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MI VIDA ES MIA: MUJERES COMPLEJAS

JOANA BONET
Texto: Elena F. Vispo / Fotos: Gloria Rodríguez

JOANA BONET

Hace tres años, la revista Marie Claire invitó a las mujeres a hablar de sí mismas. La excusa fue una nueva colonia, y el invento se llamó Premio Contradiction de Literatura Personal. De aquella primera experiencia se publicó un libro, Mi vida es mía. En la tercera edición han animado también a los hombres a sincerarse.

 

 

 

"La belleza es subjetiva, mestiza e imperfecta, y en ningún momento tiene que convertirse en una obsesión. Pero a veces hay casos extremos y atroces, como las anorexias o las bulimias"

 

 

 

"Hay que humanizar la sociedad. Y de eso las mujeres sabemos un poco, porque siempre hemos sido las diplomáticas de la vida cotidiana"

 

"Tenemos que cumplir demasiadas expectativas que nos alejan de lo que somos. Necesitaríamos que el día tuviera 48 horas para conseguir todo lo que hoy está vinculado con la imagen del éxito, que tiene que revisarse por completo"

 

"No queremos estereotipos para nadie, también se está confeccionando una nueva identidad masculina"

 

 

 

"La intimidad de la mujer pide a gritos un nuevo discurso, que se tiene que sustentar con las experiencias directas de las mujeres"

 

 

 

"Ésta es una revolución del ser humano, la revolución del yo; pero falta mucho para que el sexo no sea la principal característica de nuestra identidad"

 

"La figura del hombre redentor, salvador, el príncipe azul, es un mito que tiene que caer"


Maldito don el de la mujer, ése de pensar un poco más de lo saludable, y, ya puestos, maldita la cadena de oscuridad que la ha mantenido atada por espacio de tantos años y que hoy juzga cada movimiento de mujer como contradicción (...) porque parece que hay que ser coherente, no sé con qué si no hay nada inmutable".

Esta entrevista se ha hecho a tres bandas. Yo por un lado; hago las preguntas. Por el otro, Joana Bonet, directora de Marie Claire, responde. El tercero en discordia es el libro, que está presente en la conversación como un personaje más. Mi vida es mía, coescrito junto con Anna Caballé, es una selección de los 2.363 trabajos recibidos para el Primer Premio Contradiction de Literatura Personal. Muchas mujeres, en realidad, que me han contado su vida en letra impresa y miran ahora por encima de mi hombro como diciendo: "a ver qué escribes". Muchas y variadas. Una madre feliz que cuenta su parto. Una colombiana que vive en España con un marido explotador. Una chica que ha superado la anorexia. Una ex-prostituta. Una ejecutiva agobiada. Un ama de casa. Un muestrario de experiencias, desde la carcajada a la lágrima, en las que se ve que no hay una mujer vulgar. Y que no somos tan diferentes.

"Para lo que es mi biografía no creo que se inspire una fragancia, pero pensé todas las mujeres tenemos derecho a ser oídas y en este caso leídas".

-Desde hace tres años convocáis el Premio Contradiction de Literatura Personal. ¿Tiene la mujer necesidad de hablar de sí misma y, sobre todo, de que se la escuche?
-Exacto. Nosotros creemos que la intimidad de las mujeres no está escrita. En general, en la historia de la literatura se ha ahondado más en causas exteriores y sobre todo en las últimas dos décadas se ha hablado del fenómeno socioeconómico, familiar... Pero la intimidad de la mujer pide a gritos un nuevo discurso, que se tiene que sustentar con las experiencias directas de las mujeres. Yo estaba un poco cansada de tanta bibliografía realizada por el más prestigioso psicólogo, sociólogo/a, periodista... Es decir, por estupendos expertos que casi reducían la experiencia de la mujer a casos médicos. La literatura del yo, que conecta con la revolución del yo, está absolutamente pendiente, tanto la masculina como la femenina.

"He conseguido una vida familiar plena, mi trabajo me ha colmado en numerosas ocasiones, he mantenido mi habilidad para superar pequeñas dificultades diarias, los viajes me han renovado. Otras inquietudes que latían en mi interior se fueron apagando poco a poco en la complicada realidad cotidiana".

-¿Las mujeres necesitan "salir del armario", en el sentido de mostrar su auténtica naturaleza?
-Salir del armario, en definitiva, es tener la valentía de decir que no existe la mamá perfecta, no existe el príncipe azul, los ideales pertenecen a Hollywood y no a la vida real. Surgen tantas declaraciones novedosas que por eso decimos que las mujeres salen del armario, porque no se limitan al discurso previsto. Y en general la respuesta de muchos lectores y lectoras después de haber leído el libro suele ser "yo pensaba que estaba mucho más sola y no lo estoy" y también "a partir de ahora miro a todas esas mujeres de una manera diferente", porque hay pocas mujeres que tengan una vida normal.

"Es duro, pero mi hija no me quiere, supongo que me lo merezco, pues yo tampoco la quise a ella cuando nació".

-Contáis en el libro como uno de los primeros mitos que cayó fue la maternidad. ¿Cuántos tienen que caer aún?
-Yo creo que, en general, las mujeres han empeliculado mucho su vida. Está cargada de mitos infantiles, vinculados al eterno femenino. La figura del hombre redentor, salvador, el príncipe azul, es un mito que tiene que caer. El mito de la belleza tiene que encontrar también su sitio, que aún no lo ha hecho y es una fuente de problemas increíble que en su extremo más fuerte lleva a la anorexia. Y también hay cuestiones relacionadas con los roles, con que las mujeres somos más sensibles que los hombres y no tenemos ambición económica. Habrá de todo, ¿no? Habrá quien quiera vivir en el campo y quien quiera ser presidenta de Telefónica. A la nueva generación de mujeres independientes sí les interesa el poder, y además es muy positivo, porque una sociedad en la que el 51% de la población es femenino tiene que estar dirigida por ambos sexos.

"Y aquí estoy de nuevo, delante del papel, válvula de escape por excelencia".

-En estos diarios, muchas relaciones se enfocan desde el miedo a la soledad y, sin embargo, escribir es un acto íntimo, un refugio. ¿Es la soledad una enemiga o una aliada?
-De entrada creo que la soledad es masculina y femenina y, evidentemente, en la literatura personal es la principal aliada. Se escribe desde la soledad para ir hacia la comunicación, creo que más bien es una característica de género.
La soledad preocupa, y en general nadie quiere estar solo, pero eso no significa que la mujer que vive sola viva acompañada de un estigma, volvemos con el tópico de la solterona. En general, la soledad ha tenido que ser en los últimos tiempos aliada de las mujeres que han aceptado un compromiso profesional importante, porque todo no cabe. Aunque me duela confesarlo, en Mi vida es mía y en Contradiction hemos hecho acopio de muchas declaraciones de insatisfacción.

"Veintisiete años, todo por hacer, y ninguna posibilidad. O todas. No lo sé".

-¿Es la insatisfacción el mal del nuevo siglo?
-Sí. Tenemos que cumplir demasiadas expectativas que nos alejan de lo que somos, que no nos permiten conectar con nosotros mismos. Necesitaríamos que el día tuviera 48 horas para conseguir todo lo que hoy está vinculado con la imagen del éxito y del triunfo, que tiene que revisarse por completo. Valores como el altruismo, la bondad, la duda, no son valores contemporáneos, y yo creo que se tienen que conquistar de nuevo para no convertirnos en una sociedad de frustrados y frustradas.

"Ya no tengo edad para enamorar a poetas, ni cuerpo para servir de modelo a pintores..."

-La relación con el cuerpo aparece teñida de muchas cosas: culpa, falta de autoestima, miedo a la vejez... ¿Por qué esa falta de relación con nosotras mismas?
-Hemos sobrepasado los extremos. No niego el interés que tiene la mujer por la estética, pero para mí la moda tiene que formar parte del autoconocimiento, tener una parte lúdica, de juego, y dar buenos resultados. Pero de ahí a que nos enamoremos de una imagen que no nos pertenece, del mito de una belleza occidental y homologada, me parece un disparate. La belleza es subjetiva, mestiza e imperfecta, y en ningún momento tiene que convertirse en una obsesión. Y claro, a veces hay casos extremos y atroces, como las anorexias, las bulimias, las depresiones originadas a partir de una falta de conocimiento y de armonía con tu propio cuerpo. Creo que tenemos que simplificar más las cosas, hacerle caso a los clásicos con lo de mens sana in corpore sano; y no obsesionarnos con el artificio.

"Estoy durante 24 horas al día tan pendiente de lo que ellos quieren, pueden querer, necesitan, o les puede gustar, que ya he perdido mi propio yo".

-Socialmente se va asumiendo el papel femenino, pero queda que la mujer se acepte a sí misma.
-Es que la gran revolución pendiente es de puertas adentro, es la de la intimidad. Y nosotras no podemos hacerlo todo solas. Si no co-educamos juntos, hombres y mujeres, si no invertimos emocionalmente a la par, es imposible que podamos cargar con todo. Y falta mucho, hay que humanizar la sociedad. Y de eso las mujeres sabemos un poco, porque siempre hemos sido las diplomáticas a la sombra de la vida cotidiana. La política está aún deshumanizada, no se habla de guarderías, ni de problemas reales de la adolescencia, no sólo las drogas necesitan una campaña de publicidad. La falta de comunicación entre padres e hijos, la fama y el dinero como valores universales son grandes problemas que tenemos para ser un poco más felices.

"B. tiene sus propios problemas y está preocupado. Por supuesto en su vida hay muchas cosas que yo desconozco".

-Después de dos ediciones de Contradiction, habéis abierto el concurso a los hombres. ¿Por qué?
-Porque no queremos estereotipos para nadie, pensamos que también se está confeccionando esa nueva identidad masculina. Pero la denuncia hacia las actitudes machistas ha marcado la visión que tenemos de los hombres. Es más, parece que a las mujeres sólo nos interesa de los hombres aquello que tienen para satisfacernos. Y el hombre, en sí mismo, es tan interesante como la mujer; o más, no sé. Hay muchos recovecos de su intimidad que se están transformando y que desconocemos. Por ejemplo, los libros de maternidad sólo dedican un párrafo al padre. Creo que es imprescindible que los hombres, sin coacción y sin estar a la defensiva, nos cuenten cómo se sienten en este nuevo reparto de responsabilidades, de obligaciones, en el nuevo reparto sexual, que les habrá movido cantidad de esquemas. Sin tópicos.

"He perdido la necesidad de maquillarme y me veo más bella que nunca y mi perfume es el de las plantas silvestres y el que deja la lluvia sobre la Madre Tierra".

-¿El próximo paso es redescubrir a la persona, más allá de su sexo?
-Sí, al ser humano. Pero para esto no tenemos que estar en guerra, y yo considero que cuando casi cada semana muere una mujer a manos de su marido, estamos aún en tiempo de guerra. Ésta es una revolución del ser humano, la revolución del yo; si no, no se entiende. La revolución de las mujeres ha sido la más importante del siglo XX, y la más pacífica; pero de ahí a que el sexo no sea la principal característica de nuestra identidad, creo que falta mucho.

"Apuesto por vivir y por el compromiso activo por la vida(..) Decido vivir en la confianza y no el miedo, en la liberación y no en la culpa".

"Sigo avanzando en mis decisiones y tomando mi vida en mis manos". ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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