Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

 

EL ALEPH

 

 

 

Nos es permitido elegir y decidir constantemente, tanto, que no podemos sino convenir que vivimos en libertad y que nuestra libertad se circunscribe a la posibilidad de mercadear libremente. Estúpido, pero efectivo.

aleph.jpg (11914 bytes)
ESTUPIDAMENTE LIBRES
POR JOSE ROMERO SEGUIN

Soy estúpidamente libre, y me alegro de saberlo, porque con ello desenmascaro en mí la estúpida idea de libertad que me inculcaron, y que yo mismo y por pura comodidad acuñé. Una libertad que es como una vacuna que te administran al comienzo de un sistema democrático y te pone a salvo de todos los virus, bacterias y parásitos antidemocráticos habidos y por haber. Y que a su vez, satisface y da respuesta a todos tus afanes sociales y dudas existenciales. ¡Olé!, ¡olé! y ¡olé!, y eso yo solito. Bueno, solito, solito no, de la mano de esos que han andado más que finos a la hora de arrearnos al redil. Porque ya se sabe, al menos en estas lides sociales y políticas sí, que colmado el deseo nos queda sólo la gratitud, acaso el amor, y cuando peor, pese a ser lo más habitual, la perruna fidelidad y el desafuero del fanatismo. Casos de estos los hay a millares, yo diría sin temor a equivocarme, que todos y cada uno de nosotros somos un particular caso de estúpida libertad andante. Y ojo, porque es endémico, contagioso, y triste, sobre todo triste, cuando no trágico. Y es que hay que ver la de injusticias, sufrimientos y abusos que acaso hemos infligido y justificado en nombre de esta estúpida libertad. La libertad de la que hablo va en nuestra boca como el látigo en la mano del carretero, siempre amenazante, siempre dispuesto a caer sin piedad sobre la espalda del que se aparta o desentiende de la línea de tiro y marcha.

La estúpida libertad de que tanto nos vanagloriamos no es sino la cadena que encadena las estupideces que nos atan y asfixia en el más amplio y profundo de los sentidos, el íntimo y el colectivo, es decir, espiritual o psíquico y social.
La libertad nace en la capacidad de elección y se hace patente y perfecciona en la de decisión, es por tanto, mucho más que la posibilidad de elegir, el deber de decidir, pues es por último la decisión quien la define y agota, como le ocurre por otro lado y dentro de la más estricta lógica a cualquier idea, que halla en la forma su universo particular y su particular forma de nacer y morir.
Pero sería aún más estúpido que esta estúpida libertad de la que disfrutamos, el pensar que la verdadera libertad reside sólo en elegir y decidir dentro de este comerciar crónico que nos aqueja, y este desvarío continuo de la lógica política y diplomática que no sirve sino para ir desplegando espacios de continuo desentendimiento. Pero si bien es cierto que la libertad es algo más íntimo y profundo, algo que nos define y distingue como individuos, no sería justo negar que a la hora de la verdad y como motor del pensar y, por tanto, del pensamiento que es, no tiene para bien o para mal otro ámbito de aplicación práctica y efectiva que el de la vida social, pues es en ella donde el ser humano se desarrolla y evoluciona como tal. Y es que no hay otra, por ello nuestra supervivencia y desarrollo pasa invariablemente por la capacidad que tengamos de organizarnos socialmente. Somos lo que somos, una pequeña mota de polvo, y lo somos, no por designio divino, sino por pura lógica cósmica, nunca una parte puede ser el todo. Ese todo que absurda e innecesariamente añoramos, sin detenernos a pensar que la magia de la vida no reside en nosotros sino en los otros, pues sin ellos no tenemos sentido de ser ni acaso razón de estar. Pero la idea de ser dioses nos atrae, y lo hace porque la hemos conectado directamente con la máxima de nuestra ambición, el ser sobre todas las cosas, el dominio absoluto, la supremacía de lo nuestro sobre lo de los demás. Todo cuanto nos rodea está lógicamente hecho a nuestra imagen y semejanza, también dios, y también la libertad, y es por ello estúpido intentar equipararla con la plural voluntad del cosmos, de la que nunca entenderemos sino hasta allí donde seamos capaces de alcanzar.

Puesto en claro el hecho de que la libertad es el más valioso instrumento de construcción social de que disponemos, por ser motor del pensamiento, tenemos la obligación de exigirnos, y el personal e intransferible compromiso de luchar por ella durante las veinticuatro horas del día de todos los días de nuestra vida. Porque es ello lo que nos va a hacer verdaderamente libres, y dará de verdad vida a la libertad, pues sólo así completa ella su ciclo existencial, es decir, amplia posibilidad de elección y firme compromiso de decisión. Hoy por hoy, tenemos más que nunca la sensación de que elegimos, y tal vez sea así. Y nos pasamos el día eligiendo y hasta decidiendo, pero sobre qué y para qué. Sobre cuestiones que poco o nada tienen que ver con la construcción social, sino con sus más abyectos vicios y desviaciones. Porque este elegir bastardo que se nos ofrece como campo de operación para nuestra libertad, no es producto de la casualidad, sino que está perfectamente planificado. Es decir, nos es permitido elegir y decidir constantemente, tanto, que no podemos sino convenir que vivimos en libertad y que nuestra libertad se circunscribe a la posibilidad de mercadear libremente. Estúpido, pero efectivo, y es que como dije en un principio, una vez colmado el deseo queda sólo la gratitud y demás vicios y tristes apegos con los que vamos consolidando un universo de dioses sobre todas las cosas, esas mismas cosas sobre las que luego nosotros, elegimos y decidimos en un alarde de estúpida libertad. ∆

 

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA