A este personaje no le
bastan las buenas intenciones, sólo cuentan hechos. Hay que movilizar todos
aquellos recursos a nuestro alcance para construir una sociedad más justa y
más humana.
"En España hay
empresas que producen material que luego puede ser utilizado, según en qué
países, como material de tortura"
"La mayoría de las
denuncias de torturas y malos tratos que recibe Amnistía Internacional de
España parten sobre todo de inmigrantes que son sometidos a malos tratos a
manos de policías locales."
"El hecho de ser un
mero profesor de inglés no es excusa suficiente para decir "no puedo
hacer nada". Quien diga eso se está lavando las manos y en muchos
casos se convierte en cómplice."
"China ejecuta del
orden de 1500 personas al año y pronuncia anualmente unas 3000
condenas."
"Está aún pendiente
el esclarecimiento completo el caso de Antonio Fonseca Méndes, en Canarias,
aquel inmigrante de Guinea Bissau que fue golpeado y que murió bajo
custodia policial."
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Texto y foto: Lupercio
González
Recientemente la ciudad de Gijón se convirtió por unos días en la
capital de los Derechos Humanos de nuestro país, al acoger la XXVII
Asamblea General de la Sección Española de Amnistía Internacional. En
ella se ha hecho un balance de la gestión de la organización española y
se trazaron los objetivos futuros.
Andrés
Krakenberger, traductor y profesor de inglés, fue desde el año 1996
hasta marzo de 2001 presidente de Amnistía Internacional de España.
Denuncia la acomodada situación que vive la sociedad española, que no
acaba de reaccionar ante la vulneración de los derechos humanos, no sólo
en nuestro país sino también en otros rincones de nuestro planeta.
"La sociedad española -señala Andrés Krakenberger- está muy
concienciada ante los crímenes que perpetra ETA, pero no lo está
respecto a otras situaciones que afectan a los derechos humanos, como
puede ser la tortura".
-¿Amnistía Internacional recibe muchas denuncias sobre tortura?
-La mayoría de las denuncias de torturas y malos tratos que
recibe Amnistía Internacional de España ni siquiera parten del entorno
de ETA, sino sobre todo de inmigrantes que son sometidos a malos tratos,
con claros tintes racistas, a manos de policías locales. Son muy pocos
los casos que llegan a los tribunales y aún menos los que llegan a
sentencia firme; los pocos que llegan, suelen tener unas condenas
nominales y las víctimas reciben unas compensaciones irrisorias. También
hemos observado que muchas personas condenadas en firme por el delito de
torturas, no sólo no son separadas del servicio sino que incluso son
promocionadas. Toda esta suma de cosas produce un clima de impunidad.
-¿Gozan de buena salud los derechos humanos en nuestro país?
-Lo que está claro es que el derecho a la vida es violado con
bastante frecuencia por ETA. Los grupos afines a ETA están embarcados en
una campaña de intimidaciones. Paralelamente, hay 51 grupos de Amnistía
Internacional en todo el mundo que se están dirigiendo a los tres
interlocutores que en su día nombró ETA para negociar con el gobierno
español, y les están diciendo que pongan fin de forma inmediata e
incondicional a esa campaña de intimidaciones, de atentados con
resultados de muerte, etc.
Además está el problema de la tortura con sus derivaciones. La impunidad
y la complacencia que tiene la gente con la tortura se manifiesta de
muchas maneras. El informe que publicamos en diciembre pasado sobre
videojuegos que promueven la tortura, donde se enseña literalmente a los
niños a torturar, tuvo bastante repercusión en los medios de
comunicación.
-Son preocupantes las situaciones dadas, por ejemplo, en El Ejido
(Almería) o en Lorca (Murcia), donde los Derechos Humanos están siendo
pisoteados. ¿Cómo afronta AI estas situaciones?
-Nosotros, para empezar, no somos una organización que se ocupe
de la cuestión de la inmigración per se. Otra cosa es el
tratamiento que reciben muchas de estas personas una vez que están bajo
custodia de las autoridades españolas. Te puedo citar casos, de todos
conocidos, de cómo estos inmigrantes son repatriados en condiciones que
no respetan los derechos básicos. Se les mete en los ferrys, en
situación incluso de carga más que de personas, y con pocas
posibilidades de huida si hubiera un problema y el barco se hundiera. Esto
lo hemos denunciado nosotros.
Por otra parte, sucede que la mayor parte de los casos de malos tratos y
torturas que se denuncian en España ante Amnistía Internacional, son
provenientes de inmigrantes. Muchos de esos malos tratos proceden de
policías locales, y a veces, con claros tintes racistas.
-¿Algún caso en particular?
-Por ejemplo, el caso de Benaissa Belaouni, un ciudadano marroquí
que ha presentado una denuncia contra seis agentes de la policía
municipal de Madrid. Lo que denuncia es que en el momento en que fue
descubierto vendiendo CD's piratas, fue perseguido por seis agentes hasta
un callejón oscuro. Allí se turnaron para pegarle con las porras, darle
patadas, puñetazos... Continuaron golpeándole incluso después de que le
hubieran llevado esposado a la comisaría de Chamberí. Y esto continuó
hasta la llegada de un agente de la policía nacional, quien les dijo a
los municipales que se fueran del lugar. Las lesiones que padecía
Benaissa Belaouni le impedían caminar temporalmente. El informe médico
hace referencia a señales de golpes en el tronco, en la pierna izquierda,
en la zona de los riñones, en los codos... El Cuerpo de la Policía
Municipal también informó de que dos de sus agentes habían resultado
lesionados en el curso de la detención y el Ayuntamiento de Madrid, al
parecer, ha abierto una investigación del caso. Estamos a la espera, pero
nos inquieta esta pauta de impunidad efectiva que se da.
Está aún pendiente el esclarecimiento completo del caso de Antonio
Fonseca Méndes, en Canarias, aquel inmigrante de Guinea Bissau que fue
golpeado y que murió bajo custodia policial. En este caso hicieron hasta
una tercera autopsia, que al final no lleva a ninguna conclusión. El
propio ministro del Interior dijo al Congreso que no había, según él,
pruebas de malos tratos policiales. Nosotros expresamos nuestra
preocupación porque el ministro del Interior hiciera esa declaración
precisamente mientras se estaba realizando la investigación judicial.
Hasta la fecha de hoy no hay esclarecimiento de lo que ocurrió.
-¿Qué otras cuestiones destacarías?
-El del comercio de la tortura. En España hay empresas que producen
material que luego puede ser utilizado, según en qué países, como
material de tortura. Recientemente hablamos de la empresa Larrañaga y
Elorza en Eibar, en el País Vasco. Esta empresa produce grilletes y
esposas. Quiero dejar claro que no nos pronunciamos contra la producción
y la comercialización per se de determinados artefactos de
inmovilización, porque hay situaciones legítimas para su uso. Es lícito
que un funcionario, encargado de hacer cumplir la ley persiguiendo a un
delincuente, en una determinada situación inmovilice al sujeto y que lo
haga siguiendo las normas de Naciones Unidas sobre detenciones. El
problema se plantea cuando ese material se exporta, bien directamente o a
través de intermediarios, a países en donde el historial de violación
de derechos humanos es tal, que puedes estar absolutamente seguro de que
no se usa para inmovilización, sino para tortura.
-¿Cuál es la contribución española para que se resguarden los
derechos humanos, al menos en los países de su entorno?
-Nuestro plan de acción está precisamente enfocado hacia países de
nuestro entorno porque es donde más podemos influir. Pero además, gran
parte de la acción de la sección española de AI está enfocada también
hacia países de Latinoamérica. A su vez eso lo complementamos con una
fuerte participación en esta campaña mundial contra la tortura, por un
lado y contra la impunidad por otro. Estamos absolutamente convencidos de
que cuando exista un Tribunal Penal Internacional, bien dotado de medios y
sin las limitaciones que va a tener en un principio, los coroneles
argelinos se lo pensarán mucho antes de perpetrar las barbaridades que
hacen.
La sección española de AI está en una constante campaña de
información. En ese sentido, los medios de comunicación sois
absolutamente vitales para que la sociedad no se dé la vuelta ante
fenómenos como la tortura o la pena de muerte. Ahora mismo, está el caso
de Joaquín José Martínez, que puede volver a ser condenado a muerte si
su familia no consigue reunir el dinero necesario para un abogado con
garantías. Desgraciadamente así es la situación en Estados Unidos. Si
te puedes pagar un buen abogado no te condenan a muerte, y si no te
condenan a muerte, así de claro. También está el caso de Pablo Ibár,
otro ciudadano español en Florida, que es sobrino de Urtaiz. Está
además el caso de Navil Manakli, que es un ciudadano español de origen
sirio condenado a muerte en Yemen.
-¿Qué está haciendo AI para sensibilizar más a la sociedad?
-Básicamente estamos haciendo este tipo de denuncias. No deja de ser
curioso que en esta sociedad tan acomodaticia, haya tenido mucho más
impacto nuestro informe sobre videojuegos que cualquiera de nuestras
denuncias concretas de casos de tortura, con nombres y apellidos. Esto es
debido, quizás, a ese falso distanciamiento que tiene la gente ante estos
problemas, porque el videojuego lo tienen en casa y en cambio ese tal
Pablo Ibár está en Florida. Hay mucha labor que puede hacer una persona
normal. ¿Qué puedo hacer yo, que soy empleado de banca, contra la pena
de muerte en Estados Unidos? Hay mucho que puede hacer. AI en concreto, y
otras organizaciones también, aportan instrumentos para ello, como por
ejemplo las acciones urgentes. Cada uno puede escribir desde su casa para
pedir que determinada persona no sea ejecutada, no sea torturada, etc. Por
lo tanto, medios para que cualquier personas normal pueda participar, hay
de sobra.
-Del informe del 2000 de AI, ¿qué balance podríamos hacer?
-Es un balance de claroscuros. En el lado positivo, puedo decir
que la lucha contra la pena de muerte va bien. Cada año hay tres o cuatro
países que van aboliendo la pena de muerte, y ahora mismo son más los
países abolicionistas que los retencionistas. Y no sólo eso, sino que
entre los retencionistas, de los 98, los cuatro o cinco primeros se llevan
el 80% de las ejecuciones, entre ellos China, que es el país que más
ejecuciones realiza. China ejecuta del orden de 1500 personas al año y
pronuncia anualmente unas 3000 condenas. En Estados Unidos se están
ejecutando del orden de ciento y pico personas al año, pero de EEUU
recibimos más información que de China.
En cambio en el tema de la tortura, a nivel mundial vamos muy mal. Cada
año son más los países de donde se reciben denuncias y cada vez vemos
más conformismo con la tortura.
-Trabajar en AI ¿qué te ha aportado?
-Me ha brindado la oportunidad de demostrarme a mí mismo que yo
puedo hacer cosas, tales como por ejemplo, conseguir traer de Colombia a
defensores de derechos humanos amenazados de muerte y tenerlos aquí, y
ver cómo desde aquí ellos pueden trabajar para mejorar la situación en
su país. Ver también cómo las acciones que yo pueda hacer aquí
contribuyen a que el Gobierno español coadyuve en casos como el de
Joaquín José Martínez. Ver como nuestras denuncias, junto con las de
otras organizaciones, sobre la transparencia en el comercio de armas,
sobre el comercio de material de tortura, pueden ir cambiando la realidad
poquito a poquito. Qué duda cabe que si fuera yo el presidente del
Gobierno, tendría más medios para llegar a esos fines.
En fin, me ha enseñado que el hecho de ser un mero profesor de inglés no
es excusa suficiente para decir "no puedo hacer nada". Eso no es
verdad. Quien diga eso se está lavando las manos y en muchos casos se
convierte en cómplice. ∆
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