-Usted fue el primero en hacer una encuesta sobre el adulterio
femenino después del primer año de democracia en nuestro país. ¿Qué
descubrió en su momento?
-Primero que las mujeres se lo callan más que los hombres, y
segundo que había más de lo que yo pensaba. Pero mientras que para los
hombres adulterio consiste en consumar el asunto, para muchas mujeres es
algo más romántico. Para ellas adulterio era cogerse las manos o un beso.
-Si repitiera la encuesta a día de hoy, ¿sería muy diferente?
-Pues la verdad es que no lo sé. Yo creo que hay un movimiento
ahora con el PP de mayor miedo político, pero a su vez se dan
circunstancias nuevas, hay más tolerancia... No lo sé.
-De todos modos parece que socialmente la mujer se siente más libre
para expresarse, pero ¿cree que ha aceptado plenamente su sexualidad?
-¡Adiós!, qué pregunta más fuerte. Las que conozco yo, sí. Por
lo menos son más activas que antes. Las chicas proponen, una cosa que por
ejemplo no pasaba en mi época.
-También se afirma desde diferentes medios que las mujeres cada vez
tienen más influencia en su entorno. ¿La sociedad se está feminizando?
-No, yo creo que el poder sigue siendo masculino. Estaba pensando en
algunas cosas, como que hay más mujeres trabajando y tal, pero la
sensación para mí es que el poder todavía lo ejercen los varones.
-O sea que la feminización es algo que avanza poco a poco...
-Muy poquito a poco.
-En alguna ocasión afirmó que al sistema capitalista le pone
nervioso el aumento de mujeres en el poder. ¿Se teme este proceso?
-No, yo creo que puede haber mujeres tan capitalistas como los varones,
la prueba es que todo el mundo del consumo está muy dirigido a los aspectos
básicos de la mujer. Hace poco leí un artículo donde decía que el
feminismo se está convirtiendo en la capacidad de elegir consumos, y eso es
un poco triste.
-Precisamente el consumismo es un círculo donde nos encontramos todos
atrapados. ¿Encuentra la manera de romperlo?
-No, más que el no conformarse. No andar todo el día comprando
cosas tontas, sino vivir con cierta sobriedad y luego tener tiempo para
dedicarse a la política.
-¿Cree verdaderamente que con la política se podrían cambiar las
cosas?
-Es evidente. Exigiendo, dando la representación a quien se la
merece, quitándosela a quien no se la merece... Es que no tenemos más
armas que ésa.
-Cambiando de tema, en varios de sus libros usted afirma que
observando la realidad ha llegado a constatar que lo que pasa en nuestro
país antes ha sucedido en América ¿Qué queda del "Spain is
different"?
-Estados Unidos se ha convertido en nuestro modelo, aunque también
depende de las edades. Hay gente mayor que no se americaniza, pero los
jóvenes están muy influenciados. Basta escuchar la música, que genera
mucha americanización, u observar la manera de trabajar. Ahora, por
ejemplo, los contratos laborales son mucho más cortos, te pueden echar
enseguida...
-Aparte de consumismo y trabajo a destajo, ¿qué valores aporta la
americanización?
-Sobre todo aporta el individualismo, el hecho de que uno tiene que
componérselas por sí solo, que los lazos familiares se rompen pronto, y
que el mundo está organizado en base a personas, no en familias.
-Usted se declara un sociólogo pesimista, y la realidad parece darle
la razón, porque hay falta de valores, estamos bajo la amenaza del cambio
climático...
-...pero eso es debido a las redes políticas, no a las costumbres
de las personas. Todo es porque el que ejerce el poder, especialmente el
económico, no tiene respeto por los límites del crecimiento. Y la gente no
tiene fuerza contra los poderes. Lo que hay es un gran déficit democrático
en el sentido de que las democracias están debilitándose. La gente vota
menos, participa menos y se está convirtiendo, no en ciudadano, sino en
consumidor.
-¿Dónde ha ido a parar toda esa energía inicial de la democracia?
-Se ha perdido mucho porque la gente está muy ocupada con su
trabajo, con sus deudas, con sus conflictos, apenas le da tiempo a
participar en política. Luego los políticos prácticamente son de la misma
manera, ya no hay mucha diferencia entre un programa de izquierdas y otro de
derechas, y ninguno se atreve con los grandes temas.
-En su último libro, "Manipulación Mediática", se sumerge
en el poder de las multinacionales de la información. ¿La democracia se ha
vendido a ellas?
-Hombre, lo que pasa es que está secuestrada más que vendida.
Secuestrada en el sentido de que cuando uno tiene que intentar dar una
información anti-poder le cuesta mucho trabajo. Por eso la receta universal
es que la gente tenga tiempo, energía y ganas de dedicarse un poco a lo
común, no solamente a lo individual y personal.
-¿Para el progreso del planeta, usted qué considera más necesario:
la conciencia global o la individual?
-Yo creo que aquí todos tenemos que ser ecologistas. Es el
movimiento más claro y el que ofrece mayores esperanzas. Yo creo que ya
casi todos los jóvenes son ecologistas y para mí ésa es una de las
esperanzas.
-Siguiendo con su libro "Manipulación Mediática" y el
poder de los medios de comunicación, ¿quién tiene la sartén por el mango
en España?
-Yo creo que la tienen los bancos, que son los que controlan la
mayoría de los medios de comunicación y, a su vez, se tienen una especie
de respeto mutuo. No se meten entre ellos, es muy difícil que los
periódicos ataquen los grandes conflictos industriales. Se dedican más
bien a meterse con los políticos, una especie de juego menor. Pero los
grandes intereses, como la razón por la cual los bancos triplican sus
beneficios de año en año o cómo nos sacan el dinero en las hipotecas, no
salen en prensa.
-¿Cree que todavía existe periodismo crítico e independiente o
está ya todo supeditado a intereses?
-Cada periódico puede hacer un poco de periodismo crítico bueno,
pero esa independencia que había antes en periódicos como El
Independiente y revistas como Diálogo o Triunfo, ya no la
hay.
-¿Cuáles son las señas de identidad de la verdadera información?
-No venderse al poder, esa es la básica. No ser demasiado amigo del
poder, y en ese sentido los periodistas se pasan el día comiendo con los
políticos, se van de copas con ellos... es decir, todos los follones de ser
amiguetes. Y cuando eres amigo del poder, no te metes con él.
-Con todo esto que me cuenta de estar atrapados en el consumismo, de
ser superficiales, con toda la responsabilidad que tenemos con la
naturaleza... ¿usted cómo ve el futuro?
-Yo lo veo bien porque la gente conoce lo que hay que hacer, lo
único que falta es energía para ponerlo en marcha. La gente no es
ignorante, no es tonta, solamente está muy ocupada en los problemas
individuales de encontrar trabajo, casa... Y la gran receta es tener tiempo
y mirar a lo común, no sólo a lo individual. ∆