El
objetivo que hay detrás de todas las cosas es que el hombre sea un ser
consciente. Consciente de sus actos, de sus decisiones y de lo que todo
ello implica. |
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CUENTO INDIO XIV:
PLUMA DORADA
POR ELENA G. GOMEZ
Dice la
leyenda que un día, la diosa Madre estaba tan preocupada por la
confusión que vivían los hombres que decidió enviar un rayo a la
Tierra, y que éste, cuando descendió, se convirtió en una hermosa pluma
dorada.
Pluma dorada llegó a la Tierra y entró en la casa de un hombre poderoso.
Cuando éste la descubrió pensó que había sido un regalo de los cielos
y que la utilizaría para demostrar a todos que era él el elegido.
La colocó en una cinta sobre su cabeza y la lució orgulloso.
Pero Pluma dorada, consciente de que un hombre que ya se creía poseedor
de la verdad nunca la escucharía, partió.
El viento la llevó muy lejos a una tribu que vivía junto al mar. Cuando
los hombres la descubrieron quedaron hechizados por su belleza y creyeron
que quien la poseyera tendría su fuerza.
Ella trató de decirles por qué había descendido pero nadie la
escuchaba. Pluma dorada sabía que si un hombre no era capaz de creer en
su propia fuerza tampoco nunca sería capaz de comprender los caminos que
la fuerza utiliza. Una vez más se alejó.
Viajó por nuevos lugares y vio a muchas personas, y aunque todas
tenían costumbres, normas y formas distintas, en el fondo todos eran
iguales. Todos estaban perdidos y se movían de un lado a otro siguiendo
unas formas de vida que otros hombres, tan ciegos como ellos, habían
creado y que en realidad no sabían a donde les conducían.
Pluma dorada transmitía a la diosa Madre todo lo que veía, pero sentía
tanto dolor que cada día se apagaba un poco más su radiante color.
Después de algún tiempo los hombres empezaron a dudar de su poder y
empezaron a despreciar su belleza, hasta que la dejaron abandonada.
Pluma dorada pensó en regresar, pensó que no había cumplido su labor,
que la Madre la había enviado para mostrar un camino pero que nadie la
quería oír.
Cuando ya estaba decidida a partir tomó una decisión. No volvería hasta
que cumpliese su labor.
Entonces, se dirigió a la Madre y le pidió que la convirtiera en
mujer. Y así sucedió.
Dicen los ancianos que un día el Sol se ocultó y que una luz muy
poderosa nació en la tierra. Desde entonces en muchos lugares se aparece
una mujer de piel muy blanca y dorados cabellos, que desprende una luz tan
atractiva que nadie, ni niños ni ancianos, ni hombres ni mujeres, pueden
escapar de ella.
Dicen que ella les habla de un lugar distinto, un lugar donde los hombres
no desconfían, no tienen temor, donde todo el mundo puede hacer realidad
sus sueños, donde el Uno, el Todo, y las Partes están fundidas. Pero
sobre todo donde cada uno se sueña cada día, se renueva y cambia.
Les dice que no hay nada que no se pueda cambiar, que hay limitaciones que
están en cada uno pero que en realidad no les pertenecen y que cuando
así lo crean, y cuando lo quieran, dejarán de existir.
Y les enseña a escuchar la voz, porque ella dice que todos tenemos una
voz en nuestro interior que si la escuchamos nos dice lo que tenemos que
hacer para vencer tanto egoísmo e individualismo y cogernos de la mano de
la Unidad.
Porque el objetivo que hay detrás de todas las cosas es que el hombre sea
un ser consciente, consciente de sus actos, de sus decisiones y de lo que
todo ello implica.
Les dice que cuando el hombre sea consciente dejará de hacer daño a la
tierra, dejará de estar prisionero de sus propias creaciones y
comprenderá que en realidad hay que ver la vida como un gran viaje.
Y en este viaje no debemos tratar de poseer ni retener nada ni a nadie,
porque todas las cosas y todas las personas son libres.
Y dice que cada uno debe buscar dentro de sí, debe preguntarse cuál es
su verdad, en qué cree, qué quiere que sea su vida, por qué quiere
luchar.
Y, aunque al principio no se tengan todas las respuestas, sí se debe
actuar, porque en el movimiento, en los actos, en el día a día
cotidiano, se escribe el libro de nuestra vida.
Y cada uno debe ser consecuente con uno mismo, y debe saber lo que quiere
y debe actuar para que se haga realidad.
La mujer Pluma dorada sigue entre los hombres, no le importa el tiempo
que tenga que esperar porque sabe que algún día el hombre empezará a
preguntarse para qué está aquí, y entonces comprenderá que la vida es
una gran escuela y el hombre un niño que tiene que aprender a vivir. |