los beneficiarios de la nueva Ley
La excarcelación de estos menores se debió a la laguna
legal que se produce al pasar de una ley a otra: "Estos menores,
antes de que entrara en vigor la Ley, estaban enjuiciados como si fuesen
mayores y por lo tanto estaban en prisión preventiva o cumpliendo pena
en prisión. Como conforme a la nueva Ley no se les puede tener en
prisión preventiva más que dos o tres meses, ni pueden cumplir penas
en prisión superiores a cinco años, todos los que ya habían rebasado
el límite tuvieron que salir. Ni más ni menos. Por la pura práctica y
mecánica de la aplicación de la Ley", aclara el Fiscal Jefe.
Ahora los procesos tienen que solucionarse más rápido, y por tanto no
volverán a dar lugar a estos casos que surgen del acople entre un
procedimiento antiguo y otro nuevo. Y como punto final, pero más
olvidado que nunca, está el objetivo de la Ley, que persigue reinsertar
más que castigar. Es por ello que se aplica a los que cometen el delito
siendo menores y no habla de penas, sino de medidas de seguridad. Como
cada caso es personalizado, éstas pueden ir desde el internamiento en
un centro en el que va a desarrollar actividades educativas, hasta
realizar trabajos para la comunidad, o vivir en su propia casa y
permanecer vigilado por un guardia de seguridad. Con ello se pretende
bajar definitivamente ese porcentaje del 80% que son los jóvenes que
recaen en la delincuencia al salir de la cárcel. Leyes similares ya se
están aplicando en Europa con muy buenos resultados, según confirma
Félix Herrero "En Alemania, por ejemplo, ha descendido muchísimo
la delincuencia de los menores. O sea, que funciona el sistema. Pero si
esa medida se aplica donde casi ni existen agentes de libertad vigilada,
como es España, pues el resultado no será el mismo. La medida se
impondrá porque es la que establece la Ley, pero el resultado variará
siempre en función de los medios que existan para cumplirla". Los
que pueden realizar acciones para solucionar esta falta de medios ya se
ponen manos a la obra. El Procurador del Común de Castilla y León nos
informa: "He iniciado una actuación de oficio sobre los menores
desprotegidos e infractores en Castilla y León. En relación con estos
últimos estoy llevando a cabo, entre otras cosas, las gestiones de
investigación oportunas con la Administración autonómica, a fin de
determinar los medios existentes y las actuaciones normativas
realizadas, o prevista, para asegurar la ejecución de las medidas
adoptadas por los órganos judiciales competentes, al amparo de la Ley
Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal
de los menores".
Con todo ello parecería que estamos ante una ley apresurada, y surgen
dudas sobre dónde salió la ocurrencia de cambiarla. La respuesta está
en la UE, ya que todos los derechos del niño y los derechos humanos a
los que se ha adscrito hacen variar las leyes de todos los países
miembros que no sean acordes a esos tratados internacionales. Y de prisa
nada, ya que esta Ley tuvo mucho consenso parlamentario de todas las
fuerzas políticas y lleva publicada desde enero de 2000, lo cual dejó
un plazo de un año para la preparación de toda la infraestructura.
De modo que nos encontramos ante una ley teóricamente perfecta y
prácticamente inaplicable, donde todas las partes tienen algo que
decir. Plagada de dudas como en qué centros inexistentes se internará
a los menores, de qué servirá la Ley sin medios, o si las víctimas
han perdido sus derechos, la Ley del Menor pone a los españoles ante
una única pregunta: ¿reeducar o castigar? La primera respuesta se
espera por parte de una plataforma ciudadana de víctimas de delitos,
que pedirá la modificación de la Ley del Menor. ∆
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