Se considera escritor y
viajero. "Como todo el mundo", sólo que él ha sabido llevarlo a cabo. Escribe
lo que le gusta, sin etiquetas. Cansado del sambenito de escritor rural, busca
inspiración en la gran ciudad para su próxima novela.
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Impresiona.
Julio Llamazares impone con su más de metro ochenta de estatura y una mirada taladrante
que, efectivamente, te taladra cuando entras en su campo visual. Sentandos ante un enorme
ventanal, vigila su coche mal aparcado con el rabillo del ojo mientras habla. Tiene fama
de polémico, pero sólo en su León natal: "Como no sirvo para mentir y me duele lo
que ocurre en mi tierra...". En el resto de España, sin embargo, es uno de esos
escritores más bien bohemios que lo mismo arreglan un roto que un descosido. Julio
Llamazares escribe un cuento, una novela, un libro de viajes o un reportaje periodístico,
todo con la misma soltura. Más allá de las modas, se atreve con lo que le apetece.
-Los paisajes rurales, la naturaleza, son una constante en
tu obra. ¿Cómo te las apañas viviendo en Madrid?
-Es que eso es más una idea que hay formada sobre mí que la realidad. En
lo que yo he escrito hay una carga muy fuerte, no del mundo rural, sino de un mundo más
en contacto con la naturaleza, casi medieval, que ha desaparecido o está desapareciendo.
Pero he escrito muchas cosas que se desarrollan en una ciudad. Soy fundamentalmente
urbano, entre otras cosas porque a partir de los doce años he vivido siempre en grandes
ciudades.
-Pero aún así te consideras de pueblo, ¿no?
-Sí, sí, yo soy de pueblo en origen y además creo que he sido un
privilegiado por ello. A mí me dan mucha pena los niños de las ciudades, porque les
falta todo ese mundo de misterio y descubrimiento de los que tuvimos la suerte de vivir en
pueblos. También ellos no tienen el trauma de pasar de un mundo a otro.
¿Sabes lo que ocurre? Que como es raro que alguien hable del mundo rural se pone esa
etiqueta, como le pasó a Delibes. Quiero decir, ¿García Márquez es un escritor rural?
¿Cervantes es un escritor rural, que sus novelas tienen lugar en La Mancha? Yo creo que
la literatura no es rural ni es urbana, sino la destilación de tus sentimientos y
pensamientos, de tu manera de ser y de vivir. Yo no podría vivir en los pueblos de los
que escribo; otra cosa es que en muchos de mis libros parta de esos mundos que conocí.
-¿Te consideras viajero o escritor?
-Las dos cosas. Pero yo creo que todo el mundo lo es, lo que pasa es que
unos lo hacen y otros no. El deseo de viajar es innato al género humano, pero hay gente
que viaja menos o que tiene menos posibilidades. Y todo el mundo es escritor, lo que pasa
es que la mayor parte de la gente no escribe nada en su vida, pero la mirada subjetiva,
hasta cierto punto romántica, todo el mundo la tiene. Los mejores escritores que yo he
conocido son los viejos de mi pueblo, de cualquier pueblo, porque cuentan como nadie, como
me gustaría contar a mí, con una magia y una capacidad de fascinar, que es lo que creo
que los escritores más o menos profesionales intentamos imitar.
-¿A qué se debe este auge de la literatura de viajes?
-Eso es una moda, y como todas las modas es peligrosa. Cuando yo escribí El
río del olvido en el año 90 me miraron como si fuera un marciano. Y durante muchos
años en España ha habido un desprestigio de la literatura de viajes que no entiendo y
que no se corresponde con lo que ocurría en otros países europeos, donde ha tenido una
gran tradición. Pero es que en España la ha tenido también, desde la generación del
98, y no sé porqué ha habido 20 ó 30 años en que ha estado desprestigiada. De repente
el hecho de que haya habido algún libro de viajes que ha sido un éxito entre el público
-y ahí yo creo que he contribuido algo sin quererlo-, ha hecho que las editoriales hayan
pasado a llamarte para pedirte libros de viajes. Entonces es una moda, pero el peligro de
las modas es que se pasan, lo difícil es estar al margen. Seguramente lo que hay que
hacer ahora es escribir libros de viajes, no lo sé, pero yo lo voy a seguir haciendo
porque me gusta.
-¿Qué tendencias crees que seguirá la cultura en el
próximo siglo?
-No tengo ni idea, las profecías nunca se me han dado nada bien. Creo que
la humanidad sobrevivirá a todo. Ahora estamos viviendo una época de mercantilismo
absoluto, donde todo es por la audiencia y el beneficio económico. Pero seguro que tarde
o temprano habrá una reacción, se pasará a una época más humanista, así ha avanzado
la historia, en movimiento de ida y vuelta. Pero vamos, es que las profecías se me dan
fatal.
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