Escritor y periodista sin
pelos en la lengua. Presentador del programa "Los libros" cada
lunes en La 2. Apasionado de Latinoamérica y, especial, de Cuba.
Risueño. Canario, residente en Madrid y viajero empedernido. J.J. Armas
Marcelo maneja con la soltura con que fuma un puro o desgrana las
noticias, intentando averiguar qué hay más allá de la información
visible.
"Todas las
revoluciones son necesarias, pero luego se fosilizan y se convierten en
religiones integristas"
"No creo en las
razas. Las razas son una mentira que se evidencia en la piel, pero nada
más"
"Los enemigos de la
libertad están emboscados en todos los lados"
"Los nuevos poderes
están en la información y en la mujer"
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Acude a dar
una conferencia, y de inmediato se destacan en el escritor dos peculiaridades:
su extraordinario buen humor y su mente crítica, con que analiza el tema
que va a desarrollar, El poder y la información.
-¿Cómo distingues la información con el sello del poder, de la
información independiente?
-Información independiente no hay ninguna, no seamos cínicos.
Porque tú no escribes contra tu revista, porque hay unos límites a la
información y a la libertad de información que se los impone el mismo
periodista. Por ejemplo, El País es independiente, ¿independiente de
quién?, de Polanco no es independiente. Es decir, siempre hay un dueño
del orden en la información. Por tanto, hay que procurar ser lo más
libre posible.
-En tu conferencia apuntabas que la mujer es la más informada, la que
más lee, la que más se interesa por la cultura...
-La mujer es la que más voluntad tiene de información en estos
momentos. Es un poder en ascenso, precisamente porque viene obligada por
la información a detentar un conocimiento que nunca tuvo históricamente,
y eso es lo que le depara también la libertad.
-Has declarado en diferentes medios de comunicación que contra la
información del poder la mejor terapia es la risa, ¿de qué te ríes
tú?
-Es que hay muchas veces que contra todo poder la terapéutica
más divertida es la de decir: 'mira lo que dice éste'. ¿O no crees que
hay mucha gente en el poder que dice muchas payasadas? Y lo mejor es
reírte un poco. ¿Te acuerdas cómo se llamaba el Ministro de Cultura de
Felipe González hace tantos años? Ya no se acuerda nadie. Porque el
tiempo pasa para todos y el poder también se quema en su propia historia.
En realidad estos personajes se creen importantes porque ostentan un cargo
y no son más que superiores administrativos durante una temporada.
Después, si no son más que eso, se hunden otra vez en el anonimato y en
la nada.
-Diriges y presentas un programa en La 2, "Los libros".
¿Cómo convences a alguien para que lea un libro que te gusta?
-Trato por todos los medios de transmitirle que lo que yo estoy
diciendo es verdad, y por tanto no lo estoy engañando. Pero tampoco hay
una exigencia de que debe leer tal cosa. Simplemente yo sugiero un libro,
de la misma manera que mis amigos me recomiendan un restaurante nuevo que
es estupendo. Y si se consigue un solo lector por programa, ya me daría
yo por bien retribuido.
-Hablando de libros, muchos de los tuyos tienen a Cuba como escenario.
¿Qué te seduce de ese país?
-Todo, y al mismo tiempo rechazo muchísimas cosas. El sistema
político, por ejemplo, porque yo rechazo todo lo que es absoluto . Lo que
más me gusta de Cuba es su falta de pureza en la concepción de las
cosas. Lo que más me interesa son los veintiochomil mestizajes que ha
procurado esa nación, esa isla, esa ciudad de La Habana, que es Estambul
en el Caribe, por decirlo de alguna manera.
-Me hablabas de la política de Cuba, ¿fue necesaria la revolución
cubana?
-Sí, pero es innecesario que se haya quedado tanto tiempo Fidel
Castro. Las revoluciones son todas necesarias, pero luego se fosilizan de
tal manera que no permiten ni siquiera que se mueva nadie. Se convierten
en religiones integristas más que en revoluciones.
-¿El embargo norteamericano actúa en contra o a favor del sistema
político de Fidel Castro?
-El embargo americano está beneficiando al régimen de Fidel
Castro y perjudicando al pueblo de Cuba. ¿Y por qué beneficia al
régimen de Fidel Castro? Porque perjudica al pueblo de Cuba. Porque a
estas alturas, la inmensa mayoría del pueblo de Cuba -yo te lo puedo
asegurar- no tiene nada que ver con Fidel Castro. Pero desde luego, el
embargo americano le sirve al dictador de justificación moral para
continuar con sus abusos y además diciendo que está haciendo una guerra
santa. De paso mata de hambre a un país que no sabe cómo quitárselo de
encima, ¡vaya una manera de ayudarlo! Y es que a los gringos les interesa
que no se caiga, fíjate lo que te digo.
-¿Por qué?
-Porque les interesa que todo el mundo vea el ejemplo de lo que no
se puede hacer. Lo que dicen ellos es: "cuidadito conmigo porque si
ustedes se portan así, van a terminar como estos". Eso es lo que
hacen exactamente.
-¿España se sigue sintiendo el padre protector de América Latina?
-No, no tiene por qué sentirse el padre protector ni la madre
patria. Ni creo en las patrias, ni en las protecciones. Lo único que te
digo es que las vinculaciones sentimentales, históricas, de recuerdos, de
sensibilidades... provocan complicidades y cercanía.
-Como antes decías, eres gran defensor de la mezcla de razas ¿Crees
que los españoles somos racistas?
-Yo no creo en las razas, las razas son una mentira que se
evidencia en la piel pero nada más. ¿En comparación con quién somos
racistas los españoles? Porque todo es Einstein, todo es relativo.
Seguramente los vascos o nacionalistas sí son racistas, en comparación
con los leoneses. ¿Pero qué le vas a decir a un andaluz, si tiene siete
siglos de arabismo? Tú me dirás cómo se puede ser racista hablando una
lengua que es mil veces mestiza, porque la lengua que estamos hablando
nosotros es mestiza, por eso ha sobrevivido y por eso se expande, porque
el mestizaje se expande. La pureza de la lengua vasca y todas esas
tonterías se caen solas, como no les eches miles y miles de millones de
pesetas encima para aguantar la mentira.
-Parece necesario un cambio en la sociedad, y para ti lo más similar
sería la revolución del 68, cuando te licenciaste en Filología
Clásica, ¿qué recuerdas de entonces?
-La música, la rebelión, el colmillo retorcido de revolverte
contra las injusticias en donde quiera que ocurran, el sentirte
independiente, haberte liberado sexualmente desde jovencito de un montón
de cosas. Todo eso lo hizo esta generación.
-¿Crees que en nuestro país quedan movimientos tan comprometidos?
-No. El compromiso es ya un compromiso personal. Cuando hay un
movimiento comprometido, desemboca en una ONG que termina pidiéndole
dinero al estado para comprometerse. Yo ya no creo que aquello sea posible
en estos momentos. Al contrario, ahora somos nosotros los que tenemos que
movilizarnos con nuestra memoria para seguir comprometiéndonos contra el
nazismo, contra el terrorismo, contra el racismo... porque los movimientos
alemanes de neonazis están ahí y eso ya es la tercera vez que ocurre en
la historia. Ahora se han puesto impedimentos en la UE, pero hay que
luchar. Los enemigos de la libertad están emboscados en todos los lados,
pregúntale a Fujimori.
-Para cambiar esta sociedad, ¿hay que meterse en política, en
religión, o sería necesaria una nueva revolución?
-Una revolución hecha de reformas acumuladas, y una conciencia de
convivencia y tolerancia sería la gran revolución. Pero no se puede
hacer con sangre, mija, porque una revolución que se hace con
sangre, al final hay que ponerle cualquier tipo de guillotina y eso es
malo. La consecuencia es que es muy difícil en estos momentos, sacar
adelante una conciencia para el siglo XXI. Es posible que eso surja a
partir de las facilidades de las altas tecnologías, de nuevos poderes. No
lo sé, pero en la actualidad el momento de confusión es muy grande.
-¿Qué nuevos poderes ves en el horizonte?
-Los políticos no, los nuevos poderes están en la información y
en la mujer. Y, naturalmente, hablando de poderes políticos, no olvidemos
que los chinos son muchos miles de millones. ∆
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