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LAS
RECETAS DEL CUÑAO
Eres el visitante
Tranquilos... entrad de uno en uno...
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Ingredientes
( como pá 4 personas) :
3/4 de kg de fabes (de la Granja) 300 grs de almejas • azafrán
• laurel • perejil • cebolla • aceite y sal. |
FABES
CON ALMEJAS |
Mi
compañero de trabajo, Mario, que ye asturianu, me dio esta
receta un día de depresión:
-Pues yo lo tenía todo: dinero, una casa maravillosa, un coche cojonudo,
el amor de una mujer fabulosa... y de repente, POM! todo se fue al
garete.
-¿Qué pasó?
-Mi mujer lo descubrió.
Comenzamos poniendo las fabes a remojo la noche anterior en agua fría.
Al día siguiente las pasamos a una cacerola, con un buen trozo de
cebolla, un diente de ajo, una rama de perejil, un poco de laurel y el
aceite crudo.
Pero a Mario le conocí en la mili, concretamente en la Marina. Nada
más entrar me dijeron que le distinguiría rápidamente en el
submarino, porque era el único que llevaba puesto el paracaídas, pero
en realidad se pasó toda la inmersión aguantando la respiración... Lo
pasó mal en la mili, no era lo suyo. Un día disparó un tiro al aire y
no falló.
Cubrimos las fabes con agua fría. Cuando rompe el hervor se separan un
poco, bajamos el fuego, y se dejan cocer lentamente, un poco destapadas
y cubiertas de agua para que no se suelte la piel. En el caso de
necesitarlo se les añade agua poco a poco.
Sí, Mario era un poco "especial".. recuerdo cuando se compró
el coche al poco de licenciarse... se pasó todo el día dando vueltas a
la manzana en su coche nuevo porque no sabía cómo apagar el
intermitente.
En otra cazuela ponemos las almejas, bien lavadas y con un poco de agua.
Las ponemos al fuego y, según se van abriendo, las pasamos a otro
recipiente.
Al poco Mario se casó... (recuerdo que era el día de "San
Calentín", como él decía) y su mujer también tenía lo suyo. Un
día se acercaron al médico. Tras examinar a la mujer, el médico le
dice:
-La verdad, es que no me gusta el aspecto de su esposa.
-Ni a mí, pero es que su padre es rico...
Abiertas las almejas, se les quita una de las cáscaras y se agregan a
las fabes cuando estén casi cocidas. El jugo de cocerlas se filtra por
un paño fino y se añade a las fabes (enfriándolo previamente).
Ponemos un poco de azafrán ligeramente tostado y el pan molido, unimos
todo bien y se sigue cociendo muy despacio otros diez minutos. En ese
momento se sazonan de sal y se retiran del fuego, dejándolas reposar
unos momentos. Rico, rico (como dice el Arguiñano). Bueno, pues esto es
todo. Voy a visitar a Mario que está en el psiquiátrico, por esa
depresión que os contaba... Ahora cuenta historias como ésta:
Un día estaba haciendo un agujero en su jardín para plantar un árbol
y desentierra una lámpara mágica. La frota y le aparece un genio que
le dice :
-Te voy a conceder tres deseos, pero a tu vecino le voy a dar el doble
de lo que tú me pidas.
-Humm... mira, quiero una rubia que esté buenísima y que pese 65
kilos, que le des a mi vecino cien millones de pesetas, y que me des a
mí un susto que me deje medio muerto. / El Cuñao |
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